Como en la antesala de un huracán que se acerca, al que ya se le sienten fuertes vientos, toda América Latina se prepara para resistir como pueda los efectos de la ola pandémica del Covid-19. Y como ante cualquier catástrofe anunciada, hay quienes están mejor y peor preparados.
INTERFERENCIA tuvo acceso exclusivo a la información de infraestructura básica de doce países latinoamericanos, recabada a través de un método de censo por parte de Global Health Intelligence (GHI), una consultora con base en Miami y sedes en Ciudad de México y Sao Paulo, la cual preguntó por los implementos básicos con que disponen a todos los hospitales y clínicas complejos de estos países.
De tal modo, GHI obtuvo información exhaustiva de todos los hospitales con servicios de hospitalización y urgencias, independientemente si son públicos o privados, universitarios o no, obteniendo tasas de respuesta en torno al 80%, lo que permite hacer estimaciones confiables sobre los totales.
En miras a la infraestructura mínima para resistir al coronavirus, Global Health Intelligence reveló a INTERFERENCIA la información que dispone respecto de camas hospitalarias y ventiladores mecánicos correspondiente a 2019. Dos de los indicadores clave para evaluar qué tan bien preparado está un país en materia de infraestructura hospitalaria.
En cuanto a las camas hospitalarias estas son relevantes pues serán la base de atención para aquel porcentaje de pacientes que desarrollarán la enfermedad al punto que necesitarán hospitalización, y que se calcula que es en torno al 20% de quienes dan positivo en el test del virus, cifra que puede variar dependiendo de cada país, sus sistemas de registro, sus pirámides poblacionales o indicadores de salud de base de la población en general.
En este indicador, los países mejor preparados son del Caribe; Puerto Rico y la República Dominicana tienen 3,6 y 2,4 camas por cada mil habitantes. Le sigue Argentina con 2,3 y luego Chile con 2,0. El número se acerca al dato conocido del Banco Mundial para el país; 2,1, el cual data de 2011. De todos modos Chile está por sobre el promedio regional, que es de 1,5.
En cuanto a los números totales de camas hospitalarias, la información de Global Health Intelligence indica que el sistema de salud chileno en su conjunto tiene 37.869 camas hospitalarias, una cifra cercana a la que arrojó el subsecretario de redes asistenciales Arturo Zúñiga, quien cifró el dato en 39.000.
Ventiladores en vez de camas UCI
Sin embargo, desde la perspectiva de la letalidad del Covid-19, las camas hospitalarias no son el indicador más relevante. En cambio, sí lo es el de ventiladores mecánicos, pues es el que permite establecer si se podrá atender o no al porcentaje de pacientes que desarrollarán la enfermedad en su modo más grave, el que justamente requiere de soporte técnico para suplir la función respiratoria, lo que está -hasta el momento- en un número en torno al 6% de los pacientes que reportan contagio de Covid-19.
Demás está decir que la saturación de este equipamiento en un sistema de salud tiene un efecto mortal en aquellos pacientes que quedan excluidos, como está pasando en Italia.
Asimismo es relevante señalar que toda proyección de ocupación y saturación debe considerar que los sistemas de salud tienen tasas de ocupación en torno al 80% cuando son eficientes, sin coronavirus mediante, por lo que lo disponible para enfrentar un brote epidémico es en realidad el 20% restante.
En el caso chileno, si se considera una tasa eficiente de ocupación del 80%, el extra libre es solo de 7.574 camas hospitalarias y 347 respiradores mecánicos. Dicho de otro modo, con 347 +1 de pacientes severos, el sistema empieza a colapsar.
En Chile la discusión ha estado centrada en la cantidad de camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), habiendo dicho Jaime Mañalich, el ministro de Salud chileno, que estas están en torno a las 2.000. Estas unidades de infraestructura clínica son las que permiten atender pacientes graves, quienes pueden requerir -entre varias otras cosas- de ventiladores mecánicos.
Según Guillaume Corpart, director ejecutivo de Global Health Intelligence, no es posible hacer una comparación latinoamericana con ese indicador, pues qué se considera una cama UCI es algo que no tiene un sentido unívoco, pues no están definidas las prestaciones clínicas que debe ofrecer cada unidad. “Además, la contabilidad de estas camas puede variar contando o no las UCI para neonatos y uso pediátrico, lo que no sirve si es que estamos viendo la capacidad para resistir el Covid-19”, dice Corpart en atención además de que los niños tienen una tasa de infeccion menor para esta enfermedad.
Por eso para Corpart el indicador clave acá es el de ventiladotes mecánicos, los cuales pueden estar incluidos en camas UCI o pueden adosarse a camas hospitalarias sencillas.
En este indicador, Chile no sale beneficiado de la comparación. Con un estimado de 1.737 ventiladores mecánicos, la tasa de este equipamiento cada 100 mil habitantes es de 9,2. Muy por debajo de Brasil (25,1), México (13,4) y Argentina (12,9), pero también por debajo de países que supuestamente tienen un nivel de desarrollo hospitalario inferior, como Colombia, República Dominicana y Panamá.
Dicho de otro modo, Chile está solo sobre Bolivia, Costa Rica, Perú y Guatemala. Cabe mencionar que en esta medición hay varios países centroamericanos que no están, así como tampoco está Cuba, Venezuela, Ecuador y Uruguay, pues no se dispone de información suficiente respecto de ellos.
Asimismo, es importante notar que los datos de Global Health Intelligence no consideran adquisiciones realizadas durante 2020. También hay que advertir que las diferencias provinciales al interior de los países pueden ser muy aguzadas.
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