“Yo no sé cómo un Carabinero hasta hoy no ha tomado un armamento de grueso calibre en medio de una protesta y se pone a disparar a diestra y siniestra. Podría pasar, porque hoy nadie les hace una correcta instrucción ni tampoco un chequeo psicológico para trabajar como Fuerzas Especiales”. La frase puede sonar hasta delirante, pero las razones que explica uno de los representantes de EXCAR Chile, la agrupación de ex suboficiales que hoy vela por sus derechos humanos, no está lejos de ser motivo de preocupación real.
Hoy en día ser funcionario de Fuerzas Especiales (FF.EE.) está lejos de ser parte de una elite preparada, instruida, informada y mentalmente equilibrada. Es más, saber que el policía que dejó ciego a Gustavo Gatica en Plaza Dignidad en pleno estallido social, el oficial Claudio Crespo, haya sido instructor de las nuevas generaciones de FF.EE. hasta hace sólo dos meses, habla por sí solo.
Según los datos recabados en conversaciones con diversas fuentes y con material de archivo de Carabineros, es la segunda vez en la historia de esta policía que los grupos de choque, hoy llamados Fuerzas Especiales, cumplen con tan pocas horas de instrucción antes de salir a la calle a ejercer su trabajo. La anterior ocasión fue la época de los llamados “Pacos Marmicoc”, cuyo nombre se refiere a una marca de ollas a presión de la época; oficiales y suboficiales que tras sólo seis meses de arduo entrenamiento, salieron a reprimir las protestas de los últimos años de la dictadura de Pinochet y los primeros años de transición.
Coincidencia o no, esta vez nuevamente un contingente policial acusado de graves y reiteradas violaciones a los derechos humanos, tal como ocurrió a fines de los ochentas, está constituido por jóvenes sin la correcta preparación y con poco entrenamiento.
Eso sí, el tema es aún más preocupante ahora pues, si bien en los ochenta los “Pacos Marmicoc” tenían sólo 6 meses de instrucción, hoy los FF.EE. con suerte reciben cien horas de capacitación; es decir, solamente alrededor del 15% de horas de trabajo que las de sus predecesores.
Según cuenta el ex suboficial de Carabineros Oscar Vigouroux, el grupo de Fuerzas Especiales de Carabineros era conocido, sobre todo en los años antes del golpe de estado, como el grupo “Grifo”. Era llamado así por su emblema, donde aparece un grifo, animal mitológico griego, mitad águila y mitad león. Sin embargo, su nombre oficial era Grupo Móvil de Carabineros, y fue fundado en 1936, para vigilar manifestaciones y disturbios. En 1970 el Grupo Móvil fue reemplazado por la Prefectura de Fuerzas Especiales.
“Antes había preparación, por ejemplo, les enseñaban técnicas para enfrentar manifestantes, como el avance en diagonal, por ejemplo, para disolver manifestaciones”, explica Vigouroux.
Ciertamente, al analizar los contenidos y requerimientos de la institución para solicitar el curso de Fuerzas Especiales y la acreditación como tal durante los últimos diez años, nos damos cuenta de una triste realidad. La falta de horas de instrucción está proporcionalmente ligada a la carencia de credenciales necesarias para ostentar las funciones requeridas.
De mal en peor
Hasta al menos el 2015, un Carabinero que quería ser parte de las Fuerzas Especiales debía medir más de 1.70, tener buen estado físico comprobable con exámenes médicos y de resistencia; debía pasar un profundo examen psicológico, llevar al menos cinco años de trabajo en la calle y siete en la institución y, por ningún motivo, tener menos de 25 años ya que el excesivo trabajo en situaciones de estrés requería una idoneidad y madurez para enfrentar un año de preparación en tácticas defensivas, militares de represión, contención y persuasión; además de reiterados exámenes prácticos de adaptación a humo de lacrimógenas y agua del guanaco.
Los Carabineros que soñaban con llegar a este comando de elite,- que además les garantizaba un aumento de al menos 30% en sus ingresos habituales-, debían pasar por más de 300 horas de práctica de tiro, manejo de armamento antidisturbios en terreno, trabajo de primeros auxilios, rescate, trabajo en área rural y urbana (cursos diferentes cada uno con más de 100 horas de duración), un ramo de Derechos Humanos, conocimiento judicial, técnicas de rescate básicas y, por cierto, un extenso plan de trabajo físico para ponerlos en forma para correr y actuar durante horas en las peores condiciones.
“Nos ponían en cuartos cerrados llenos de humo, nos mojaban, nos hacían trepar, saltar subir, correr, hacer abdominales; uno se sentía como G.I. Joe, usabas tu buzo de FF.EE. con orgullo, eras la elite, lo mejor de lo mejor, el más preparado porque debías siempre saber de todo. No había sección de carabineros más preparada que nosotros. Eso hoy no es así, hoy somos el resumidero de la institución”, comenta un ex oficial que durante más de seis años instruyó a nuevas generaciones de FF.EE. en la primera década de los años 2000, cuando solo mil carabineros llenaban las filas de FF.EE.
Sólo después de un año de trabajo, teniendo en cuenta además que se debía sortear 18 exámenes sicológicos, uno cada 20 días, alguien podía convertirse oficialmente en Fuerza Especial de Carabineros.
La reforma de Bachelet
En 2014 se aprobó una modificación a la ley que rige a Carabineros para aumentar el número de funcionarios. El objetivo fue elevar la planta con 6.000 nuevos puestos entre 2015 y 2018. Es así como los mil carabineros de FF.EE. pasan a sumar tres mil funcionarios.
Cupos que fueron llenados sin problema pero que requirieron bajar el nivel de exigencia así como algunas pocas horas de trabajo y educación para recibir el rango.
Es así como para postular a Fuerzas Especiales, los uniformados interesados deberían tener tres años mínimos de antigüedad en la institución prestando servicios, pero, con al menos un año de ellos en la calle. Además, debían tener una hoja de vida intachable (no estar sancionados), aprobar un test psicológico de entrada, contar con capacidad física y mental para realizar y enfrentar servicios complejos de control y orden público.
En total, el tiempo de educación y preparación ascendía a poco más de seis meses, pero tenían muchos cursos de 45 minutos, luego de cumplir con sus funciones habituales durante su primer año de trabajo en FF.EE.
Los requisitos de altura y capacidad física eran similares, pero se recortaron muchas horas de preparación táctica; así como también de instrucción con uso de armamento. En lo que se refiere a exámenes y evaluaciones sicológicas, estos descendieron enormemente, llegando a bordear los cinco o seis -dependiendo de cada caso-, antes de salir a la calle.
Los carabineros de FF.EE. seguían siendo parte de una elite dentro de la institución, pero ya no la única ni la mejor vista por quienes postulaban anualmente a cada rama de Carabineros. El GOPE y el OS-7 fueron ganando terreno poderosamente.
La debacle de Mario Rozas
Desde octubre de 2019 a la fecha no sólo ha habido una baja cercana al 70% en las postulaciones a Carabineros, sino que además muchos funcionarios en servicio han pedido, según constatan diversas fuentes de la institución, su retiro anticipado. Esta suma de elementos ha convertido hoy a Carabineros en una policía en la que los funcionarios de bajo rango llevan prácticamente un año realizando turnos de hasta 24 horas seguidas, según ellos mismos han denunciado a EXCAR Chile.
Además, el mayor desmembramiento dentro de la institución lo han vivido, precisamente, las Fuerzas Especiales. Según datos entregados por una fuente de EXCAR Chile: “Cuando fue el estallido social, un tercio de las Fuerzas Especiales estaba constituida por funcionarios viejos, de más de 35 años. Por eso, y viendo que se venía duro, muchos comenzaron por pedir licencia y luego pidieron el retiro. Y como no podían cubrir los 3 mil cupos exigidos, pescaron a carabineros nuevos y los llevaron a FF.EE”.
Es más, la misma fuente comenta que en los últimos meses han recibido, a través de una línea telefónica abierta las 24 horas para recibir denuncias de funcionarios activos, varias referidas a la preocupación que les provoca a jóvenes de entre 20 y 25 años, algunos de ellos con menos de un año en servicio en la institución, el estar trabajando en la calle en lo que denominan un “estado de indefensión”.
Jorge Hernández, oficial de Carabineros en retiro y abogado conocido como el “Salvapacos”, es duro al referirse a la preparación que hoy reciben los funcionarios de FF.EE.: “Cuando vemos cómo un cabro de 20 años trunca su vida por hacer una pega para la que no estaba preparado y por cometer un error puede pasar años en la cárcel sin tener siquiera el apoyo de sus superiores, dan ganas de ir a gritarle en la cara a Mario Rozas que se vaya, el daño que ha hecho es inmenso”.
El “Salvapacos” cuenta que: “Hay un déficit de carabineros tremendo. Si acá hay una cuestión muy campesina al elegir a Fuerzas Especiales, porque es alto, robusto, se va a Fuerzas Especiales. Lo llevan por el físico no más. Pero para que trabajen en fuerzas especiales no debiese ser un funcionario seleccionado por su estructura muscular, sino capacitado psicológicamente, pero no les hacen un perfil psicológico antes de mandarlos a la calle, porque van al choque”, afirma Hernández.
En la actualidad y según informes requeridos por transparencia a Carabineros y publicados en diversos medios de comunicación, el curso para ser parte de Fuerzas especiales es de sólo cien horas. Más preocupante aún es la poca cantidad de horas de preparación que se invierten en uso de armamento antidisturbios, la que no llega a superar las 4 horas.
Cien horas divididas en tres módulos de trabajo. Al curso de “Control de Orden Público” pueden ingresar tanto oficiales como suboficiales y hoy no existe requisito de antigüedad, más que ser egresado de alguna escuela de la institución. Dentro del proceso de postulación, se aplican tanto pruebas físicas como un perfilamiento psicológico el cual, a diferencia de los años anteriores, no es seguido durante el proceso de instrucción, así como tampoco posteriormente, al comenzar a ejercer funciones.
Además, las 100 horas de este curso se imparten en dos semanas de trabajo, las cuales están divididas en Gestión Operativa, centrada en el estudio y ejercicio táctico de control del orden público y que ocupa casi 86 horas. Luego viene Doctrina Institucional, que consiste en el estudio de la historia y cultura de Fuerzas Especiales, el cual dura 10 horas y finalmente, Doctrina Jurídica, en la cual se conoce la regulación del control de orden público y que sólo dura 4 horas; al igual que los módulos de “Autocontrol y gestión de estrés” y el de “Derechos Humanos”.
“Lo único que hasta el día de hoy se mantiene casi inamovible son las características físicas que debe tener un operativo para ser parte de Fuerzas Especiales”, comenta un ex oficial de la institución quien además manifiesta su malestar por lo que considera una “total desacreditación de la histórica labor y rol de Carabineros”.
Como él, miles de funcionarios y ex funcionarios han apelado a lo aberrante que resulta que un carabinero de tan corta edad y preparación deba enfrentar la presión de las manifestaciones anti gobierno.
De hecho, esta mañana cerca de 50 personas se reunieron frente a La Moneda para expresar su apoyo a Sebastián Zamora, el ex funcionario que el pasado viernes arrojó a un menor de 16 años al lecho del río Mapocho desde el puente Pio Nono.
En la ocasión se leyó una carta del magistrado de Casablanca, abogado Mario Cortés Cebasco, que decía:
“PERDÓN SEBASTIÁN, CARABINERO DEL PUENTE”.
“Se ha cometido un acto despreciable. El Gobierno y el General Director buscaban una excusa para deshacerse del carabinero Sebastián Zambrano, y ofrecer su cabeza a las jauría violentista. Con ésto bajan la presión política, y se mantiene Rozas en el cargo. Le han soltado la mano a un muchacho de 22 años, inocente e indefenso, dejándolo a merced de órganos ideologizados que le violarán todos sus derechos, incluso los humanos que le protegen a terroristas y vándalos
La estúpida disculpa de la cámara no excusa esta bajeza. Hoy todos portamos celulares con cámara, y sus videos sirven para encarcelar carabineros, pero si ellos filman para defenderse, son dados de baja . Se ha consumado una indigna y cobarde traición. Ni sus autores, ni el país que tolera estas bajezas, merece la lealtad de los valientes Carabineros de Chile, que aún desarmados por el sistema, han defendido sus cuarteles a pedradas".
"Para que no se olvide...”
En el lugar se encontraban madres y padres de actuales efectivos de FF.EE. La protesta simbólica que pedía además la renuncia de Mario Rozas no fue advertida pues minutos antes partidarios del Rechazo habían hecho una manifestación en el mismo lugar.
La preocupación de funcionarios activos y en retiro, tanto oficiales como de suboficiales de la institución los ha llevado a generar otras nuevas instancias de protesta. La primera de ellas el próximo viernes 9, cuando se ha citado por comunicaciones internas vía WhatsApp a una “funa” a Mario Rozas, frente al edificio de la Dirección General de Carabineros, a las 11 de la mañana.
Según cuenta Jorge Hernández, uno de los convocantes junto a EXCAR Chile y familiares y amigos de Zamora, la idea es “Dejar en evidencia cómo este Director General ha destrozado no sólo la credibilidad de la institución, sino también a jóvenes que entran ilusionados a ser parte de Carabineros y hoy son abandonados a su suerte”.
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