Este jueves comenzaron las votaciones del parlamento europeo, cuyos resultados se conocerán el domingo 26, cuando los 28 países pertenecientes a la Unión Europea hayan terminado de sufragar. Ayer fue el turno de Reino Unido y Holanda, mientras la sombra de la ultraderecha amenaza con oscurecer todo el panorama del viejo continente, en especial tras el encuentro de partidos ultraderechistas europeos el pasado 18 de mayo, en Milán, del que sus líderes salieron con la esperanza de obtener un tercio de las votaciones europeas y conformar un potente bloque que haga avanzar sus políticas nacionalistas y anti inmigratorias.

Los diputados del parlamento europeo son elegidos cada cinco años, siendo ésta la única institución europea elegida por sufragio, desde 1979. Este jueves más de cuarenta millones de británicos estuvieron convocados a votar, así como trece millones de ciudadanos holandeses, quienes dan inicio a cuatro días de votaciones.

Pese a estar en medio de las negociaciones para llevar a cabo el Brexit, Reino Unido participa en estas elecciones en un escenario paradójico, con un pie afuera y otro dentro de la Unión Europea.

Pese a estar en medio de las negociaciones para llevar a cabo el Brexit, Reino Unido participa en estas elecciones en un escenario paradójico, con un pie afuera y otro dentro de la Unión Europea. Según los sondeos de YouGov, los integrantes del Brexit Party, partido liderado por Nigel Farage, obtendrían el mejor resultado. Para muchos expertos, si Farage supera el 35% de los votos sería un problema para la unidad europea, donde los británicos aportan eligiendo a 73 eurodiputados.

Con el posible triunfo del partido de Farage, el escenario se vuelve aún más complicado para la Primer Ministra británica, Theresa May, quien no ha podido convencer al parlamento inglés de aceptar su propuesta para la salida de la Unión Europea. Mientras este proceso no se concreta, la ciudadanía podría reafirmar el mensaje del brexit en estas elecciones. La misma encuesta sitúa al Partido Conservador de May con un 7% de los votos. Otros sondeos dan al Brexit Party incluso más votos de los que podrían sumar los conservadores y los laboristas juntos.

El auge de la extrema derecha es vista con temor por los liberales de derecha europeos. Ya hace unos días el Ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, afirmó que un eventual triunfo de Farage sería “un auténtico quebradero de cabeza para Bruselas”. El resquemor también va unido al auge del partido de Marine Le Pen en estas elecciones en Francia, quien aventaja levemente a los liberales de Macrón según encuestas, como el Poll of Poll.

Baja participación electoral

Otro punto a favor que tiene la ultraderecha europea en estas votaciones es la baja participación ciudadana, en comparación con las elecciones internas de cada país. En Reino Unido, la participación fue de un 35% hace cinco años, pero se sabe que el elector de derecha asiste a votar por sus preferencias fielmente.  En promedio, la participación de los 28 países europeos es de un 43%.

En Holanda, el partido de ultraderecha es el llamado Foro por la Democracia (FvD), que entre sus medidas públicas proponen leyes anti inmigrantes, la salida de la Unión Europea y son escépticos a la existencia del calentamiento global. Sus banderas son compartidas por los nuevos partidos derechistas europeos.

La ultraderecha busca aprovechar las elecciones de eurodiputados para lanzar una nueva coalición llamada Alianza Europea de Pueblos y Naciones, liderada por el vice primer ministro italiano Matteo Salvini.

La ultraderecha busca aprovechar las elecciones de eurodiputados para lanzar una nueva coalición llamada Alianza Europea de Pueblos y Naciones, liderada por el vice primer ministro italiano Matteo Salvini. Un adelanto de esta alianza se realizó el pasado 18 de mayo, en Milán, donde lograron reunirse derechistas populistas de 11 países de la región.

El gran ausente fue el líder ultraderechista austriaco, el vicecanciller Heinz-Christian Strache, quien está involucrado en un escándalo de corrupción que terminó por sacarlo de su cargo. Muchos creen que las esquirlas de esta explosión política podrían afectar no sólo al Partido de la Libertad (FPÖ), del cual es líder, sino también a otros partidos de la extrema derecha europea. Su mensaje xenófobo y nacionalista ha sido fuente de inspiración para Alternativa por Alemania (AfD), para el Partido de los Finlandeses y el Partido Popular Danés, entre otros.

A pesar de este duro golpe, la ultraderecha europea espera ansiosa los resultados de estas elecciones. Encuestas proyectan que estos partidos pueden ganar hasta un tercio de los escaños en el parlamento, y con ello, podrían bloquear decisiones y sancionar a sus miembros. En Francia el partido de Le Pen, Reagrupamiento Nacional, espera ser la primera mayoría, mientras todos dan por hecho el triunfo en Hungría, donde el ultraderechista Viktor Orbán mantiene el respaldo ciudadano y es dueño de gran parte de los medios de comunicación de su país.

El panorama político mantiene a miles de inmigrantes, la diversidad sexual y mujeres en vilo frente a un discurso de la extrema derecha europea que bien representa el gobierno húngaro. En ese país, se pronostica que obtendrá más de la mitad de los votos, mientras que el mensaje para la ciudadanía es la intolerancia frente a todo lo que no parezca europeo. El discurso de “make Europe great again” ha llegado a la Unión Europea y, de paso, amenaza su existencia como nadie desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.