Todos los rumores y trascendidos en Ecuador, hasta la semana pasada, apuntaban a que el presidente Lenín Moreno anunciaría este 1 de octubre drásticas medidas económicas, entre las que se decía que estaba el alza del IVA.
Finalmente el mandatario ecuatoriano anunció por cadena nacional que no tocaría el IVA, pero sí los combustibles, aplicando el fin del subsidio que amortigua su valor, lo que provocó un alza de cerca del 120%. Fue así como casi inmediatamente estalló una revuelta social que mantiene paralizado al país.
El paquetazo económico, como lo ha llamado la prensa internacional, incluye un impuesto especial por tres años a las empresas con ingresos mayores a 10 millones de dólares; el término del subsidio al diesel y a la gasolina; la reducción de aranceles a empresas por compra de maquinaria y materias primas para exportadores; la facilidad de créditos para emprendedores; la supresión de los impuestos a las importaciones de aparatos tecnológicos; la disminución del salario y de los días de vacaciones de los funcionarios públicos; y una reforma laboral que aún no se especifica, pero que promete cambiar los contratos y favorecer el teletrabajo.
Las medidas son parte del compromiso que adquirió Ecuador con el Fondo Monetario Internacional (FMI), tras un acuerdo para el préstamo de más de 4 mil millones de dólares para el gobierno de Moreno. El acuerdo entró en vigencia este 2019 y promete aumentar el Producto Interno Bruto y arreglar las finanzas públicas de Ecuador, a cambio de drásticas políticas.
"Vamos a recuperar la confianza internacional, mejorar nuestra credibilidad para conseguir financiamiento más barato, vamos a impulsar la inversión, vamos a potenciar aún más la industria ecuatoriana, porque solo así crearemos empleo y estabilidad económica”, afirmó Moreno en cadena nacional.
Esa misma noche comenzaron las primeras manifestaciones en su contra. El día miércoles 2 de octubre, diversos sindicatos, organizaciones sociales y estudiantiles anunciaron movilizaciones para este jueves. Fue así como este 3 de octubre las principales ciudades de Ecuador amanecieron con manifestaciones, barricadas, marchas y disturbios. Miles de personas protestaban contra el paquetazo, impulsados por un llamado generalizado de los gremios de transportes, taxis y camioneros, quienes son los más afectados con la eliminación del subsidio a las gasolina, aunque la eliminación de un subsidio así termina afectando a todos los consumidores, pues eleva los costos de transporte de todos los bienes.
Durante la tarde los estudiantes de la Universidad Central de Quito -la principal casa de estudios pública, de larga tradición de protesta- marcharon hacia el palacio de gobierno de Carondelet en el centro histórico de la ciudad, siendo reprimidos y dispersados por la policía, o chapas, como se les conoce popularmente. En tanto, en los sectores más pobres de Guayaquil se produjeron cientos de saqueos y barricadas. En otras ciudades del país se generaron cientos de bloqueos de calles y carreteras.
“La Policía comenzó a reprimir sin mediar nada, a personas a veces que pasaban caminando. Lanzaban los caballos encima de las personas, había golpes,o simplemente los dispersaron si estaban en grupo, en las calles”, cuenta a INTERFERENCIA el periodista Andrés Reliche, ex director de la Agencia de Noticias Andes, quien estuvo reporteando en las calles de Quito durante toda la jornada del jueves.
Tras una mañana de protestas generalizadas, el gobierno de Lenín Moreno decretó el estado de excepción el mismo jueves, generando la alerta internacional sobre el alcance de las protestas. Aunque las cifras oficiales afirman que hay 46 detenidos, los movimientos sociales afirman que podrían ser muchos más. Tras el anuncio del estado de excepción, efectivos militares salieron a las calles y se desplegaron en las principales ciudades del país. Pero las protestas no han cesado.
Hasta la noche de este jueves, dirigentes gremiales anunciaban nuevas movilizaciones para este viernes, exigiendo que no se aplique el paquetazo.
"Frente a todas las posibilidades de negociación, nosotros ya tuvimos una resolución, que es la derogación del decreto ejecutivo de eliminar los subsidios. Como no hemos llegado a acuerdo con el gobierno, nosotros ratificamos las medidas de protestas", afirmó Abel Gómez, dirigente del transporte interprovincial de Ecuador.
Para muchos, el malestar frente a las alzas de los combustibles es la gota de rebalsó el vaso ante un gobierno polémico, que comenzó con la promesa de continuar con el legado de Rafael Correa, pero que ha renegado completamente de su origen. Un acuerdo con los partidos de derecha y ahora con el FMI viene a complicar el panorama del gobierno frente a una oposición correísta que encuentra en el paquetazo motivos para la acción.
La calle cambia gobiernos
En Ecuador las protestas callejeras han cambiado presidentes.
El caso más cercano tal vez sea el de las protestas de 2000, las que fueron clave en el derrocamiento de Jamil Mahuad, quien -al igual que Moreno- estaba intentando medidas económicas impopulares, como la elevación del precio de los combustibles y el congelamiento de los depósitos en la banca, denominado como feriado bancario".
Finalmente, las multitudinarias marchas contra Mahuad frente a Carondelet determinaron su salida del poder.
Cinco años después, en 2005, el presidente Lucio Gutiérrez, un ex militar acusado de graves casos de corrupción, también fue derrocado en medio de grandes protestas en Quito, huyendo de Carondelet en un helicóptero militar.
Comentarios
Añadir nuevo comentario