El 14 de mayo de 2019 la Universidad de Concepción celebrará 100 años desde su fundación. Un siglo marcado por su prestigio académico y aporte al desarrollo del país por parte de valiosos profesionales que pasaron por sus aulas. Conocida también por ser epicentro de hitos culturales y políticos, pero que, sin embargo, guarda algunas historias desconocidas para la mayoría de los chilenos.
Una de ellas tiene lugar en la biblioteca central de la casa de estudios, que lleva por nombre “Luis David Cruz Ocampo”, en honor a su primer director. Fundado en 1926, el edificio de 10.000 metros cuadrados y cinco pisos de altura, tiene en su segundo nivel la “Sala Chile” la que, además de guardar las tesis de sus egresados, mantiene en exposición una medalla entregada en 1958 por el dictador español Francisco Franco, durante el segundo gobierno de Ibáñez, momento en que ambos países suscribieron un acuerdo binacional.
La orden de “Caballero de la Gran Cruz al Mérito Civil’ fue creada en España en 1926 por el rey Alfonso XIII. “Otorgada a su Excelencia Don Luis David Cruz Ocampo, por su trabajo y relevantes servicios de incontestables méritos en bien de la amistad entre Chile y España y la creación de la doble nacionalidad”, señala en un apartado el galardón.
La “Gran Cruz” expuesta en la biblioteca de la Universidad de Concepción tiene además un diploma, que es la parte más llamativa debido a que en su encabezado tiene el nombre de Francisco Franco Bahamonde.
Pese a recibir esta distinción proveniente del mundo militar, el perfil de Cruz Ocampo era más bien el de un intelectual, al ser uno de los fundadores de la Sociedad de Escritores de Chile y también con una reconocida carrera diplomática, como embajador ante la Santa Sede en 1939 y en Moscú en 1947. Se desconoce si conoció directamente a Franco, puesto que el galardón se le entregó en Santiago a manos del embajador de España de esa época.
La “Gran Cruz” expuesta en la biblioteca de la Universidad de Concepción tiene además un diploma, que es la parte más llamativa, debido a que en su encabezado tiene el nombre de Francisco Franco Bahamonde. El dictador español, que venció a la segunda República en la cruenta Guerra Civil de 1936-1939, haciía acuñar las monedas (pesetas) con el lema de: Francisco Franco, caudillo de España, por la voluntad del pueblo y la gracia de Dios.
Para muchos estudiantes y académicos resulta contradictorio con el espíritu universitario exhibir este homenaje de Franco, si se considera que la dictadura franquista es responsable de la muerte de alrededor de 150 mil personas y la desaparición de otras 114.000, según la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP).
El año en que se produjo la entrega del diploma las cosas no estaban fáciles para el dictador español. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1945, España se vio aislada internacionalmente, lo que motivó al dictador a generar acercamientos con América Latina. Incluso, durante el gobierno de Salvador Allende, el militar jugó un rol importante en que Chile pudiera renegociar su deuda externa. Sin embargo, el mandatario socialista no le habría otorgado el crédito, según el libro “¡Viva la verdadera amistad! Franco y Alende, 1970-1973”, de la historiadora de la Universidad de Chile, María José Henríquez.
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