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Sábado, 20 de Abril de 2024
Partido por el descenso

Ex directora del club: “Mi miedo es que Colo Colo se mantenga en primera, pero que el modelo de administración siga de la misma forma”

Víctor Herrero A.

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Paloma Norambuena
Paloma Norambuena

Paloma Norambuena, quien integró el directorio de Blanco y Negro entre 2017 y 2018, analiza el fracaso institucional y cultural de la sociedad anónima que maneja y es dueña del equipo de fútbol más popular de Chile.

Admision UDEC

En la jerga futbolera se diría que hoy a las seis de la tarde Colo Colo se juega su futuro cuando enfrente al equipo de la Universidad de Concepción en el Estadio Fiscal de Talca. De ganar, el equipo más ganador y popular de Chile permanecerá en la primera división. De perder, descenderá de categoría por primera vez desde su fundación en 1925.

Pero la verdad es que Colo Colo no se juega su futuro en este partido. Independiente del resultado, el futuro que sí está en juego es el del modelo de las sociedades anónimas deportivas. Estas se crearon precisamente a partir de la quiebra por deudas de la Corporación Club Social y Deportivo Colo Colo en 2002.

Este modelo, que fue una suerte de privatización de los grandes clubes locales, permitió la entrada de hombres con plata a la administración del fútbol y, con ello, acceder a la influencia social y política del deporte más popular del planeta. El símbolo de esta nueva realidad fue el propio Sebastián Piñera que, pese a ser hincha de la Universidad Católica, se convirtió en 2006 en el mayor accionista individual de Blanco y Negro, la sociedad controladora de Colo Colo, títulos que tuvo que vender una vez que asumió su primera presidencia en marzo de 2010.

Hoy Colo Colo está sumido en una profunda crisis de resultados futbolísticos, tiene un directorio quebrado entre dos grandes accionistas, y su historia reciente es un fiel reflejo del dramatismo que ha vivido el país: un hincha muerto por un atropello de Carabineros en medio de protestas en las afueras del estadio Monumental durante el estallido social, y la polémica que generó que la institución se acogiera a la Ley de Protección del Empleo al inicio de la pandemia sanitaria.

"Este modelo de administración ha sido súper mezquino en tratar de representar o escuchar a las personas. Ni siquiera se han detenido a preguntarse quiénes son”.

Para hablar de todo esto, INTERFERENCIA conversó con Paloma Norambuena, quien en 2017 y 2018 estuvo en el directorio de Blanco y Negro en representación del Club Social y Deportivo Colo Colo, el que tiene derecho a dos de los nueve asientos en la junta directiva.

Hace poco esta abogada formó junto a un grupo de otros socios del Club Social la Fundación Sangre Altiva,  una organización sin fines de lucro e independiente que busca profesionalizar la gestión de Colo Colo manteniendo los valores tradicionales de ese equipo. Según ella, estos valores van mucho más allá de ganar copas y giran en torno a una identidad nacional diversa y compleja que no se puede reducir a maximizar las utilidades de los accionistas.

“En un día como hoy me da mucha pena, porque hay videos en redes sociales de Colo Colo viajando a Talca y hay gente asomada a la carretera con banderas, que deben ser de comunidades aledañas a la autopista, y todas esas personas con sus diversidades, económicas, políticas, sociales, se sienten identificadas con Colo Colo”, dice. “Y este modelo de administración ha sido súper mezquino en tratar de representar o escuchar a esas personas. Ni siquiera se han detenido a preguntarse quiénes son”.

A continuación un extracto editado de esta entrevista que duró más de dos horas.

- Desde el punto de vista futbolístico este año ha sido el más complicado en la historia de Colo Colo. ¿Existe algún culpable de esta situación?

Creo que la crisis de Colo Colo se debe a la mala administración puntual que ha tenido el club. No sé si uno podría sindicar un solo culpable, es una crisis que se viene acarreando hace años, incluso antes de Aníbal Mosa. Es una crisis de un modelo de administración. Habría que cuestionarse si el modelo de la sociedad anónima deportiva es el mejor que puede desarrollar y hacer explotar futbolística, deportiva y culturalmente a Colo Colo.

Entonces el problema es el modelo, pero también la forma particular de gestionarlo. Por ejemplo, la Católica -Cruzados- tiene un gobierno corporativo dentro de mismo modelo pero que, objetivamente, sí ha sido exitoso. Podemos criticar el modelo, pero en ese caso han tenido éxito porque se programó o planificó un plan de mediano a largo plazo que incluyó la formación de la cantera, el desarrollo del fútbol formativo. Esos directores de Cruzados tomaron decisiones al menos de mediano plazo y no cortoplacistas.

- ¿Y qué le ha impedido a los accionistas y directores de Blanco y Negro elaborar un plan de mediano y largo plazo?¿Por qué no lo harían?

Hay varios factores. Tenemos una mesa directiva donde no confluyen voluntades. Es muy personalista, muy individualista, y hay personas que están absolutamente encerradas en sus posiciones. Tienen distintas formas de mirar el fútbol. Algunos lo ven meramente con un fin económico. Otros lo ven como un club social y deportivo y pretenden reivindicar el fondo social, cultural, político y deportivo que tiene Colo Colo. Y además, al ser un equipo tan popular, muchas veces es difícil dirigir sin estar escuchando el cuestionamiento cotidiano. Un plan de largo aliento como el desarrollo del fútbol formativo no es algo que te traiga resultados hoy día. Y el hincha de Colo Colo es un hincha que, por su historia, siempre va a necesitar que salga campeón y tenga un rédito deportivo.

"El problema es el modelo, pero también la forma particular de gestionarlo. Por ejemplo, la Católica -Cruzados- tiene un gobierno corporativo dentro de mismo modelo pero que, objetivamente, sí ha sido exitoso".

- Pero la trampa del exitismo es independiente del tipo de administración.

No, porque la gran falencia que ha tenido este directorio, y las administraciones durante años, es no aunar voluntades y no escuchar las distintas posiciones que hay en torno al club. En realidad no hay formas internas de cuestionamiento de si el modelo se está gestionando bien o mal. O si el modelo debe ser a mediano o largo plazo. Alguien que dirige toma las decisiones, es una sola persona, la cual es cuestionada por otras personas, y nadie dice en un momento determinado: "Oye, quizás deberíamos hacer un plan diferente, deberíamos dejar esto hasta acá".

Lamentablemente en Colo Colo confluyó un grupo de personas en una coyuntura determinada, con intereses determinados que generaron que no haya ningún tipo de diálogo en el órgano directivo del club.

- ¿Puede ser más específica?

Los aportantes de capital se han dividido en estos momentos en dos bloques: Aníbal Mosa y Leonidas Vial. Ellos han visto el fútbol desde su perspectiva económica, que es maximizar el beneficio del accionista que aporta capital. El Club Social por otro lado representa esa mirada de Colo Colo con su objetivo deportivo, social y cultural, más allá de lo económico, y siempre ha tenido una visión diferente a la de los aportantes de capital.

Desde el año 2017 los dueños de Blanco y Negro se pelearon. Mosa se peleó con Vial y el directorio quedó totalmente fracturado. Y está el Club Social y Deportivo que dirime los votos, es el tercero que vota o por Vial o por Mosa, o no vota, o vota por sí mismo. Esto causó que hubiese poca capacidad para la toma de decisiones.

En vez de tomar las mejores decisiones para un club, los directores en realidad se están torpedeando constantemente, haciéndose zancadillas, y donde definitivamente manda quien tiene más votos sin importar si ese proyecto es más beneficioso económica, social, cultural o deportivamente. Resulta que en este sistema donde dirigen y toman decisiones las personas que tienen plata, esas personas que tienen la plata se pelearon, y provocaron que el que toma la decisión la toma solo. Que en este caso es Aníbal Mosa.

"El directorio del Club Social ha actuado junto con Aníbal Mosa de una forma súper voluntarista, como diciendo: 'Estamos contigo porque no estamos con Leonidas Vial'".

En su fuero interno Mosa probablemente tiene las mejores intenciones para Colo Colo. Pero al tener este directorio fracturado, lo que se provoca es que nadie puede contradecir la decisión del presidente o proponer otra idea. Porque cuando se propone otra idea, ésta no es escuchada, no es evaluada, no es comunicada, ni hay diálogo entre ninguno de los miembros.

Por otro lado, el directorio del Club Social ha actuado junto con Aníbal Mosa de una forma súper voluntarista, como diciendo: "Estamos contigo porque no estamos con Leonidas Vial".

- La pelea en el directorio ha sido bastante mediática. Mosa ha recurrido a un lenguaje medio populista e incluso dijo que Colo Colo era un equipo de izquierda, intentando él representar ese sentir en contraposición a León Vial, que claramente está ubicado en la derecha y es un fiel representante del ganador del neoliberalismo chileno. ¿Hay algo de real en esa pugna ideológica, o es algo ficticio, un discurso para las galerías?

Yo diría que Aníbal Mosa se refería a que el pueblo colocolino, los hinchas de Colo Colo, tenemos una identidad más bien de izquierda. Podemos conversar después sobre qué significa ser de izquierda hoy en día.

Pero sí hay una especie de pugna ideológica en el siguiente sentido. Vial es un administrador de sociedades, es dueño de empresas. Leonidas es miembro de muchos directorios, por ende su enfoque es que esta empresa llamada Colo Colo tiene que tener un éxito económico. Lograr que las acciones generen utilidades. El Club Social está en las antípodas, que es reivindicar un sentido social de Colo Colo. Y Aníbal Mosa se vio entremedio. Al ser empresario comparte la mirada de Vial, pero haciendo guiño a una identidad que él dice que es de izquierda, justamente para conseguir los votos de la corporación que tiene esa mirada: el Club Social, que históricamente tiene esa mirada más amplia.

La pugna ideológica, o la pregunta de fondo es: ¿El fútbol, Colo Colo, es una actividad meramente económica? Yo diría que el error es considerar que sólo es eso.

- Dentro del multimillonario Vial debe coexistir un pequeño hincha, porque si fuera solo por dinero y rentabilidad, pondría su plata en bitcoins. ¿Ese hincha no aflora de pronto?

Creo que la razón por la que los accionistas mayoritarios pusieron plata en Colo Colo claramente no es ganar plata. El club no genera plata. O sea, el fútbol como mercado grande sí, pero cada equipo y club no genera plata para sí. Leonidas Vial es colocolino. Yo no sé si en él aflora el hincha colocolino en la administración. Yo creo que ni él ni Mosa tienen malas intenciones, no creo que quieran que el equipo descienda a la B. Pero creo que hay otras razones que motivan a los dueños a comprar acciones de Colo Colo.

-¿Cuáles por ejemplo?

Una es el poder. Tenemos un Presidente de la República que se arrogó ser colocolino. Tuvimos un dictador que dijo ser colocolino. Carlos Ibáñez del Campo se sacó fotos con Colo Colo. Si estás en el directorio de Colo Colo tienes prensa gratis. También existen razones de motivación emocional, porque Colo Colo da mucho cariño. En momentos importantes los hinchas se te acercan, te saludan. Entonces yo creo que las razones para ser dueños del equipo no vienen de tener una ganancia económica, pero pueden ser políticas, de poder por influir en otros negocios, por cuestiones emocionales, por influir en otras áreas.

La institución podría marcar pauta en políticas deportivas, en políticas sociales. El crecimiento del fútbol femenino se debió en gran medida a Colo Colo, pero dejó de ser el campeón nacional femenino. Ahora es el Santiago Morning. El fútbol formativo, la educación que reciben los jóvenes deportistas, la inclusión que pueden tener a través del fútbol, que es una actividad sumamente democrática y de mérito, todas esas son cosas en las que Colo Colo podría influir de manera decisiva.

- Si Colo Colo desciende de categoría, ¿ese poder e influencia se esfuman?

Yo creo que no. Desde el punto de vista económico, quizás lo que más se vería afectado con un descenso sería el torneo de la primera división. El precio de las acciones de Colo Colo no varían mucho en el tiempo. Los que compraron en el momento que se hizo la concesión, han perdido plata, no han ganado. La motivación de los accionistas chicos es el sentido de pertenencia. De poder decir que soy dueño, de una partecita del corazón de Colo Colo.

"La identidad de Colo Colo es más compleja que llevarse todos los años una copa para la casa".

Colo Colo mismo no creo que sufra un daño económico tan grande si pasa a la B, seguiría recibiendo plata del CDF. Tal vez el mayor riesgo económico está en la administración misma de ahora. Si el equipo se mantiene en la primera división, existe el riesgo de merma económica, porque ya la hay.

-¿Y qué pasa con los hinchas? ¿O son meros clientes?

Lamentablemente en el modelo de sociedad anónima no hay posibilidades de representación de hinchas y creo que ese es el gran error de las administraciones del fútbol chileno. Colo Colo es un ecosistema compuesto por empresarios que son los dueños, por el Club Social y Deportivo y los que somos socios de ese club, por la Garra Blanca que tiene formas de poder súper especiales, por miles de accionistas minoritarios y por millones de hinchas que no se sienten representados ni por los dueños ni por el Club Social.

Y si nos enfocamos en estos hinchas que no se sienten representados por ninguno de estos actores, también vemos que es un grupo súper heterogéneo. El Bayern Múnich, por ejemplo, tiene un modelo en que los hinchas están representados. Entonces la identidad colocolina es muy diversa, pero no tiene formas de representación en las instancias de toma de decisión del equipo.

-Suena parecido a la crisis de representatividad política….

De alguna manera es cierto eso que Colo Colo es Chile, el club es reflejo de lo positivo y lo negativo en Chile. Por desgracia últimamente ha sido más reflejo de lo negativo. Si la sociedad va cambiando y tiene diferentes necesidades, es de perogrullo que el deporte se va a ver resentido en toda su dimensión social, cultural y económica. ¿Cómo llegan esas necesidades al directorio? Hoy en día es imposible. Con suerte se ve twitter, un tuitómetro. En realidad la hinchada, con toda su heterogeneidad, no tiene representación. Supuestamente era a través del Club Social y Deportivo, pero el Club tampoco aúna toda esta gama de identidades.

- Además el Club Social apenas tiene unos 10 mil socios, pocos para ser el equipo más grande del país.

Efectivamente son pocos si consideramos que es el club más importante de Chile, que es transversal y que representa una identidad nacional. Cuando Colo Colo se formó, lo hizo en respuesta a los clubes que respondían a las colonias o a una ciudad en particular. Cuando se conformó el equipo fue con una intención de identidad nacional. Entonces, ¿cuál es esa identidad nacional hoy en día? El estallido social nos demostró que hay muchas identidades nacionales y que no hay un liderazgo para todas esas identidades. Bueno, lo mismo pasa en Colo Colo. ¿Quién reúne todas esas identidades? ¿Quién representa todas esas identidades y diferentes necesidades que tienen los hinchas de Colo Colo? Eso no se ha logrado en Blanco y Negro.

- Hace unas semanas Vial deslizó que podría vender su paquete de acciones. ¿Podría pasar como con algunos clubes de Europa, que llegue un grupo corporativo chino o de Arabia Saudita o un multimillonario global a comprar el equipo más popular de Chile?

Es uno de mis principales temores, y de muchos hinchas también. Allí de nuevo está el tema de la identidad de Colo Colo. Si creemos que la identidad es salir campeón todos los años y ganar varias Copas Libertadores, entonces a lo mejor muchos hinchas van a estar contentos. Pero yo diría que el 50% o más de los hinchas no está buscando un éxito anual en lo deportivo. La identidad de Colo Colo es más compleja que llevarse todos los años una copa para la casa.

-¿Y cuál sería a su juicio esa identidad?

En una sociedad tan individualista como la chilena, un hincha podría decir que la identidad es ganar una copa todos los años. Pero hay hinchas que dicen que la identidad es más colectiva.

Cuando hace un año falleció el Neko [Jorge Herrera, hincha atropellado y muerto por un vehículo de Carabineros el 29 de enero de 2020 en las afueras del estadio Monumental] uno de los cuestionamientos que se hicieron los hinchas fue la respuesta de Blanco y Negro. No recuerdo exactamente el partido que siguió en el campeonato, pero yo pensé que harían un minuto de silencio por el hincha fallecido y no lo hicieron. La respuesta de Blanco y Negro fue bastante tibia, y ahí uno se pregunta: ¿Es normal que uno vaya al estadio y salga muerto? No, no es normal.

"¿Es posible que exista un grupo de personas tan aisladas de la realidad y las necesidades de las personas? Parece que si. Las tres comunas del rechazo lo comprueban. Parece que lamentablemente la forma de dirigir la institución ha estado muy aislada de la sensibilidad nacional y del hincha de Colo Colo".

Si la identidad es individual, como creo que ha sido la mirada del directorio, entonces a ellos no les va ni les viene que muera un hincha. Obviamente en el sentido humano es una lástima, pero en el sentido de un club, probablemente no es algo que afecte a la identidad. Pero para la hinchada, que sí ve en Colo Colo una identidad más colectiva, el hecho de que fallezca un hincha es un atentado a esa misma identidad colectiva. ¿Está siendo este directorio representativo de esa identidad? Yo creo que no.

¿Es posible que exista un grupo de personas tan aisladas de la realidad y las necesidades de las personas? Parece que si. Las tres comunas del rechazo lo comprueban. Parece que lamentablemente la forma de dirigir la institución ha estado muy aislada de la sensibilidad nacional y del hincha de Colo Colo.

-Nuevamente salta a la vista cierto paralelismo con lo que sucede a nivel general en el país.

Completamente. La muerte del Neko se puede enmarcar en el estallido social. Pero también está el hecho de que, en el marco de la pandemia, Blanco y Negro se acogiera a la ley de protección del empleo. Tendemos a mirar a los futbolistas del primer equipo, pero Colo Colo está formado por muchos trabajadores. Trabajadores históricos que llevan años en el club. Entonces por un lado tienes a los futbolistas de Colo Colo, que son los que uno ve, que ganan cantidades gigantes de dinero para el contexto chileno; y por el otro lado tienes un trabajador en Colo Colo que puede ganar el sueldo mínimo.

Yo lamento mucho cómo se trató en la prensa este tema, creo que la prensa deportiva está al debe respecto de tomar el fenómeno de un club en toda su dimensión social. Podía haber tenido conversaciones un poco más profundas sobre el estado del deporte. La cobertura se enfocó mucho en los futbolistas, en la reacción que tuvieron, casi sindicalizados, pero en realidad no se tomó nota de que acogerse a esta ley afectaba a todo el resto de Colo Colo. Yo me imagino que estos trabajadores se habrán sentido pasados a llevar cuando ven que el directorio sí responde a peticiones de futbolistas, que ganan millones, y no responde a las solicitudes o problemas económicos que está pasando un trabajador que no sea futbolista.

Estamos hablando de que sin los trabajadores el estadio no se abre. No se lava la ropa, no se prende la luz, no juega el primer equipo. Nuevamente el tratamiento que dio el directorio se centró en el primer equipo, en resolver las desavenencias con el primer equipo, la prensa también se centró en ellos, en lo que decían, en lo que molestó al primer equipo, pero no se vio el drama y complejidad más grande de que hay otras personas que trabajan en ese club, y todas esas personas fueron acogidas a la ley de protección del empleo.

- Parte de esa ley fue una especie de subsidio a las empresas pagado por los propios trabajadores. Entonces uno se pregunta: en un club que tiene accionistas multimillonarios, que tiene empleados de primer nivel que ganan salarios estratosféricos para Chile. ¿Por qué el que limpia el camarín tiene que hacerse cargo de su propio sueldo para que no lo despidan? En ese sentido, ¿Colo Colo no refleja también esa voracidad de algunas empresas?

Por supuesto, y de pronto es súper impopular decirlo: también refleja la desconexión de los futbolistas que tenían más sueldo en el primer equipo. Porque también hubo una fractura en el primer equipo, porque hay futbolistas que ganan mucho menos de lo que uno imagina, y a nivel nacional el futbolista promedio está muy lejos de lo que pueden ganar algunos futbolistas de Colo Colo. A nivel laboral se cometieron los mismos vicios de cualquier empresa.

- ¿A su juicio Colo Colo tenía una obligación moral y social mayor que otro tipo de empresas?

Pienso que Colo Colo en todos los niveles tiene un aspecto social y moral superior, porque es un club que tiene un impacto de cambio social. Si Colo Colo toma una decisión, esa decisión influye y repercute en lo laboral, en lo deportivo, en lo cultural, en todo. Y el directorio no se ha dado cuenta de la repercusión que tiene Colo Colo, tanto en lo negativo, como en lo positivo. Yo esperaría que las grandes políticas deportivas salieran de Colo Colo, que motivara proyectos de ley, incentivo al deporte, incentivos a la inclusión. El potencial que tiene Colo Colo es infinito.

-¿Cómo se sale de esta crisis? ¿Se sale con no descender y salir campeón el próximo torneo?

Otro de mis miedos es que nos mantengamos en primera, pero que la estructura de administración se mantenga de la misma forma. Hay varias soluciones. A mediano plazo, inmediatas y a largo plazo. Por supuesto que la solución ideal sería que se planteara un nuevo modelo de gestión del fútbol, no enfocado solamente en el rédito económico, sino que también ver al fútbol con todas sus dimensiones y el impacto social y político que tiene. Cuando Colo Colo quebró, de alguna forma el objetivo de la concesión era ganar plata, y eso no se cumplió. Entonces no hay razón de ser para mantener un modelo centrado en sociedades anónimas cuyo único objetivo es hacer crecer el capital del accionista pero esto no sucede.

"Los dueños ven al club como parte de la industria del espectáculo. Pero Colo Colo se parece más a la industria extractiva, en el sentido de que llega a un lugar donde existe ya un ecosistema".

Eso se puede hacer con una modificación de la ley, y yo creo que el modelo al que hay que ir debe contar con mayor representación del hincha. Las necesidades identitarias que tiene el hincha deben llegar al nivel de la toma de decisiones del club, y eso incluye pensar también en qué tipo de jugadores quieres formar.

Hubo un caso famoso hace poco que es el caso de [Leonardo] Valencia, que fue acusado de violencia intrafamiliar y que va a ser formalizado. Como muchas empresas, Colo Colo no tiene cláusulas en el contrato que digan que un jugador o trabajador puede ser desvinculado si ha sido formalizado o acusado por hechos de violencia intrafamiliar. La directiva nunca se puso en la situación de que está formando deportistas, y que no solo eso, sino que esos deportistas repercuten socialmente en otras personas. Tenemos un conjunto de niños y adolescentes que miran a los futbolistas de Colo Colo como ídolos, y tenemos un conjunto de niños y adolescentes que además se están formando como deportistas al interior del club.

Entonces el directorio de Colo Colo debiera cuestionarse, qué identidad es la que debemos tener como club de fútbol. Si se trata de conseguir campeonatos siempre y me da lo mismo todo porque lo que importa es ganar la copa, o si me importa generar un cambio y que el futbolista que salga de Colo Colo salga con un sello en particular, con una identidad en particular y esa identidad repercuta en la sociedad.

El desarrollo de la identidad es algo que no se ha trabajado, porque el modelo de sociedad anónima solo se centra en un rédito económico. Y los miembros de los directorios que han estado en Colo Colo tampoco se han dado espacio para discutirlo. Porque si bien la ley de sociedades anónimas deportivas está hecha para ganar plata, nada obsta que estas personas se sientan y digan: "podemos ganar plata, pero quizás rentabilizar de otra forma".

Hay una analogía que sirve mucho para graficar esto. Los dueños de Colo Colo ven al club como una empresa que es parte de la industria del espectáculo. Pero si lo miras en términos económicos o empresariales, Colo Colo se parece más a la industria extractiva, en el sentido de que llega a un lugar donde existe ya un ecosistema. Cruzados de alguna forma entendió que hay un ecosistema que rodea al equipo de la Católica, y que hay que hacerse eco de ese ecosistema. Eso no ha pasado en Colo Colo, debido al modelo de sociedad anónima y a la forma obtusa en que se ha administrado la sociedad.



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