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Jueves, 18 de Abril de 2024
Presidenciales

Cristián Cuevas: las claves para entender la carta presidencial de la Lista del Pueblo

Lissette Fossa
Camila Higuera

La Lista del Pueblo supo salir airosa en definir un candidato presidencial, aunque aún no hace oficial la candidatura de Cristián Cuevas. Por ahora, su candidatura podría ser atractiva para cierto sector que votó por ellos y Daniel Jadue, así como para el ala izquierda del Frente Amplio. También puede incomodar e interpelar a Gabriel Boric, quien tuvo una estrategia de acercamiento al centro político durante las primarias. .

Admision UDEC

Cristián Cuevas Zambrano, de 52 años, es la carta que pone sobre la mesa la Lista del Pueblo (LDP) para ser el candidato presidencial de esta colectividad. A pesar de que no lo anuncia aún formalmente, la LDP votó en una asamblea de este jueves por Cuevas como candidato presidencial, con un 43 preferencias, versus un 30 de abstención, hecho que se difundió rápidamente en redes sociales la noche de este jueves.

Durante esa noche, Cuevas confirmó a INTERFERENCIA el hecho de ser candidato pero advirtió que “está todo en proceso”. Y al parecer ese proceso sigue en curso, ya que durante este viernes la Lista del Pueblo no oficializó esta candidatura en sus medios ni redes oficiales. Es más, publicaron en Twitter que harían una consulta al pueblo, sin especificar aún cómo ésta se desarrollaría. De todas formas, la candidatura de Cuevas parece estar andando, y ya es posible patrocinar su candidatura en la web del Servel.

Cuevas es conocido en la izquierda chilena. Fue militante del Partido Socialista (PS) hasta 1999, cuando conoció a Gladys Marín e ingresó al Partido Comunista (PC). Se hizo conocido como dirigente sindical de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), con uno de los paros de trabajadores más grandes tras la vuelta de la democracia, en 2007, que logró importantes beneficios para subcontratados de Codelco.

En 2014 fue nombrado por el gobierno de Michelle Bachelet como agregado laboral en España, pero al año siguiente renunció a la militancia del PC y volvió a Chile por no estar de acuerdo con ese gobierno. 

Cuevas es conocido en la izquierda chilena. Fue militante del Partido Socialista (PS) hasta 1999, cuando conoció a Gladys Marín e ingresó al Partido Comunista (PC). Se hizo conocido como dirigente sindical de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), con uno de los paros de trabajadores más grandes tras la vuelta de la democracia.

En 2016 formó el movimiento Nueva Democracia, que en 2019 se fusionó con el Movimiento Autonomista para formar el partido Convergencia Social (CS), parte del Frente Amplio y el mismo partido de Gabriel Boric, donde fue vicepresidente. Pero su militancia duró poco, y tras el acuerdo del 15 de noviembre que firmó Boric durante el estallido social, junto a los cercanos a Jorge Sharp, renunció a Convergencia Social.

En 2020 formó el movimiento Victoria Popular, que integra hasta el día de hoy el conglomerado Chile Digno, junto a partidos como Igualdad y el PC.

En paralelo a esta lucha sindical, Cuevas levantó también la bandera LGTB+ a partir de 2008, siendo de los primeros políticos en no ocultar su orientación, en medio de un clima sindical -en ese entonces- adverso. 

Cuevas apoyó la campaña de Daniel Jadue (PC) en las últimas primarias de Apruebo Dignidad, sin embargo, tras el impulso de su candidatura, no apoyaría al candidato vencedor de las primarias, Boric. 

Para Cristián Cuevas, no será fácil la campaña presidencial, empezando por que necesita juntar 30 mil firmas para oficializar su candidatura, y dado que compite por una agrupación enteramente nueva será difícil no asimilar su opción a otras consideradas "testimoniales" en el pasado, como la de Marcel Claude o la propia Gladys Marín.

Pero hay puntos claves que podrían ayudarle a impulsar su candidatura, y convertirlo en una sorpresa o -al menos- en un gran elector para una segunda vuelta. En INTERFERENCIA analizamos las claves para entender su irrupción en la carrera presidencial. 

La novedad de la Lista del Pueblo en la carrera presidencial

Cuando el candidato del PC, Daniel Jadue sufrió la derrota en las primarias presidenciales, Gabriel Boric quedó como el candidato a la presidencia por el bloque de Apruebo Dignidad. Si bien el millón de votos obtenidos por el líder del Frente Amplio (FA) lo dejaron como el gran triunfador de la jornada, su persona no despierta mucha simpatía en un amplio sector de la izquierda que ve con recelo la cordialidad que el diputado tiene con la derecha y con la ex Concertación. 

La derrota de Jadue significó una sorpresa para los analistas políticos, que lo habían dado por ganador. El resultado también fue un balde de agua helada para la Lista del Pueblo, quienes a pesar de no haber manifestado su preferencia y apoyo al candidato comunista, se sienten bastante distantes de las posturas políticas de Boric y el conglomerado que este representa. 

A pesar de que la posibilidad de impulsar una carta presidenciable desde este espacio era algo que barajaban hace un tiempo, incluso con Jadue en carrera, la derrota de este contribuyó a que la LDP se sintiera presionada para levantar una candidatura de izquierda y popular para la carrera presidencial, considerando que los tres nombres fuertes –Gabriel Boric, Sebastián Sichel y Yasna Provoste– dentro de estas elecciones abarcan a distintos sectores del centro político.

La LDP nació como una articulación entre personas que se conocieron en la Plaza Dignidad durante las protestas del estallido social y que decidieron formar una lista de independientes para presentar candidaturas de convencionales constituyentes tras el resultado aplastante del plebiscito que aprobó con casi un 80% la construcción de una nueva Constitución. Algunos de estos eran Rafael Montecinos, Evelyn Godoy, Rodrigo Rojas "Pelao" Vade, Giovanna Grandón, Alejandra Pérez, Mauricio Menéndez y Renato Aviles, el nombre tras el personaje Estúpido y Sensual Spiderman. 

A pesar de que la posibilidad de impulsar una carta presidenciable desde este espacio era algo que barajaban hace un tiempo, incluso con Jadue en carrera, la derrota de este contribuyó a que la LDP se sintiera presionada para levantar una candidatura de izquierda y popular para la carrera presidencial.

Al presentarse como lista para la elección de constituyentes, realizaron una convocatoria online donde recibieron miles de nombres de personas de todo el país y finalmente, presentaron 134 candidaturas, sin proyectar que obtendrían 24 escaños dentro de la Convención, una de las bancadas más numerosas del órgano.

Con la sorpresa de este triunfo, la LDP, que funciona como una asamblea con presencia en todos los distritos del país –exceptuando el D2–, y que reúne a más de cien personas, decidió seguir organizándose y discutir la posibilidad de disputar espacios en las parlamentarias, consejos regionales y presidenciales. 

Según indican fuentes al interior de la LDP, el grupo humano que compone a la organización es bastante variado en cuanto a las perspectivas y lecturas del momento político que se vive en el país. La dinámica que se da en el espacio es un tanto compleja, puesto que no tiene la estructura orgánica que suele ordenar a los partidos tradicionales. Posee más bien una “antiestructura”, donde están más de cien personas que participan del espacio y que son a su vez representantes de diversas organizaciones de base en sus respectivos territorios. 

Hace aproximadamente un mes y medio, la organización realizó un congreso para definir si debían llevar candidatos a diputados, consejeros y presidente, instancia en la que participó gran parte de los convencionales de la lista. En la misma ocasión, se eligieron a ocho miembros que constituyeron el Comité Amuyuni –que se sumó a los Comité de Ética y de Estrategia Política– el cual estableció cuatro criterios para presentar un candidato a la presidencia. El representante debía ser de algún pueblo indígena, mujer, disidencia sexual o de región. 

Si bien había posturas divididas, la LDP decantó por participar de las elecciones y para esto estableció una plataforma abierta para que las personas que no estan articuladas en la Lista pudieran presentar sus nombres independientes, al mismo tiempo que propusieran nombres para el Ejecutivo y autopropuestas. Y fue en el contexto de esta discusión que tanto los constituyentes de la LDP como quienes están fuera de la Convención, decidieron establecer su autonomía los unos de los otros, debido a que ambos grupos tienen agendas, tareas e intereses diferentes.

Esto permitió cosechar frutos y nombrar a Cuevas sin entrar en conflicto con los convencionales, pues la autonomía entre ambos grupos funciona en ambas direcciones. El hecho los fortaleció, ya que la designación de un candidato presidencial se sorteó sin intervenir el trabajo de los constituyentes, mientras por ese lado, los constituyentes han marcado diferencias claras con el Frente Amplio, lo que marca de alguna manera las diferencias que Cuevas y Boric podrían tener en la campaña.

Entre las propuestas presentadas en encuestas online salieron más de veinte nombres, como los de Julio César Rodríguez, Natividad Llanquileo y Ana Tijoux. La LDP conversó con todos los nombres propuestos, inclusive con el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, quien habría estado dispuesto a presentarse como candidato en caso de que no se levantara otro nombre. 

Finalmente se impuso el nombre de Cuevas, sin mayores transtornos ni detractores. y una red dispuesta a ayudarlo a juntar las firmas, que a la vez estará movilizada, pues tiene que fomentar también una planilla parlamentaria.

En medio de la búsqueda de un nombre, salió el de Cristián Cuevas, que a diferencia de los otros candidatos propuestos, venía sin equipo político propio y se ponía a completa disposición de la LDP para que ésta estableciera las definiciones de su candidatura. 

Y si bien el nombre de Sharp generó alto ruido en el debate público, su figura habría despertado mucha resistencia dentro de la LDP por su vínculo con el Frente Amplio, espacio del cual fue parte cuando militaba junto a Gabriel Boric en Convergencia Social, partido que dejó luego de que se firmara el Acuerdo por la Paz en noviembre de 2019. 

Este miércoles por la noche, Sharp aclaró no ser candidato de la LDP en su cuenta de Twitter. “Saludamos el desafío que llevan a cabo lxs compañerxs de ese espacio, sin embargo, vuelvo a precisar, como se los expresé a ellxs, que no soy candidato”, escribió el edil de Valparaíso y ex militante de Convergencia Social.

Si todo saliera bien, es posible pensar que Cuevas podría cosechar buena parte de los 926.000 votos que obtuvo la LDP en la elección de convencionales y un porcentaje interesante de los 692.000 votos de Jadue. 

El flanco izquierdo que deja Boric

Según indagó INTERFERENCIA, la decisión de levantar o no una candidatura desde la Lista del Pueblo fue una discusión que se dio en varias oportunidades y que se sometió a votación tres veces e incluso hasta mediados de esta semana la posibilidad parecía un tanto lejana.

Sin embargo, el jueves en la noche, tras una votación que incluyó a 76 personas de la Lista, se optó por el nombre de Cuevas. Las abstenciones eran de quienes tienen la postura de que la LDP no levante candidaturas para estas próximas elecciones. En esta decisión fue primordial que Cuevas representara a la comunidad LGBTQ+, su historia sindical y que cumplía con el criterio de descentralización.

Con la candidatura de Cristián Cuevas, la Lista del Pueblo abre un flanco a la izquierda de Boric, sector que el abanderado del Frente Amplio dejó algo de lado durante su campaña, centrada en contrastar con Jadue y atraer el voto más moderado, con entrevistas y columnas en medios tradicionales y guiños a los socialistas, por ejemplo, con su junta a comer sopaipillas con Paula Narváez (la candidata del PS). 

Por otra parte, Cuevas podría ser un candidato que en los debates e intervenciones mediáticas le saque a colación temas complejos para Boric y al Frente Amplio, sector que en sus decisiones en el parlamento ha tenido tropiezos importantes y que se ha visto mermado en el tiempo por diferentes quiebres. 

Para la LDP acuerdos como el del 15 de noviembre de 2019 significaron un salvavidas para un gobierno que carga violaciones a los derechos humanos. A la vez, este sector ve con desconfianza el apoyo que le dio en general el Frente Amplio a la idea de legislar el proyecto de ley antibarricadas, cuando ya estaba desatada la crisis de derechos humanos en marzo de 2020.

Estos sectores y otros, más ligados a la izquierda tradicional y de militancias de años, podrían verse mucho más atraídos por las definiciones de izquiera más claras de Cuevas que por Boric y su intento por atraer a un electorado más amplio, y a la vez, menos politizado. Un porcentaje de ellos pudo haber sido parte de los casi 700 mil votos que obtuvo Daniel Jadue.

La campaña de Jadue dejó a muchos heridos por el camino, que podrían ver con buenos ojos a Cristián Cueva como candidato, quien apoyó la candidatura de Jadue desde el conglomerado Chile Digno y quien tiene experiencia en movimientos sociales más allá del estudiantil.

Mientras que Boric en su campaña de primarias intentó marcar las diferencias con el candidato del PC, también marcó un alejamiento con ese sector de la izquierda, muy desconfiada del centro político y los partidos. Boric aún no ha sabido reanudar esos lazos con la izquierda ni con el mismo PC, que aún tiene entre sus bases un sector reacio a su campaña.

Esto, como una ventaja, también podría ser una desventaja. La campaña de Cuevas corre el riesgo de ser un candidatura más bien testimonial y el electorado, ante la decisión de evitar un triunfo de la derecha, podría volcarse a optar por Gabriel Boric, quien llega con ventaja a noviembre, ante una alta votación en las primarias que superó el millón de votos.

Por otra parte, Cuevas podría ser un candidato que en los debates e intervenciones mediáticas le saque a colación temas complejos para Boric y al Frente Amplio, sector que en sus decisiones en el parlamento ha tenido tropiezos importantes y que se ha visto mermado en el tiempo por diferentes quiebres. 

Cabe recordar que el mismo Boric salió de su movimiento de origen, la Izquierda Autónoma, para formar el Movimiento Autonomista, el cual, después del ingreso de otros conglomerados- entre los que estaba Nueva Democracia, que lideraba Cristián Cuevas-, se transformó en el partido Convergencia Social. Convergencia Social también ha sufrido, en su breve historia como partido, el retiro de emblemáticos dirigentes como el mismo Cuevas y el sector cercano a Jorge Sharp. 

A esto se suma hechos erráticos, al menos, como la votación de la ley anti barricada, la firma de Gabriel Boric en el acuerdo del 15 de noviembre de 2019, sin consentimiento de su partido, o cuando en 2016 permitió el homenaje a los escoltas de Augusto Pinochet en el Congreso. Estos hechos, a los que incluso Boric ha salido a pedir disculpas, podrían transformarse en dolores de cabeza en futuros debates, pues amenaza con dejar abierta la idea de que hay presos de la revuelta a causa de las leyes aprobadas por Boric y el FA y el clima de acuerdo entre poderes del estado para perseguirlos.

Una biografía atractiva

Un punto al que Cristián Cuevas y la Lista del Pueblo podrían sacarle brillo en la competencia electoral es la biografía del candidato.

A pesar de que en redes sociales muchos criticaron que Cuevas tenía una larga tradición de militancia en partidos, instituciones muy criticadas durante y tras el estallido social del 2019, y a las que la Lista del Pueblo ha querido desligarse, Cuevas ha tomado decisiones respecto de su militancia que pueden sintonizar con este electorado. 

En 1999 se alejó del PS para militar en el PC convencido del liderazgo de Gladys Marín, a quien admiraba. En 2015 renunció a su militancia en el PC, que en ese momento componían la Nueva Mayoría y que gobernaba con Michelle Bachelet en La Moneda, tras el asesinato del trabajador subcontratado de Codelco Nelson Quichillao por parte de Fuerzas Especiales de Carabineros, mientras éste se encontraba protestando por mejoras salariales. Su muerte fue uno de los motivos de la renuncia de Cuevas al PC y a su cómodo y bien remunerado cargo como agregado laboral en España.

En una entrevista en Radio Universidad de Chile, Cuevas agregó que dentro de la coalición no era posible llevar a cabo el programa de Bachelet. “Necesitamos del movimiento social para empujar las transformaciones que el país requiere con urgencia, pero desde que el partido asumió sus labores de gobernanza, con el tiempo, esto generó distancia. Sobre todo cuando el Programa cada vez es más cercenado y desdibujado por los sectores neoliberales que componen la Nueva Mayoría. Por eso, creía que necesitaba formar un espacio para una voz distinta”, explicó en esa ocasión.

Su relación con los partidos no ha sido fácil, lo que en esta pasada podría traerle beneficios, al estar ligado a una candidatura de la Lista del Pueblo, celosos de su independencia política.

De todas maneras, Cuevas ha perdido tres elecciones parlamentarias a las que ha postulado, dos como militante PC (en 2009 y 2013) y uno con un cupo del Partido Humanista en el pacto del Frente Amplio (2017). Las tres experiencias como candidato, aunque infructuosas, se enfocaron en distritos populares y más conservadores donde su orientación sexual pudo haber sido rechazada. También se observa una baja en la cantidad de votos en cada candidatura: en la primera logró más de 22 mil votos, en la segunda sacó 12 mil votos y en la tercera poco más de 7 mil votos, que lo dejó como el candidato menos votado del distrito 20 en 2017. Sin embargo, todas estas elecciones fueron previas al estallido social.

Lo que podría sumarle a Cuevas es su experiencia junto al movimiento sindical, siendo aún un dirigente joven, en 2007, cuando lideró la paralización más importante de la minería en los últimos treinta años. Cuevas es uno de los pocos dirigentes ligados al trabajo que transparentó su orientación sexual como homosexual, en un área como la minería, aún machista y conservadora. Su pertenencia al mundo LGTBI+ podría ser atractiva para activistas y para jóvenes, mucho más abiertos a estos temas.

Por otra parte, se suma su origen humilde, oriundo de Coronel, que puede generar empatía entre los votantes y tocar fibras sensibles en la izquierda, a diferencia del candidato del Frente Amplio, Gabriel Boric, quien proviene de una cuna acomodada de Magallanes.



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Comentarios

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El tema de que Cristian Cuevas ha militado en diferentes partidos, en su caso no es algo negativo, sino positivo. Normalmente los que quieren hacer "carrera política" buscan los acomodos para salir electos y tener poder y plata y para eso si es necesario, se cambian de partido. En este caso sus cambios van en la linea de la coherencia de su pensamiento y sus opciones. Si el PS se derechiza y tu eres de izquierda ¿vas a seguir militando en el PS?, si estás en el PC y éste forma gobierno con la concertación y queda callado ante injusticias, aplicación de ley antiterrorista, muerte de un sindicalista en huelga, vas a seguir militando?... Si estás en el FA y uno de sus líderes firma el 15 de noviembre, ¿vas a seguir militando en el FA?... Los partidos son instrumentos, no son instituciones sacrosantas, no son una religión... Lo que cuenta es la trayectoria de lucha y defensa de los derechos de los trabajadores y de la disidencia sexual. Ahora, entiendo que les de un poco de susto a los que apoyan a Boric

Estoy totalmente de acuerdo con el comentario del Sr.Jesus Herrero E. Lo importante en Chile, son sus habitantes, sus Derechos Sociales ,y mejor calidad de vida., en todas sus formas. Por esto el Sr Cristian Cuevas es un interesante y positivo nuevo candidato a la Presidencia de Chile... Todo lo bueno a los chilenos. y logren los Cambios Sociales que necesitan y desean , con una persona que los represente Dignamente .

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