Las investigaciones más recientes sobre el impacto del cambio climático en la salud de la población se han centrado, mayoritariamente, en cómo el aumento de las temperaturas agudiza las enfermedades crónicas e infecciosas presentes en niños, embarazadas y ancianos.
En esa línea, es sabido que las mayores temperaturas generan un conjunto de riesgos para la salud: estrés del corazón y los pulmones, deshidratación (la que puede derivar en episodios de insuficiencia renal e incluso en cálculos renales), cáncer de piel, brotes de salmonella y campylobacter (una bacteria que causa una infección intestinal), estrés psíquico, depresión y ansiedad, según documenta este artículo del periódico británico The Guardian.
Sin embargo, un estudio de Robbie Parks, James Bennet, Helen Tamura-Wicks, Vasilis Kontis, Ralf Toumi, Goodarz Danaei y Majid Ezzati publicado en el reciente número 26 del journal científico Nature Medicine, abrió un nuevo foco de riesgos para la salud producto del cambio climático: las muertes por lesiones.
Según los investigadores, las temperaturas anormalmente altas afectan el número de muertes por lesiones no intencionales (accidentes de tránsito, caídas y ahogamientos) e intencionales (agresiones y suicidio).
En el estudio se utilizaron los datos sobre temperatura y mortalidad de todos los condados continentales de Estados Unidos, en un lapso de 38 años (1980-2017). El resultado de su análisis arrojó que un aumento de 1,5º C estaría asociado con un estimado de 1,601 muertes por lesiones adicionales.
A su vez, según el estudio un 84% de estas muertes adicionales afectan a varones, principalmente jóvenes y de mediana edad. Así, el segmento estudiado más afectado fue el de 15 a 34 años, grupo en el que las muertes por accidentes de tráfico representaron el 42%; mientras que los suicidios fueron el 30%; y los fallecimientos por violencia y ahogamiento, el 14%. Cabe destacar que, según consigna el estudio, estas muertes por ahogamiento aumentan en climas cálidos a medida que las personas nadan con mayor frecuencia.
Por su parte, las causas del mayor número de muertes por suicidio y asaltos violentos no tuvieron una explicación completamente clara por parte de los investigadores. Una posible respuesta fue que las personas que pasaron más tiempo al aire libre estuvieron expuestos a un mayor riesgo de confrontaciones. Lo anterior se relaciona, de acuerdo a los autores, con que en un clima más cálido las personas tienden a beber más alcohol fuera de sus casas, lo que es un factor a considerar respecto al aumento de los niveles de violencia.
Los resultados del estudio cobran mayor relevancia al tener en cuenta que, según se lee en él, las muertes por lesiones representan cerca del 10% de todas las muertes en el mundo (más de 5 millones de personas al año, lo que es superior a las muertes por el VIH-sida, la tuberculosis y la malaria juntas), y que el impacto del calentamiento global en este asunto solo ha sido estudiado profusamente.
Existe una gran cantidad de investigaciones que buscan analizar la variable estacional en las causas de mortalidad de la población. Es decir, causas de muerte que se relacionan con distintas épocas del año. En este sentido, uno de los autores del artículo e investigador del Imperial College London, Majid Ezzati, señaló a The Guardian en su artículo que recoge la investigación que "hay una larga historia de trabajo que muestra que las lesiones son fundamentalmente estacionales".
Pero el cambio climático, y un eventual recrudecimiento de sus consecuencias, plantean un escenario en el que las tendencias habituales de la estacionalidad de las causas de muerte se vean modificadas. Según el citado artículo de The Guardian, “el mundo está actualmente en camino de un aumento de temperatura de entre 3° y 4°, lo que sugiere que el aumento de muertes por lesiones podría ser aún mayor”.
No es primera vez que se asocia muerte por trauma y cambio climático, pues ya otros científicos han visto la posibilidad de que los fenómenos meteorológicos como huracanes, inundaciones e incendios forestales, sean los responsables de esas alzas en las tasas de mortalidad. También los científicos han relacionado la agresión y la violencia, con la crisis climática a nivel mundial, al estar relacionada con conflictos violentos y migración forzada.
Por su parte, la investigación publicada en Nature Medicine concluye que, a la luz de los hallazgos, es imperioso generar intervenciones dirigidas contra lesiones durante períodos de temperaturas anormalmente altas, especialmente porque estos episodios podrían aumentar con el cambio climático global.
Ezzati dijo al respecto a The Guardian: “la comunidad de salud pública tiende a olvidar que las muertes por lesiones son en realidad un factor bastante importante [en la mortalidad general]. El énfasis en los jóvenes es un aspecto importante de la historia, ya que son activos desde el punto de vista educativo y económico”.
Adicionalmente, en un comentario que acompaña al artículo, las investigadoras Shanthi Ameratunga y Alistair Woodward, de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), insisten en que las políticas para abordar la emergencia climática son “particularmente urgentes en los países de bajos y medianos ingresos, que experimentan más del 80% de la carga global de lesiones y generalmente son más vulnerables a los efectos del clima extremo”.
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