Junio fue uno de los meses más tensos para la institucionalidad del Partido Socialista (PS) en muchos años. Conexiones de la colectividad con el narcotráfico en San Ramón y el dudoso padrón de esta zona llevaron a que el 21 de dicho mes el Tribunal Supremo del PS anulara cada uno de los votos emitidos en la comuna -y en otras 19- durante la elección interna realizada el 26 de mayo.
A más de un mes de estos hechos, el conflicto ya no es tema en los medios de comunicación, principalmente porque ya no es parte de las pautas a las que llaman los representantes de los distintos bandos del socialismo: la directiva actual, encabezada por Álvaro Elizalde, y los rebeldes tras la candidatura de Maya Fernández.
Las alternativas que hay para explicar este escenario son que los socialistas superaron el conflicto por su comuna más polémica, o simplemente el escándalo se trató de algo más comunicacional en el contexto mayor de una pelea de poder.
El PS ya venía en un quiebre que era visible antes de las elecciones. Álvaro Elizalde buscaba un nuevo período como presidente, asimismo su secretario general Andrés Santander. Por otro lado, la diputada Maya Fernández materializó la contra, postulando a la presidencia, apoyada por la amplia y heterogénea disidencia del partido, la que incluía a personajes como Fernando Atria, Mahmud Aleuy y el diputado Marcelo Díaz.
Las diferencias internas sólo los militantes socialistas las pueden entender, puesto que el debate previo nunca mostró una discusión ideológica o de proyectos de conducción distintos.
Desde fuera, resultaba una elección llamativa, considerando el hecho de que Aleuy –ex subsecretario del Interior de Bachelet, de perfil antimapuche y concertacionista– iba en la misma lista que Atria, líder del lote Izquierda Socialista, el cual en el discurso aboga por los derechos del pueblo mapuche y que busca acercarse al Frente Amplio.
El 26 de mayo -aunque tardaron semanas en contarse- las urnas dieron el triunfo a la lista de Álvaro Elizalde, lo que implicaba su investidura, pero en términos individuales a Maya Fernández, lo que se trató de posicionar como un logro político.
La situación aparentemente ambivalente, buscó generar confusión sobre la legitimidad del triunfo de Elizalde. Esto porque por estatutos es el Comité Central el que define a la mesa directiva, y esta partida precisamente la ganó el sector del presidente socialista, pero la disidencia insistía en que por su mayoría personal la diputada debía dirigir a los socialistas chilenos.
Después de semanas marcadas por la discusión de quién debía ser presidente, y sin un cómputo oficial, el 17 de junio Canal 13 emitió el reportaje Elecciones del PS, los sospechosos de siempre. Ahí la crisis estalló, pues mostraba que durante el día del sufragio, habían estado presentes personas cercanas al alcalde de San Ramón, Miguel Ángel Aguilera, las cuales tuvieron vínculos con el narcotráfico, y otros nexos de cuestionables personajes con la lista de Elizalde.
En 2017 Aguilera había renunciado al partido luego que Informe Especial revelara sus vínculos con estas mismas personas, y ahora el oficialismo del PS se perfilaba como el principal beneficiado con esta situación, puesto que en su lista llevaban a Mónica Aguilera, hermana del alcalde, como también a José Miguel Insulza, otro cercano al jefe comunal. Todo esto, en una comuna que por sí sola concentraba el 19% del padrón metropolitano, tal como informó INTERFERENCIA en su momento.
Elizalde se vió acorralado y su histórico enemigo en el partido, Marcelo Díaz, se levantó como el vocero de esta avanzada contra el narcotráfico en el PS.
Esto, aunque -paradójicamente- nadie mencionaba que en la lista disidente hubo dos personas también cercanas a Aguilera: Marcela Rosales y su hija Marcela Aliste, la primera dueña de una automotora que funcionaba frente al municipio de San Ramón en un terreno de propiedad de la misma entidad edilicia, hechos que fueron investigados por la Unidad de Análisis financiero, según reveló Ciper Chile en 2017.
Mucho ruido, pocas nueces
Tras la denuncia de Canal 13 pasaron cuatro días y el Tribunal Supremo del partido anuló los votos de San Ramón y otras 19 comunas del país. De ahí en adelante, de a poco el conflicto mediático se fue diluyendo, lo que deja la impresión de que el problema no era tan complejo.
Con todos estos sufragios fuera de competencia, el resultado final siguió siendo el mismo. La mayoría del Comité Central la ganó Elizalde y con esto se aseguró la presidencia. Esto se confirmó el pasado 6 de julio, cuando el senador fue ratificado en el cargo más importante de la colectividad, misma situación para su secretario general, Andrés Santander. También entraron al Comité Central -sin los votos de su comuna- Mónica Aguilera, Marcela Rosales y Marcela Aliste, todas de San Ramón.
Pese a esto, el tema de San Ramón impactó al partido y al menos mediáticamente dejó la sensación de que el socialismo en Chile está demasiado próximo al narcotráfico. Por esto, el PS también definió una comisión integrada por ex presidentes del partido para recalificar el padrón de la comuna, con el objetivo de identificar a las personas que ficharon en el PS pero que en la práctica no son militantes activos.
Y al parecer con esto bastó para olvidar el tema. Maya Fernández ha tomado un camino conciliador, valorando la medida de recalificar el padrón y viendo la crisis como una oportunidad, según indicó a El Desconcierto. Por otro lado, Osvaldo Andrade y Ricardo Núñez, quienes eran parte de la disidencia en las elecciones, integran la mencionada comisión de ex presidentes, junto con Camilo Escalona, quien es del sector que lidera Elizalde.
Quien sigue desconfiando es Marcelo Díaz. En conversación con INTERFERENCIA, el diputado cree que la medida impulsada por la mesa directiva es “maquillaje” y que hacen falta medidas más “de fondo”, poniendo como ejemplo intervenir en la militancia de San Ramón y reformar el Tribunal Supremo del partido.
Consultado sobre el hecho de que Marcela Rosales y Marcela Alista hayan sido parte de la lista de la que él fue apoderado, y que actualmente sean parte del Comité Central, el congresista dijo que “todo lo que constituya una anomalía, venga de donde venga, para mí es motivo de ser enfrentado de manera abierta”.
El clima actual del PS muestra que la amplia disidencia que se vio en las elecciones se desvaneció, y según han dicho algunos militantes de ambos sectores a nuestro medio, quienes podrían estar con el mismo ánimo que Díaz serían Mahmud Aleuy y Fernando Atria.
En tanto, a nivel interno, San Ramón parece que dejó de ser un problema relevante, pero no de cara las elecciones municipales de 2020, cuando el problema puede volver a erupcionar.
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