Este martes fue detenido en California el ex presidente peruano Alejandro Toledo (2001-2006), quien se escapó de la justicia de ese país luego de que se le quisiera aplicar una medida de prisión preventiva por la investigación que lo vincula a supuestos sobornos por parte de la constructora Odebrecht. Según las acusaciones, la firma brasileña habría recibido millonarios contratos de concesión de obras públicas durante el gobierno del entonces líder del partido Perú Primero.
A pesar de que Toledo ha negado cualquier felonía, este caso judicial ha puesto sobre las cuerdas a varios ex mandatarios de Perú, tal como lo relató INTERFERENCIA en el artículo "El empleo político más peligroso del mundo: ser ex presidente de Perú".
Además, no es la única causa que pesa en su contra, pues está involucrado en el caso Ecoteva, que implicó la creación de una empresa offshore en Costa Rica para, presumiblemente, lavar dinero de origen ilícito. Por este caso la fiscalía lo acusa del delito de lavado de activos, junto a otros implicados como su esposa Eliane Karp, el empresario Josef Maiman y el ex agente de seguridad Avi Dan On.
Su arresto en Estados Unidos se produjo a raíz de una orden de arresto internacional emitida hace algunos años por Perú.
Cercano a la Concertación
La elección presidencial del año 2000 en Perú tuvo como los dos principales candidatos al entonces presidente, Alberto Fujimori, y a Alejandro Toledo. Ambos ya se habían visto las caras en la medición anterior, en 1994. El periodo del “Chino” se destacó por una pérdida de legitimidad, ocurrida desde el autogolpe de abril de 1992, impulsado por el mismo Fujimori, y que terminó con el cierre del poder legislativo y una nueva constitución. Por eso mismo, la opción de Toledo apuntaba a terminar con ese periodo autoritario de la política peruana.
Varios personeros de la antigua Concertación chilena cultivaron una relación estrecha con Toledo, tanto cuando era candidato, como posteriormente como presidente. El interés de los chilenos se movía en torno a potenciar los lazos comerciales con dicho país, justo en momentos en que estos comenzaban a expandirse. Era la época en la que se hablaba del “jaguar chileno”.
Pero Toledo perdió contra Fujimori en 2000, en una elección repleta de cuestionamientos que apuntaban a un fraude. Un año después, luego de la renuncia del “Chino” a la presidencia, y después de que Toledo ganara las elecciones de 2001, Ricardo Lagos, entonces presidente de Chile, fue uno de los invitados estelares a la asunción del nuevo mandatario peruano.
Lagos se quedó un par de días en Perú, y sostuvo reuniones privadas con Toledo para sellar acuerdos comerciales bilaterales, además de ser condecorado en el palacio de gobierno de Lima con la Orden del Sol, según informó en su momento la agencia AFP. También asistieron la entonces canciller chilena, Soledad Alvear, el ministro de Defensa, Mario Fernández, y el ministro de Economía, Jorge Rodríguez. Todos se reunieron con sus pares de ese país.
Con esto, comenzó una época de oro para las relaciones chileno-peruanas, especialmente en el área comercial, donde Chile mantiene hasta hoy grandes inversiones en el sector del retail, la minería y la industria alimentaria.
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