La mañana de este jueves el ministro de Salud, Jaime Mañalich, formó parte de una mesa técnica en la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi), donde se abordaron los cursos de acción en esta contingencia. A la salida del mitin, el titular que acapara más noticias en la actualidad –por la expansión en Chile del virus Covid-19– se paró frente a las cámaras de televisión y contestó preguntas de la prensa.
Al ser consultado por la denuncia de una médico de la ex Posta Central sobre falta de insumos como mascarillas y alcohol gel (ver artículo Las señales de auxilio que está dando el personal chileno de salud en la víspera de la ola pandémica del coronavirus), Mañalich indicó que poseían una “cantidad muy importante de stocks en Cenabast (Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud) de mascarillas, test diagnósticos, etcétera”. Luego, y además de decir que el personal médico no necesitaba “medidas de protección hiperextraordinarias para atender al común de la ciudadanía”, señaló que en la ex Posta Central había “un caso comprobado de enfermedad por coronavirus”.
Esta última declaración no es efectiva, acorde a información que obtuvo INTERFERENCIA por parte de la urgencióloga Fabiola Alzamora, la misma doctora que denunció la falta de insumos esta semana. Según la profesional, si bien habían casos sospechosos en el recinto cuyos testeos están siendo evaluados por el Instituto de Salud Pública –e incluso uno de estos ya resultó negativo–, hasta las 22 horas de este jueves aún no se confirmaba un paciente como portador de Covid-19.
Según lo que comentan distintos médicos vinculados a asociaciones gremiales, esto no es una sorpresa en el comportamiento de Mañalich. Ya casi nadie se sorprende cuando el político, médico y ex director de la Clínica Las Condes dice una frase que no es real. El caso más emblemático, en ese sentido, ocurrió cuando en 2011 aseguró que las listas de espera en el sistema público de salud habían llegado a su fin, sin precisar que dicha reducción se debía a razones administrativas, según publicó Ciper y tiempo después confirmó la Contraloría General de la República.
Así, la autoridad parece no haber aprendido de los errores del pasado, y en la actualidad encabeza la estrategia gubernamental que ha sido criticada por nuevos actores del ámbito de la salud que han marcado el debate y que, incluso, le han restado protagonismo e importancia. Muchos se preguntan si acaso Mañalich no está empeorando las cosas, siendo parte del problema más que de la solución.
A última hora
El pasado 4 de marzo, unos días antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificara a este tipo de coronavirus como pandemia, el ministro Jaime Mañalich indicó que Chile estaba preparado para tener 430 mil casos de Covid-19, con todo lo que aquello implicaba. “Tenemos 50 hospitales, tenemos personal capacitado, tenemos entrenamiento, entre otros”, dijo.
Más allá de sus palabras –que distan del sentido de urgencia mostrado incluso por gobernantes como la canciller alemana Angela Merkel, que dijo que la situación de los contagios era la más seria después de la Segunda Guerra Mundial–, existen datos concretos que muestran que, a lo menos, el sistema requería de un inyección de recursos para prepararse ante esta crisis. Así se puede desprender de tres órdenes de compras (OD) directas –permitido en contexto de alerta sanitaria– y millonarias que se realizaron desde el Minsal que conoció INTERFERENCIA. Todas se produjeron después de las declaraciones del jefe de cartera: el 16 de marzo de este año, hace cuatro días.
La primera OD fue hacia la empresa Life Technologies Chile SpA, por un monto cercano a los 1.300 millones de pesos, en donde se adquirieron instrumentos para “detección Covid-19”. Luego salió la segunda OD de las mismas características hacia la compañía Stryker Corporation Chile y Compañía Limitada para adquirir 820 camillas de pacientes u accesorios, por un monto cercano a los 1.900 millones de pesos. Y por último salió la tercera OD a favor de la empresa Arquimed Innovación SpA para adquirir 400 monitores multiparamétricos marca Benevision N15, por un monto cercano a los 5.300 millones de pesos.
¿De cuál preparación, entonces, habló Mañalich?
No está muy claro tampoco de dónde sacó la cifra que lanzó el pasado lunes en entrevista con Teletrece, cuando afirmó que por Covid-19 se afectarán "más o menos a un 10% de la población de Chile, estamos hablando de un millón ochocientas mil personas. La más inmensa mayoría de ellos con enfermedades muy leves y apuntamos a tener tasas de letalidad y de enfermedad grave muy restringida".
Otro de los episodios polémicos que atravesó el ministro de Salud se produjo el pasado 14 de marzo, cuando escribió en Twitter que no se debían cerrar los centros de educación, obligando a distintos alcaldes oficialistas a adelantarse con esta medida, lo que llevó al gobierno, luego de unas horas, a suspender las clases por dos semanas como una medida de cuarentena.
No solo los jefes comunales de derecha se le adelantaron. A eso se suma el liderazgo de la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, quien ha sido una de las principales voceras sanitarias en la crisis, que desde su centro de operaciones, en calle Esmeralda –en el centro de Santiago–, ha recibido la visita de distintos actores influyentes de la política e incluso del mundo empresarial, como Bernardo Larraín Matte, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), o Juan Sutil Servion, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC).
Ninguna cuarentena
La medida que no se ha apresurado en tomar el ministro precisamente ha sido impulsada desde el Colegio Médico dirigido por Izkia Siches. La dirigenta y doctora ha reiterado en distintas ocasiones que para combatir el coronavirus es necesario, según destacan en su sitio web, “avanzar hacia el cierre de ciudades y una eventual cuarentena nacional”.
“Todas las medidas que hoy parecen exageradas mañana serán insuficientes”, declaró Siches, intentando convencer a las autoridades de adoptar este tipo de ruta. Sin embargo, Mañalich dijo que "un llamado a cerrar una ciudad hoy día significa inmediatamente un pánico y una carrera por el sobre abastecimiento que puede cumplir solo la gente que tiene mucho dinero en su bolsillo, significa mercado negro de productos, una serie de efectos adversos que hay que considerar en la realidad de la calle, de lo que uno ve en las calles”.
Comentarios
SOY CHILENA, VIVO EN ITALIA,
Respecto a los/as
Creo que el ministro es mas
Hola muy buena información
Piñera con mi es un estúpido
El Ministro con sus
En pocas palabras el gobierno
Vieron la orden de compra de
Los dos son peligro la
No sólo prima la torpeza, la
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