Llegó al Internado Nacional Barros Arana (INBA) en 2006, luego de trabajar en el Liceo 4 de niñas, “Isaura Dinator”, también de la comuna de Santiago. Gemma Montiel se desempeñó como profesora de lenguaje y comunicación durante toda su carrera, y le tomó un poco más de un año conseguir la titularidad como docente cuando llegó al INBA.
Durante los diez años que estuvo en ese establecimiento, además de su labor como docente, cumplió con roles de representación gremial como parte del Colegio de Profesores, y además fue durante xx años una de las profesoras asesoras del Centro de Estudiantes del INBA.
Durante su estadía en este liceo emblemático de la capital, le tocó vivir de cerca las movilizaciones estudiantiles. La de “los pingüinos” en 2006, y sobre todo la multitudinaria movilización estudiantil de 2011, que movilizó a miles de estudiantes en todo Chile, motivando largas tomas de establecimientos educacionales bajo la consigna de una educación gratuita, pública y de calidad.
“Me tocaba ir a ver a los chiquillos a las comisarías cuando eran detenidos”, cuenta sobre su rol en el INBA como asesora del Centro de Estudiantes, además de ayudar a coordinar reuniones, asambleas y estar presente en ellas.
Sin embargo sus largos años en el INBA se verían interrumpidos por lo que acusa fue una operación en la que actuaron coordinados el establecimiento educacional, el Centro de Padres, la Municipalidad y también Carabineros.
- ¿Cómo llegó al INBA y cómo fue su relación con sus distintos rectores?
- Ingresé al INBA el 2006, a mediados de año. Entre como personal a contrata para comenzar a trabajar en el segundo semestre de ese año. Estuve más o menos un año y medio y me presenté a concurso y gané la titularidad. En ese momento el rector era Juan Yáñez.
Mientras estuvo Juan Yáñez como rector [2005-2010], no tuve problemas con él. De hecho todo lo contrario, él aprobó mi representación gremial y también mi asesoría del centro de estudiantes del INBA. Cuando se iniciaban los incidentes y había detenidos, él me mandaba a las comisarías a ver a los chiquillos para ver la situación en la que estaban, y no había problemas.
Con la siguiente rectora, Nancy Flores [2010-2013], tampoco hubo graves problemas. A pesar de que hubo muchas movilizaciones y tomas. Durante su periodo fueron de hecho los diez meses de toma que hubo en todo Santiago [durante la movilización estudiantil de 2011].El próximo periodo, correspondió a la rectora Ruth Delgado [2013-2015], ahí se suponía que no íbamos a tener ningún problema porque ella venía con un tema de democratizar la educación, y además había llegado la Carolina Tohá [PPD en ese entonces] a la alcaldía de Santiago. Pero fue todo lo contrario.
- ¿Qué fue lo que cambió con esa rectora?
- Ahí empezaron a decirnos que los profesores asesores éramos los que instigábamos las movilizaciones y que manipulábamos a los estudiantes, y eso fue la acusación que en definitiva hizo que se abriera un sumario en mi contra y de Antonio Mondaca, el colega con el que éramos asesores de Centro de Estudiantes.
Imagínate, decir que los estudiantes no piensan, y que se dejarían manipular por un adulto, es no entender nada. Es dejarlos en un grado de gente no pensante cuando es todo lo contrario. Es no entender la movilización.
- ¿Cuéntenos los detalles de cómo se gestó su salida del INBA?
- Se me hizo un sumario administrativo, que fue iniciado en 2015 y duró un año y medio. A mediados de 2016 se resolvió el sumario y nos terminaron expulsando. Carolina Tohá, que era alcaldesa de Santiago en ese tiempo, firmó nuestra expulsión. Todavía no estaba el actual alcalde Alessandri en ese cargo, pero ya era concejal por la comuna.
El sumario tomó en cuenta antecedentes principalmente del año anterior, 2014, lo cual según la abogada que nos defendió, que era del Colegio de Profesores, ya era completamente irregular.
A nosotros nos intervinieron los celulares, utilizaron como prueba un gran número de mensajes de Whatsapp. Luego supimos que en esto había intervención del Centro de Padres, y que ellos operaron para conseguir conversaciones de Whatsapp con las que nos inculparon. Se hizo una denuncia anónima, que según sabemos fueron ellos, y ahí acompañaron un montón de conversaciones de chat.
Fueron 260 páginas de transcripciones de conversaciones de Whatsapp. Te digo que yo ni siquiera me acordaba de si esas conversaciones eran tal como yo las había hecho porque habían ocurrido hace un año atrás. El 2015, cuando me iniciaron el sumario, yo ni siquiera tenía el mismo teléfono que el 2014, así que no tenía las conversaciones en mi poder tampoco.
- ¿De qué se le acusó? ¿Qué pruebas tenían?
- La acusación era que nosotros manipulábamos a los estudiantes, y para respaldar eso estaban todas esas conversaciones por Whatsapp donde nosotros le decíamos a los estudiantes "hay que ir a una reunión, ¿quién va?", y cosas por el estilo, pero que son de la función de un coordinador.
Además se nos acusó de utilizar lenguaje soez, porque alguna vez yo dije "cómo no puede ir nadie, como tan boludo". De ese tenor era el lenguaje que se nos reprochó. Además se nos acusó de que nos referíamos mal a personas del colegio, cuando nunca hablamos de personas del colegio, sino que hubo una conversación donde nos referíamos a una señora de un quiosco que había tratado mal a un estudiante y nos referíamos a ella. Pero ella ni siquiera era de la comunidad.
Fueron 260 páginas de transcripciones de conversaciones de Whatsapp. Te digo que yo ni siquiera me acordaba de si esas conversaciones eran tal como yo las había hecho porque habían ocurrido hace un año atrás. El 2015, cuando me iniciaron el sumario, yo ni siquiera tenía el mismo teléfono que el 2014, así que no tenía las conversaciones en mi poder tampoco.
- ¿Se refiere a que esos teléfonos estaban intervenidos con algún tipo de técnica electrónica en particular, o más bien habían infiltrados?
- En 2014, mientras estaba la señora Ruth de rectora, en una reunión del Centro de Padres hubo algunos apoderados que denunciaron que había una coordinación entre la rectora del colegio, el Centro de Padres y Carabineros. Lo que es bastante similar a lo que salió denunciado ahora en el diario de ustedes. Ahora, además de eso, nosotros pensábamos que también había intervención de otro tipo en los celulares de dirigentes del movimiento secundario, porque se escuchaban unos ruidos raros y eso si creo que era intervención policial.
Pero lo que yo te estoy contando, que es muy similar a la denuncia que salió ahora sobre coordinación entre Carabineros y el colegio, ya lo podríamos confirmar porque si no de dónde salieron los Whatsapp de nosotros.
Nunca hubo una orden judicial para intervenir teléfonos de dos profesores y estudiantes. Porque estaban los Whatsapp que nosotros habíamos hablado, lo que decían los estudiantes, estaban los nombres de los estudiantes, los de nosotros. El abogado de la DEM [Dirección de Educación Municipal] nunca nos mostró una autorización judicial ni hizo ningún trámite al respecto como para conseguirla a pesar de que lo solicitamos reiteradamente.
Por eso digo que esta coordinación existe. Nosotros la denunciamos y desde el Centro de Padres y el colegio se enojaron mucho, así que por eso yo creo que se inició el sumario en 2015.
- ¿Denunciaron estos hechos en ese momento?
- Si lo denunciamos públicamente, con Jaime Gajardo, y más gente del Colegio de Profesores en ese tiempo.
Hubo una ocasión en la que entraron carabineros al colegio, entonces una oficial, una capitana según supe, me amenazó diciendo que yo era la culpable de las movilizaciones del INBA. Eso fue lo que denunciamos como una coordinación, porque ella manejaba información de nosotros. Después de eso armaron el sumario y vimos que tenían intervenidos nuestros teléfonos.
Pero si está lo de la capitana que me amenazó directamente a mi diciendo que era de los que instigaba a los estudiantes a movilizarse. Ella me dijo "nosotros tenemos mucha evidencia de que usted es la que instiga estas tomas". Entonces eso hace pensar en que ellos ya tenían información de adentro.
- ¿Tuvo conocimiento de cómo accedieron a esas conversaciones privadas?
- Lo que pasó ahí es que cuando llegaba Carabineros al colegio, cuando habían tomas, en el desalojo se perdían varios celulares de los estudiantes. Esto pasó muchas veces. Lo que sabemos por otros miembros del Centro de Padres (que no eran afines a quienes operaron nuestro sumario) es que ellos tenían algún celular de un estudiante, mediante el cual espiaron nuestras conversaciones en grupos de Whatsapp. Ese celular, nosotros supusimos que era de alguno de los estudiantes y que había sido extraviado cuando entraban los carabineros a desalojar al colegio. A través de ese celular deben haber accedido a las conversaciones.
Fueron 260 páginas sólo de transcripciones de Whatsapp. Esa es la única prueba que ellos tenían.
Nosotros presentamos alrededor de 50 testigos que avalaron que nosotros no ejercíamos esa manipulación. Ellos además avalaban nuestra calidad profesional. Antonio dirigía la orquesta sinfónica del colegio, yo participé en grupos de debate y ganamos premios con los chiquillos en el colegio. Entonces nuestro actuar profesional era intachable. Presentamos evidencia de padres, de alumnos, de ex alumnos, y de otros colegas. Nada valió, ellos tenían cuatro o cinco testigos y estas conversaciones.
Incluso en la última etapa del sumario, ellos presentaron el testimonio de un menor de edad sin la autorización del padre y madre. Era un estudiante interno que manipularon, le dijeron que si él no declaraba en contra de nosotros, lo iban a echar del internado.
- ¿Cómo se enteró de que amenazaron a ese estudiante?
- Porque nosotros impugnamos ese testimonio con nuestra abogada por ser un menor de edad sin autorización. Los chiquillos del Centro de Estudiantes de ese tiempo hablaron con este niño y a través de ellos supimos que había sido amenazado por un inspector de ese tiempo, el cual era afín al rector que estaba en calidad de interino en ese tiempo, Jorge Rojas Guerra.
- ¿Cómo se resolvió el sumario? ¿Cuál fue la sanción?
- Como éramos profesores titulares, al ser expulsados por la Municipalidad de Santiago, no podíamos trabajar por cinco años en establecimientos de la comuna de Santiago, pero claro, considerando el revuelo que había significado este caso, no nos dieron trabajo en ningún establecimiento municipal.
En ese tiempo salió un artículo de El Mercurio, mandado a hacer por la señora Carolina Tohá, que nos dejó súper mal. Entonces ningún municipio nos aceptaba a nosotros teniendo un sumario. Entonces claro, como causa directa, no podíamos ejercer en establecimientos de Santiago Centro, pero indirectamente tampoco podíamos encontrar trabajo en ningún municipio.
Cuando salió la primera resolución apelamos. Hablamos con nuestros dirigentes del Colegio de Profesores comunales y nacionales, y también con Carolina Tohá. Ella se comprometió a revisar el tema y pidió una nueva indagatoria.
Ahí fue cuando llevaron el testimonio de este menor que había mencionado, que supuestamente estaba en este grupo de Whatsapp, como para validar la legalidad de esa intervención, como que algún miembro de ese Whatsapp había pasado la información.
- ¿Cuál es el rol que le adjudicas a la Municipalidad de Santiago en este caso?
- Ellos fueron quienes llevaron adelante el sumario. Ellos dicen que recibieron la denuncia y que estuvieron obligados a realizar el sumario. Se podría decir que fueron la parte "querellante" por así decirlo.
- ¿Cuál fue el rol de Carabineros en todo esto? ¿Estuvieron en el sumario de alguna manera? ¿Entregaron algún tipo de testimonio? ¿Sabes que tuvieron algún tipo de conexión con la municipalidad?
- No tengo antecedentes de que hubieran participado del sumario.
Pero si está lo de la capitana que me amenazó directamente a mí diciendo que era de los que instigaba a los estudiantes a movilizarse. Ella me dijo "nosotros tenemos mucha evidencia de que usted es la que instiga estas tomas". Entonces eso hace pensar en que ellos ya tenían información de adentro.
Para mi es súper claro que los estudiantes y los docentes están siendo espiados hace mucho tiempo.
- ¿Tiene noticia de que este tipo de coordinación ocurre con otros establecimientos?
- No lo sé ahora, pero en ese tiempo si conocíamos a los estudiantes y colegas de otros colegios, y también había una coordinación, pero nunca pudimos comprobarlo explícitamente en otros colegios.
Nosotros lo asumimos porque era muy evidente: cuando las asambleas quedaban de juntarse llegaba primero la fuerza pública que los estudiantes y no lograban hacer sus reuniones.
Sabíamos que hubo muchos sumarios en el periodo de la señora Tohá. Fueron varios dirigentes del Colegio de Profesores que fueron expulsados con sumario, pero lo hacían por otras causas administrativas. El sumario nuestro fue el único en que hubo profesores acusados directamente de instigar y manipular a los estudiantes.
- ¿Volviste a trabajar como profesora luego de tu expulsión?
- Si, conseguí trabajar en colegios particulares subvencionados. En Estación Central, en La Cisterna y finalmente me jubilé el año pasado. Como esos colegios son instancias semiprivadas no tuve problemas y al contrario fui muy reconocida.
Ahora bien, en mi caso en particular, con esos cinco años que no podía volver a ejercer en el servicio público, y que nunca pude volver a trabajar como empleada pública, perdí mi instancia jubilatoria, y varios beneficios que el Colegio de Profesores consigue para los jubilados. No tuve bono de retiro, indemnización, nada, perdí todo debido al sumario.
- ¿Qué le parece que esto se esté dando a conocer? ¿A la distancia qué opina de la situación de los estudiantes?
- Me alegro que se esté conociendo, que tengan abogados que los apoyan, porque de verdad que les pasan cosas horribles a los estudiantes y siento que están muy desprotegidos. Las cosas que les hacen cuando los toman detenidos. Yo vi niñitos de séptimo y octavo básico que terminaban orinándose en los furgones de Carabineros por las golpizas que les daban. Yo los vi en esa condición en las comisarías, porque como te decía, siempre los iba a buscar.
Las persecuciones también, se van a meter a las casas de los chicos, entonces creo que los estudiantes deben estar más protegidos. "Aula Segura" les ha dado pie para que hagan cualquier cosa en contra de los estudiantes, lo que ya hacían antes. Pero esto ya es violación directa de todos los derechos humanos, del niño y de los jóvenes.
Las cosas que le hacían a las estudiantes a las mujeres. A las chicas del Liceo 1 junto a las apoderadas que las tomaban detenidas y las hacían desnudarse en las comisarías. Mi hija estudiaba en el Liceo 1 y cuando se tomaban el liceo, hacíamos guardia los padres para que no se las llevaran porque cuando se las llevaban detenidas les hacían de todo en las comisarías.
Demasiada impunidad. Son cosas que se han comenzado a saber desde el estallido social pero que pasaban desde hace mucho tiempo.
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