El 18 de abril pasado ingresó una demanda en el 1º Juzgado de Letras de Santiago en contra de la Fundación Villa María Academy. La acción judicial, que permanece en tramitación, la presentó una profesora del ramo de Química en contra de ese tradicional colegio de niñas de la elite, luego de que se le notificara en noviembre de 2017 que su vínculo laboral finalizaría a fines de febrero de 2018, es decir, con el comienzo del nuevo ciclo escolar.
Según afirma en la demanda la docente, C. P., las autoridades del establecimiento le comunicaron que su desvinculación se debía a “necesidades de la empresa”, lo que fue objeto de sospecha desde un inicio por parte de ella.
“La verdadera razón de mi despido es que a nivel profesional y docente, no estuve siempre de acuerdo con lo que plantearon y propusieron mis jefas, por lo que manifestaba respetuosamente mi descontento en ciertas discusiones e intentaba dialogar cuando creía que las cosas se podían hacer de otra forma”, se lee en el texto de la demanda.
En ese mismo noviembre de 2017, las autoridades de la fundación recibieron una noticia inesperada en sus 77 años de historia: la mitad de los trabajadores y profesores del colegio se había organizado para dar vida al primer sindicato al interior del Villa María.
Se fueron las “sisters”
La historia del Villa María -cuyo lema es "servir con sencillez y alegría"- comienza en 1940, con el arribo a Chile de religiosas de la Congregación de las Hermanas Siervas del Inmaculado Corazón de María, domiciliadas actualmente en dos regiones de Estados Unidos: Pennsylvania y Michigan. Estas mujeres, conocidas coloquialmente como “sisters”, llegaron al país con la intención de “educar a líderes”, según un video divulgado en el sitio web de la comunidad de ex estudiantes para el aniversario 75, en el que también se afirmaba que para 2015, la institución contaba con 7.500 ex alumnas.
Por las aulas del Villa María, ubicado en Las Condes, han transitado distintas mujeres pertenecientes a la elite chilena. Ejemplos hay de sobra: ahí estudió Magdalena Piñera, hermana del Presidente; Patricia Matte, heredera del clan Matte, e Isabel Pla, actual ministra de Educación, entre muchas otras.
En 2009 las “sisters” se retiraron de la administración del colegio, dejando la dirección en manos de la Fundación Villa María Academy, que obtuvo su personalidad jurídica el 6 de octubre de 2011. Tras la retirada de las religiosas, la dirección quedó en manos de Ana María Tomassini, descrita en varios medios de comunicación como la primera laica en estar en el cargo, además de ser ex alumna.
Este hito fue importante para la conformación del Sindicato de Trabajadores Colegio Villa María, que se concretó el 28 de noviembre del año pasado. Así lo comenta María Eugenia Pfeffer, presidenta de la organización, en entrevista con INTERFERENCIA. “El cambio de la administración del colegio trajo bastantes modificaciones”, dice. “Dentro de eso está la motivación de formar el sindicato, para que se respetaran los beneficios que habían dejado las ‘sisters’”.
En abril de 2018 se inició la primera negociación colectiva. A pesar de que el nuevo sindicato pensaba que el proceso “iba a ser bastante más fácil”, en un comienzo la fundación no accedió a sus peticiones.
“Dentro de las cosas mínimas que pedíamos era que a los administrativos se les pagaran todo el uniforme que se le exigía, porque ellos tenían que pagar un porcentaje de éste. Además, pedíamos incrementos de sueldo, que hace muchos años que los profesores no tenemos incremento de sueldo; tampoco teníamos aguinaldo; y también pedíamos una mesa de buenas prácticas, para mejorar el clima laboral”, afirma Pfeffer.
El proceso de sindicalización llegó hasta situaciones poco comunes en los colegios privados de la elite chilena. El 16 de mayo de este año hubo una votación a huelga, que se aprobó por 103 votos, según consta en el archivo de la Dirección del Trabajo. “Ahí pedimos la mediación de la Inspección del Trabajo, y estuvimos negociando una semana con la directiva del colegio. Finalmente, llegamos a acuerdos como el incremento de sueldo, incluyendo el aguinaldo, como que se pagara el uniforme de personal administrativo y que se tuviera esta mesa de buenas prácticas”, dice Pfeffer.
La dirigenta comenta que, si bien desde la Fundación Villa María Academy se sorprendieron a partir de la conformación del sindicato –compuesto hoy en día por 121 de los 242 trabajadores–, hasta el momento no se han reportado malos tratos ni persecuciones contra los profesores u otros miembros de la asociación.
La periodista encargada de las comunicaciones del Villa María, contestó en nombre de la dirección a INTERFERENCIA que efectivamente la negociación entre las partes finalizó en mayo, con la firma de un contrato colectivo. “El que haya un sindicato en el colegio es una oportunidad para tener un interlocutor en temas de interés para una parte de quienes trabajan en el colegio y para revisar los procedimientos y prácticas laborales de la institución”, afirmó.
Las consultas de este medio también apuntaron al proceso judicial en contra de la fundación llevado a cabo por la ex profesora, esa que sigue tramitándose en el 1º Juzgado de Letras de Santiago y que incluso tiene una audiencia programada para el próximo jueves 22 de noviembre, a las 11:30 horas. Ahí la respuesta fue escueta.
La demanda
“Quiero que sepai que el colegio nunca ha perdido una demanda”. Esas fueron las palabras que, según C.P. le dijo en medio de un pasillo el subdirector de finanzas del Villa María, Paolo Salvatore. El hecho, acorde a la ex profesora del colegio, habría ocurrido en diciembre del 2017, un mes después de que le comunicaran su despido, lo que ocurrió el 6 de noviembre de ese mismo año.
Previo a esa fecha, la profesora tuvo desencuentros con la directora del colegio, Ana María Tomassini. Uno de estos, tal como lo narra en la acción judicial, ocurrió en 2017, cuando desde la dirección se adoptó la medida de evaluar a los profesores metiendo a los jefes de departamento en el aula, junto a los alumnas.
“Mi proceso de evaluación fue irregular, porque a diferencia de mis compañeros, mi fiscalización no era avisada, por lo que la jefa sin ningún tipo de aviso asistía a cualquiera de mis clases”, relata C.P. y agrega: “yo manifesté mi descontento, y no por el hecho de que me fiscalizaran, sino porque se hiciera de forma diferenciada al resto de los profesores. También manifesté mi disgusto, ya que esas fiscalizaciones nunca tuvieron como resultado algún tipo de informe o evaluación formal que pudiese ser revisada u objetada por los docentes”.
Ese día de noviembre le comunicaron que su despido se debía a “necesidades de la empresa”. No le dieron razones mayores, lo que acrecentó la hipótesis de la profesora respecto de su desvinculación: sus discrepancias con las autoridades.
El 8 de marzo de 2018 firmó su finiquito con “reserva del derecho de accionar judicialmente”, algo que se concretó el 18 de abril pasado, cuando interpuso la demanda en el 1º Juzgado de Letras de Santiago, por “despido injustificado, indebido o improcedente y cobro de otras prestaciones laborales”. Solicita, en total, un pago de $11.681.196 por parte de la Fundación Villa María Academy, además de que esta última cubra los costos del juicio.
La periodista que trabaja para la dirección del Villa María contestó lo siguiente a INTERFERENCIA respecto de esta demanda: “El colegio prefiere no referirse a ella por cuanto ésta está abierta aún. La causa es un caso común de desacuerdo entre empleador y empleado desvinculado que no reviste mayor complejidad. El colegio esperará la resolución del Tribunal y respetará lo indicado por éste”.
A esta acción judicial se suma otra ingresada al 2º Juzgado de Letras de Santiago, que interpuso una auxiliar de servicios por daño moral luego de sufrir un accidente en una escalera del colegio. Ésta se cerró el 15 de marzo de 2018 con un acuerdo entre las partes y el pago de $1.200.000 desde la Fundación Villa María Academy; un monto menor a los $12.000.000 solicitados por la ex trabajadora y que se entregó “con el sólo ánimo de poner término al presente juicio (…) sin reconocer los fundamentos de las demandas de uno y otro".
Nota de la redacción: el artículo ha sido modificado este viernes 9 de noviembre para corregir el nombre de la presidenta del Sindicato Colegio Villa María, María Eugenia Pfeffer, y no María Eugenia Pfeiffer, como fue publicado originalmente.
Comentarios
Hola. Que asco su artículo.
Me parece una vergüenza por
nunca en mi vida había leído
Me parece una vergüenza de
Yo fui alumna suya por dos
Me parece una vergüenza de
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