En el hotel Meliá de Caracas hay pasajeros de distintas nacionalidades. Se ven rusos, españoles y latinoamericanos de varias procedencias. En este conjunto, casi pasa desapercibido un ciudadano boliviano que almuerza en la terraza del hotel.
Es David Choquehuanca, el ex canciller del gobierno de Evo Morales en Bolivia, quien se encuentra en Caracas dado su actual cargo como secretario general del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), una entidad que agrupa 10 países latinoamericanos y caribeños cuyos gobiernos tienen sensibilidad de izquierda.
Abordamos a Choquehuanca junto a Jorge Zárate, un periodista paraguayo. Minutos después queda convenida la entrevista en el mismo hotel a la mañana siguiente. Los temas que interesan son varios, desde la realidad de los movimientos de izquierda en Latinoamérica hasta la demanda boliviana contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya, que tuvo su fallo a favor de Chile en octubre del año pasado.
Sin embargo, lo primero es la situación que vive Venezuela hoy en día.
¿Cómo está viviendo este proceso venezolano? El hecho de que que hay un presidente autoproclamado, por ejemplo.
Hay una mediatización. Fuera de Venezuela todos piensan que acá se vive una situación de desorden y caos, ¿no? Que el pueblo se está muriendo de hambre ya al extremo. En todas partes del mundo, hasta en los países más desarrollados, hay personas que tienen limitaciones, que sufren de hambre. En nuestro continente hay mucha gente que pasa hambre igual que en Venezuela. En algunas coyunturas esto se agudiza por varios factores, pero ahora con las redes sociales se puede manipular. La revolución bolivariana está viviendo las consecuencias de esta aplicación de esta política de distorsión de lo que es la realidad. Entonces, tenemos una situación de incertidumbre. No solamente aquí adentro de la población, sino que hacia afuera. Y eso están logrando.
¿Qué pasa entonces en Venezuela?
En Venezuela hay muchos problemas, como en varios lugares. El pueblo está sufriendo las consecuencias de esa aplicación de ese bloqueo. La hiperinflación viene desde afuera, se manipula.
"Hay corrupción en el mundo y eso lo tenemos que ver. El comandante Hugo Chávez decía que la corrupción y la burocracia son acciones contrarrevolucionarias dentro de un proceso revolucionario".
¿Cree en la existencia de otros factores además del bloqueo?
Debe haber. Uno no siempre tiene la capacidad de ver todos los actores, ¿no? Necesitamos aprender más allá de lo que ven nuestros ojos. Nosotros hemos vivido un proceso de desenergización. Ha habido un proceso de anulación. Nos hemos dejado educar por las universidades, bien educados somos, bien obedientes nos han vuelto. Ya no hay esa capacidad crítica de leer con nuestros propios ojos la realidad, muchas veces estamos repitiendo lo que a algunos les conviene que repitamos. Uno siempre tiene que tener una lectura propia. Hay una obligación de comunicarnos, de dialogar. Hoy día no hay eso, no estamos cumpliendo nuestras obligaciones los líderes, los pueblos, los académicos, los científicos.
No podemos quedarnos con las manos cruzadas, sin ver lo que está queriendo suceder, como la amenaza sobre Venezuela, que nos afecta a todos. Una posible intervención o una aventura que quiere realizar el imperio nos va a afectar a toda la región.
¿Pero usted observa más factores además del bloqueo económico en la actual crisis venezolana? Factores internos, por ejemplo.
Hay corrupción en el mundo y eso lo tenemos que ver. El comandante Hugo Chávez decía que la corrupción y la burocracia son acciones contrarrevolucionarias dentro de un proceso revolucionario. Hay corrupción en nuestros países y eso afecta los procesos revolucionarios, tenemos que abrir los ojos. Hay demasiada burocratización en algunos países. Eso también afecta. Estos elementos ayudan a generar desconfianza. Hay falta de promoción de líderes jóvenes, no hay liderazgo. En Chile ¿quién va a ser el candidato? Ni la derecha ni la izquierda tiene liderazgos. La gente quiere cambios en nuestra región, son los mismos siempre, tanto de la izquierda como de la derecha. Hoy día ya no tenemos esos gigantes. Chávez era un gigante, Fidel era un gigante, pero se nos están yendo.
Si Chávez tildaba como anti-revolucionaria a la corrupción, ¿no es suficiente para justificar una alternancia en el poder de Venezuela?
Debo reflexionarlo. Eso hay que dejarlo a los venezolanos.
¿Cuál es el pronóstico para la salida de la crisis que hoy día vive Venezuela? ¿Va a haber una intervención o no? ¿Qué le dice el olfato?
Yo no sé pronosticar, pero de [Donald] Trump se puede esperar todo. Tenemos que estar organizados para cualquier situación. No solamente en Venezuela, necesitamos organizarnos en nuestro continente, tenemos que continentalizar la lucha.
¿Cómo se hace en un escenario tan adverso para la izquierda continental en este momento, en el cual, países como Brasil, Argentina y Chile han perdido las presidenciales, y hay gobiernos que están en la línea de Trump?
Este escenario adverso tiene que ser una oportunidad para los pueblos, porque no es Argentina, es el gobierno argentino. Y tiene muchos problemas. Hay tantas movilizaciones en Argentina. En Brasil ya reaccionarán los pueblos. El pueblo norteamericano es anti-imperialista. Por eso hay que organizar a los pueblos.
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Pero hoy el caso venezolano es muchas veces un contraejemplo de lo que no ha funcionado del socialismo, lo asocian al fracaso de los socialismos reales del Siglo XX.
Nuestra lucha, la lucha en Bolivia, va más allá del socialismo. Nosotros estamos en un proceso que se llama Pachacútec. Pacha es equilibrio, o sea, saber mantener el equilibrio en el tiempo y el espacio. Y cuti es retorno. Lo que estamos buscando nosotros es el retorno al camino del equilibrio. Los hermanos del cambio se llaman panaca pachacútec. La lucha de panaca pachacútec no es por nosotros, solamente, no es contra ellos, también es por ellos. No aceptamos la dominación, no queremos dominar a nadie. No queremos aplastar a nadie. Buscamos la paz, no buscamos el enfrentamiento, no buscamos la guerra. Buscamos hermandad.
"Nuestro continente ha sido descuartizado, dividido. Entonces tenemos que empezar a hablar de eso, como nosotros, ya no como otros. Los del norte nos han hecho sentir pequeños, y han vuelto a nuestros jóvenes bien educados, bien obedientes. Ya no son creativos. Dónde está nuestra creatividad. Siempre estamos esperando a que los líderes nos digan qué es lo que vamos a hacer".
¿Cómo se logra desde esa perspectiva? ¿Cuál es la ruta? ¿Cuál es el camino?
El primer momento de Pachacútec es abrir los ojos, estamos durmiendo. No repetir lo que otros nos dicen porque no somos loros. Abrir los ojos, despertar. Hubo un proceso de adormecimiento de nuestros pueblos. Una vez abiertos los ojos nos damos cuenta de muchas cosas de lo que está pasando, en nuestro entorno, en nuestras comunidades, en nuestra región, en nuestro país, en el mundo.
El segundo momento es escucharnos. Necesitamos escucharnos. Los mineros necesitan escuchar a los maestros. Los maestros necesitan escuchar a los agricultores. Los agricultores necesitan escuchar a los científicos. Los gobiernos necesitan escuchar a sus pueblos. Y los pueblos necesitan escuchar a los gobiernos, a sus líderes. Necesitamos escucharnos.
El tercer momento del Pachacútec es empezar a hablar. Pero qué vamos a hablar: nuestra ideología. Tenemos ideología los que vivimos en este continente, nuestro continente tiene identidad y tenemos que empezar a hablar con identidad propia porque la tenemos. Tenemos que despertar esa energía comunal que se llama Abya Yala. Tenemos identidad, no somos bastardos. Y tenemos que empezar a sentir orgullo de nuestra identidad. Esa ideología de la hermandad, de la unidad, no la ideología de la división.
Nuestro continente ha sido descuartizado, dividido. Entonces tenemos que empezar a hablar de eso, como nosotros, ya no como otros. Los del norte nos han hecho sentir pequeños, y han vuelto a nuestros jóvenes bien educados, bien obedientes. Ya no son creativos. Dónde está nuestra creatividad. Siempre estamos esperando a que los líderes nos digan qué es lo que vamos a hacer.
¿Cómo se hace eso operativamente?
Ahora hay que trabajar. No esperar. Nosotros cuando empezamos el proceso de cambio en Bolivia éramos seis, donde estaba el hermano Evo Morales. Seis veíamos lo que estaba pasando y no estábamos de acuerdo con muchas cosas. Seis personas que queríamos tener acceso a la tenencia de la tierra y empezamos. Ninguno de nosotros había ido a la universidad, y empezamos a trabajar, y luego de años hemos sido capaces de ser una alternativa electoral al pueblo boliviano.
Ya que toca a Bolivia. ¿Cómo ve el horizonte en su país? ¿Habrá continuidad?
Tiene que haber.
Respecto al tema de que no se están generando nuevos líderes ni en la derecha ni en la izquierda. ¿Eso también se aplica para Bolivia?
En todo el mundo.
¿Evo todavía no está ahí en la categoría de grande en la que se refirió a Chávez y Fidel Castro? No lo mencionó entonces.
Evo es un líder. Está en ese camino porque le dará propuestas a las Naciones Unidas, y eso hace que Evo se visibilice a nivel mundial.
¿Va a ganar las elecciones Evo?
Tiene que ganar.
Usted habla de diálogo entre los pueblos, pero hablar de imperialismo corresponde a una fórmula un poco maniquea, con lógicas del Siglo XX. Hay un pueblo norteamericano, un pueblo brasileño que han votado a Trump y Bolsonaro. ¿Qué está pasando en esos pueblos que están eligiendo a este tipo de líderes?
Son mensajes que nos mandan nuestros pueblos. En algo estamos fallando.
¿En qué?
No sé, hay que ver. Tenemos que analizar todos, hay que generar espacios de discusión, de intercambio de experiencias, de generaciones. Estamos enojando a nuestros pueblos, no hay que enojar a los pueblos. Nuestros pueblos son sabios, pero a veces se enojan. Y cuando un pueblo está enojado puede estar pateando el perro equivocado.
¿El pueblo venezolano está enojado?
Hay que tener cuidado, me refiero en general.
América Latina y La Haya
¿Unasur falló en este momento o no?
Unasur está siendo también víctima de estas políticas que vienen desde afuera. Unasur es para unirnos. Unasur es para construir hermandad, una integración de complementariedad. No solamente una integración comercial. En 2004, precisamente, el comandante Fidel y el comandante Chávez decidieron empezar a construir este espacio de integración que es el ALBA. Bolivia se incorporó, están países del Caribe, de Centroamérica y no fue de la noche a la mañana.
Hay que trabajar y estoy en esa tarea. Me han nombrado como secretario ejecutivo, ya estoy hace casi dos años trabajando no solamente en el fortalecimiento de estos países que han decidido llevar adelante este espacio de integración para la continentalización de la lucha.
"Lo que hemos pedido es simplemente diálogo. Que Chile cumpla sus compromisos con Bolivia pacíficamente mediante el diálogo. Que nos podamos sentar a resolver este problema pendiente mediante el diálogo, mediante una negociación. Eso es lo que le hemos pedido a la Corte. ¿Qué es lo que te está diciendo la Corte? ¿Que no resolvamos esto mediante el diálogo?"
El año pasado hubo un país importante que decidió salirse de ALBA que es Ecuador. ¿Qué opina respecto a eso y qué cree que motivó esa decisión?
Varias cosas en Ecuador no entiendo. Tengo muchas ganas de ir conversar con los hermanos de allá. Conozco mucha gente en Ecuador. No es lo que nuestros pueblos quieren, no siempre los presidentes hacen lo que los pueblos quieren. Pero nuestros pueblos ya reaccionarán. Yo no conozco cuáles han sido los motivos, los factores, los elementos que han llevado a tomar esa decisión al presidente Lenin Moreno. No solamente en cuanto a la construcción de espacios de integración con el ALBA, sino que también respecto de Unasur.
¿Cómo quedó usted después del fallo de La Haya? ¿Por qué fue tan contundente en contra de Bolivia? ¿Cuál es su lectura?
La crisis también está llegando a estos espacios. Es una crisis global. Nosotros vivimos en un desorden mundial hoy día. Todo está en crisis en este momento. Yo no entiendo que una corte internacional primero diga "hay problemas que no han sido resuelto", que se declare competente, y luego no se anime.
¿Les queda grande la materia a juzgar?
Sí, pero lo que hemos pedido es simplemente diálogo. Que Chile cumpla sus compromisos con Bolivia pacíficamente mediante el diálogo. Que nos podamos sentar a resolver este problema pendiente mediante el diálogo, mediante una negociación. Eso es lo que le hemos pedido a la Corte. ¿Qué es lo que te está diciendo la Corte? ¿Que no resolvamos esto mediante el diálogo? La Corte pudo haber dicho dialoguen. Resuelvan este asunto. Ellos han dicho que hay un problema pendiente ¿Y qué esperabas tú de la Corte entonces? Tenía que decir que esto iba a a ser dialogando.
Una interpretación de ese fallo es que si Bolivia lograba el diálogo con Chile se iban a abrir múltiples discusiones sobre fronteras a nivel global, que fue una decisión casi de jurisprudencia.
No, no, no. Es que tenemos que ser creativos, es que esos organismos tienen que ponerse a la altura de estos tiempos.
¿Qué serían en ese sentido las fronteras? ¿Serían una amenaza a la creatividad?
Mira, en Europa se está construyendo integración.
Está el Brexit también...
También, pero ahí hay problemas. Es que el pueblo estaba enojado en Inglaterra y posiblemente han pateado al perro equivocado. Tienen muchos problemas los del Brexit. Tienen muchos problemas, pero lo mismo se está construyendo allá integración.
Tienen leyes supranacionales porque ya están avanzando. Están trabajando en la Unión Europea. En la práctica allá no van las fronteras, las personas circulan libremente. Nosotros somos partidarios de eso y los pueblos también. Creemos en una ciudadanía universal. Y si les hablas desde la ciudadanía universal, todos los jóvenes se van a sumar, porque eso siente en el fondo de sus corazones. El presidente Morales organizó un evento internacional en Bolivia, para discutir estos temas de las fronteras, y la conclusión de ese encuentro internacional donde han llegado de varios países de todos los continentes es "ya no más muros". Ya no más muros físicos, ya no más muros mentales.
Todo lo contrario a Trump...
Todo lo contrario a Trump.
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