El cardenal George Pell fue declarado culpable de abuso sexual a menores. La investigación realizada por los tribunales australianos le imputó cinco cargos de pederastia contra dos menores de 13 años en 1996. Los hechos que se le acusan incluyen “actos indecentes” y penetración, por lo que se enfrenta a una pena máxima de cincuenta años.

George Pell fue nombrado Jefe de Finanzas del Vaticano por el Papa Francisco en 2014, momento en el que se convirtió en el tercer jerarca con más poder dentro de la institución católica. Asimismo, de forma inédita, Pell es el primer alto rango de la iglesia católica en ser declarado culpable de abuso sexual a menores.

La situación se dio a conocer a menos de una semana de finalizada la cumbre de abusos sexuales convocada por el Vaticano, instancia que reunió a casi 200 eclesiásticos del mundo. En la apertura, el papa Francisco declaró que “vamos a tomar todas las medidas posibles para que tales crímenes no se repitan. Que la Iglesia vuelva ser creíble y confiable”.

Además de su rol como tesorero, junto al cardenal Francisco Javier Errázuriz, Pell formaba parte del exclusivo Consejo de Cardenales, también conocido como G9, reducido círculo que tenía como misión asesorar al papa. Sin embargo, ambos fueron expulsados en agosto del año pasado por los escándalos de abuso dentro de la iglesia católica.

Orden de censura

Si bien el proceso de investigación culminó el 11 de diciembre con la formulación de los cargos, estos no fueron conocidos hasta este miércoles debido a un gag order o prohibición de cobertura a los medios. La orden fue decretada el 25 de junio del 2018 por el juez encargado del Tribunal del Condado de Victoria, Peter Kidd. La medida fue levantada luego que se descartara proseguir con un segundo juicio.

La finalidad de la orden de censura se argumentaba bajo la lógica de que la mediatización del primer juicio podría afectar el resultado del segundo, en caso de que este se realizara. Si bien los medios australianos acataron la determinación del juez, no lo hicieron sin manifestarse en contra.

A mediados de febrero cerca de 100 periodistas recibieron una carta del director de las acciones judiciales de Victoria, Kerry Judd, en la que fueron acusados de violar la orden de censura y de interferir con la administración de justicia y escandalizar a la corte.

Los periodistas interpelados tuvieron la oportunidad de responder las acusaciones de rebeldía y argumentar por qué no debían ser procesados. Sin embargo, una serie de editores se enfrentan a la posibilidad de ser encarcelados.