El cementerio de El Olivar, ubicado al norte de la ciudad de La Serena, es uno de los hallazgos recientes más relevantes de asentamientos humanos previos a la llegada de los españoles. El sitio de 35 hectáreas abarca un extenso registro de pueblos que por ahí dejaron huella, desde la cultura Molle (300-800 d.c.) hasta la cultura Diaguita (1000-1500 d.c), según recoge información publicada por el Colegio de Arqueólogos.
La historia del hallazgo comienza en 2014, mientras se realizaban las labores de construcción de la doble vía de la Ruta 5 -o Panamericana- que une La Serena con Vallenar. Durante las obras comenzaron a aparecer cuerpos humanos, por lo que el Consejo de Monumentos Nacionales detuvo la construcción y exigió que se hiciera una caracterización arqueológica que significó un sondeo de todo el lugar y luego el rescate de lo que hubiese allí.
Para ese entonces, el MOP había adjudicado la obra pública Concesión Ruta 5 Norte; Tramo La Serena – Vallenar al grupo licitante Sacyr Concesiones, empresa que creó otra sociedad concesionaria cuyo único giro es la construcción, operación y mantención de ese tramo de carretera. Así nació la Sociedad Concesionaria Ruta del Algarrobo S.A, en la cual se quedó con el 51% de la propiedad.
Sacyr Concesiones es un holding español especializado en el desarrollo de infraestructuras de transporte, siendo de las empresas constructoras que mayor cantidad de licitaciones logran a nivel mundial, teniendo en Chile cinco concesiones viales y la de construcción del Hospital de Antofagasta.
En tanto, las comunidades diaguitas del sector comenzaron a interiorizarse del hallazgo, y hacerlo parte de su herencia cultural, hasta que decidieron denunciar que el Estado no había realizado la consulta indígena correspondiente, conforme lo mandata el convenio 169 de la OIT, reclamo que fue tomando cuerpo con los años. Piden también que la construcción de la carretera respete lo más posible las 35 hectáreas que tienen valor como sitio arqueológico y que el Estado compense el daño que pueda causar la concesión que mandató.
La reacción diaguita
Según recoge el diario El Día de La Serena, en 2017 -bajo el gobierno de Michelle Bachelet- el intendente Claudio Ibáñez junto con comunidades diaguitas solicitaron al Ministerio de Obras Públicas (MOP) la modificación del proyecto inicial para evitar que la carretera pase por el sitio arqueológico. En tanto, el Consejo de Monumentos Nacionales estableció como requisito que sólo autorizaría la construcción en el lugar cuando se sacara hasta el último vestigio precolombino.
Ceremonia diaguita. Fotografía Emilia del Canto
El 21 de abril de 2018, en el sector Peñuelas de Coquimbo, se inició la primera reunión del pueblo diaguita para la defensa del sitio arqueológico El Olivar, siendo convocados por Javier Vega, consejero regional, quien invitó a todos los representantes de organizaciones diaguitas del territorio. Aquel día constituyeron una mesa de trabajo con el objetivo de generar una propuesta para el resguardo de los destinos de El Olivar. Además el Consejo Nacional Diaguita fortalece la mesa de diálogo de El Olivar, junto a la Red Nacional Diaguita y comunidades independientes que integran la mesa como un solo pueblo.
Esta mesa se define como auto-convocada. “Hemos trabajado de manera autónoma, disponiendo la presencia y participación de los representantes de comunidades, sin un afán económico, ni político partidista, por lo que exigimos ser respetados como pueblo ancestral, pues el sitio El Olivar responde una cosmovisión y a una identidad territorial que pertenece al pueblo diaguita y a los descendientes del mismo como una cultura viva hasta el presente, con manifestaciones y saberes vigentes”, explica la meica Herrera.
"En junio de este año estuvimos con la Municipalidad de La Serena, solicitamos una medida de protección a través de un recurso legal de zona típica y eso ha ido de tramitación en tramitación. Los representantes del MOP tienen un plan armado, tienen considerado pasar la carretera sin considerar nuestra validación", dice Carolina Herrera Rojas, meica (sanadora) diaguita.
Según Rojas, lo que el proyecto ha ofrecido es generar un tramo circular, que deje una isla en medio para el uso ritual del espacio, conectado con terraplenes.
Ceremonia diaguita. Fotografía Emilia del Canto
"En materia ambiental, en caso de afectación de un monumento arqueológico el titular del proyecto debe compensar el daño mediante distintas medidas. En el caso de sitio El Olivar, no existe ninguna compensación equivalente a la pérdida de casi un 50% del área actualmente protegida. Entonces se incurre de lleno en una afectación ilícita. Lo mínimo que el Estado, causante de este daño, puede hacer es adquirir los predios aledaños al sitio y construir un museo o parque arqueológico donde la comunidad pueda apreciar el hallazgo, informarse y conmemorar a sus ancestros”, plantea un declaración pública de Consejo Nacional del Pueblo Diaguita.
El Censo de 2017 indicó que 88.474 personas se autoidentifican como diaguitas, siendo el tercer grupo indígena más numeroso en Chile tras los pueblos mapuche y aymara.
El último sábado 10 de agosto las comunidades diaguitas realizaron una toma pacífica de la carretera, una iniciativa organizada por los integrantes de la mesa con el apoyo del Colectivo Muralista Trawun, para resaltar que continuarán por el camino respetuoso con el fin que el Estado se haga cargo de lo que reclaman como una afectación y vulneración de sus derechos.
INTERFERENCIA intentó contactarse con representantes del MOP para comentar el reclamo, pero sin éxito.
El hallazgo
Los arqueólogos Paola González y Gabriel Cantarutti estuvieron a cargo del rescate arqueológico del sitio de El Olivar que se realizó desde diciembre de 2015 hasta septiembre de 2017, cuando se llevó a cabo la última excavación.
El año 2015 se realizó una excavación de una franja de 380 metros de largo y 50 metros de ancho a través de pozos de sondeo. En total se excavaron 452 pozos, lo cual reveló la existencia de un asentamiento humano correspondiente a lo que se conoce como el complejo Las Ánimas (desarrollado entre los años 500 y 1000 d.C). El área no solamente fue un cementerio, sino que además tuvo un uso habitacional.
El sitio del olivar. Fotografía La Voz del Norte
El rescate contó con un equipo de 70 profesionales, 30 arqueólogos, 25 antropólogos físicos y 15 conservadores. En el proceso lograron rescatar 212 cuerpos humanos articulados y 46 cuerpos reducidos.
En la investigación se descubrieron objetos inéditos, como piezas de oro, instrumentos musicales y más de 150 vasijas de cerámica fracturadas pero completas, lo que dio como resultado cinco container de materiales que se recuperaron. Todo lo que excavado representa un 2% de toda el área que actualmente está protegida.
El equipo de investigación espera poder entregar el informe final en septiembre de 2019 al Consejo de Monumentos Nacionales para comenzar la etapa de análisis, lo que implicaría estudios de ADN. Actualmente los cuerpos están en Santiago en un depósito que reúne las condiciones necesarias para que se mantenga en un óptimo estado, para posteriormente indagar en ellos y difundir los resultados.
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