“Tenía conocimientos de buceo. Es muy raro que no haya podido salir de la camioneta”, comenta Eliab Viguera, vocero del comité de Defensa del Mar de Mahuín, agrupación que se opone a la construcción del ducto desarrollado por la planta de celulosa del grupo Angelini en Valdivia.
En fotografías del accidente se puede apreciar el vehículo de Vega inundado hasta menos de la mitad, con su carrocería y las ventanas en buen estado.
Viguera señala que las condiciones en las que fue encontrado el vehículo ocupado por Vega, “ameritan una investigación sumamente exhaustiva, pues la camioneta estaba sumergida hasta la mitad, situación que habría permitido que Marcelo hubiera podido salir del vehículo y salvarse, mas tratándose de una persona que tenía conocimientos de buceo”, indicó. Un incidente que el rescatista vehicular de bomberos Francisco Grez califica de “baja intensidad”, dado que el vehículo presentaba poca deformación en su carrocería y buen estado en sus vidrios.
Un acompañante de Vega -aún no identificado- se encuentra desaparecido tras el el supuesto accidente. Razón por la cual la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de Valdivia indaga la denuncia por presunta desgracia.
La muerte del presidente de la Asociación de Comunidades Indígena de Chan-Chan se suma a una creciente lista de dirigentes fallecidos en extrañas circunstancias.
La muerte del presidente de la Asociación de Comunidades Indígena de Chan-Chan se suma a una creciente lista de dirigentes fallecidos en extrañas circunstancias y, como informó INTERFERENCIA días atrás, bajo un contexto de repetidas amenazas a sindicalistas nacionales. Macarena Valdés, Alejandro Castro, Alex Muñoz y ahora Marcelo Vega han sido encontrados muertos después de participar en diversas luchas socioambientales a lo largo del país.
Una larga batalla
Hace 24 años que la empresa Celulosa Arauco-Celco busca instalar en el río Lingue, entre los poblados de Mississipi y Mehuín, un ducto para el vertimiento de desechos. Por sus implicancias medioambientales en una zona cuya principal actividad económica es la pesca, el proyecto fue rechazado casi de forma transversal por pescadores y familias de la zona.
Sin embargo, cuando la empresa comenzaba a realizar los Estudios de Impacto Ambiental (EIA), se dio lugar a una negociación con los pescadores de esa región. Así, se llegó a un acuerdo entre algunos miembros de la comunidad pesquera, dividiendo a los habitantes en dos.
Por un lado, estaban quienes defendían el mar y la pesca sin posibilidad de negociación. Por otro, los pescadores que, bajo el contexto de “malas faenas” en la zona de pesca, aceptaron un pago de $8 millones y un sueldo de $300 mil pesos durante 10 años, si se lograba la realización del proyecto.
La situación fue paulatinamente empeorando entre los ahora divididos pescadores, resultando incluso en la dimisión de Eliab Viguera de su cargo de vocero del Comité de Defensa del Mar durante el año 2008, tras un intento de linchamiento de sus ex compañeros.
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