Catalina Pérez, abogada titulada en la Universidad Católica del Norte (Antofagasta) y ex militante de las Juventudes Comunistas, se convirtió ayer en la nueva presidenta de Revolución Democrática tras derrotar, de manera contundente, a Javiera Parada, para así liderar durante los próximos dos años al mayor partido de la coalición opositora del Frente Amplio.
El triunfo de Pérez, cercana al dirigente histórico de RD, Giorgio Jackson, fue recibido con cierto alivio dentro del variopinto conglomerado frenteamplista.
Javiera Parada -que pertenece a una generación más antigua a la de los fundadores de ese partido- era vista dentro de RD y del Frente Amplio como una figura demasiado cercana a la ex Concertación y ex Nueva Mayoría. Esto porque es una antigua militante de las Juventudes Comunistas, ligada a una de los más brutales crímenes de la dictadura de Pinochet y, además, había sido agregada cultural en Nueva York del primer gobierno de Michelle Bachelet.
“Parada es el ícono de ‘los pantalones largos’ y su proyecto buscaba disputarle directamente el poder a Giorgio Jackson”, afirma un dirigente de RD. “Ella buscaba un viraje hegemónico en las bases del partido”. Respaldada por dirigentes de peso, como el diputado Miguel Crispi, su derrota sólo viene a confirmar el poder que ejerce Giorgio Jackson dentro de ese partido.
Jackson no sólo respaldó de manera pública a la antofagastina Catalina Pérez, sino que también puso a su disposición todos sus equipos de redes sociales durante la campaña interna.
Guardando las proporciones y diferencias de contexto histórico, algunos señalan un símil histórico con Argentina en 1973. Bajo el lema de “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, el peronismo se cuadró con Héctor Cámpora como candidato presidencial, sabiendo que él allanaría el camino al retorno de Juan Domingo Perón. En pocas palabras, muchos ven a Catalina Pérez como el delfín, pero también herramienta, para que Jackson ejerza el poder pleno dentro de RD.
De hecho, al revisar la nueva directiva de ese partido salta a la vista que la mayoría comparte un rasgo: haber sido militantes estudiantiles del NAU (Nueva Acción Universitaria) de la Pontificia Universidad Católica, en la época en que Jackson ejerció como presidente de la FEUC.
De hecho, el nuevo secretario general de ese partido, Leonardo Rissetti, es abogado titulado de la UC y ex jefe de gabinete de Giorgio Jackson.
El electo Tesorero Nacional de RD, el sociólogo de la UC Juan Guerra, fue consejero político de la federación de estudiantes de esa casa de estudios en 2011, cuando Giorgio Jackson era presidente de la FEUC.
Y así, varios de los dirigentes electos ayer son parte del ‘lote’ de Jackson y, sobre todo del NAU de la UC.
Democracia ‘Popular’
La baja participación electoral en los comicios internos de RD fue lo que ayer captó la atención de los medios de comunicación tradicionales. En efecto, sólo hubo 3.502 votos sobre un total de 42.000 militantes.
Así, Catalina Pérez ganó la presidencia de Revolución Democrática con 1.782 votos. En algunas regiones, como la de Atacama, la baja participación llegó a niveles de que votaron menos de 10 personas.
Aun así, en la elección anterior a inicios de 2017 -antes de que Beatriz Sánchez inscribiera su candidatura presidencial al alero de RD- Rodrigo Echecopar fue electo presidente de ese partido por sólo 889 votos. Por cierto, Echecopar había sido también jefe de gabinete de Giorgio Jackson.
Si bien al final del día la participación electoral importa poco hoy en día, la paupérrima participación en las internas de RD ha llevado a muchos de ese conglomerado a una reflexión profunda.
“Parece ser que, al final, estamos estancados en el eje Providencia-Alameda”, afirma uno de sus dirigentes. “Creo que los tres mil y tantos que votamos, al final nos conocemos todos”.
Feminismo coartado
En las elecciones del fin de semana, RD también eligió a los dirigentes de sus tres grandes zonas: norte, centro y sur. Pero un pequeño asterisco en la entrega oficial de resultados de RD enciende las alarmas.
En el norte y centro salieron electas dos mujeres. En el sur ganó otra mujer, Belén Villagrán. Sin embargo, aplicando la política interna de género, el tribunal electoral decidió que la representación del Sur recaería en David Andrade, quien había sido ampliamente derrotado por Villagrán. ¿La razón? La política de género se aplica de manera ciega.
Ello parece tener sentido, si no fuera por la manera en que se desarrollaron las elecciones. Tanto en el norte como en el centro, se presentaron dos mujeres al cargo. Por lo tanto, era evidente que ambos cupos recaerían en mujeres. Pero en el sur se presentaron una mujer -Belén Villagrán- y un hombre -David Andrade-. Al ganar Belén se aplicó la fórmula de ‘equidad de género- y este resultó electo pese a perder en las urnas.
El sinsentido está a la vista. Si, por bases internas se debe cuidar el equilibrio de género, la elección de RD en el sur debió ser entre dos hombres. Pero, ¿cómo justifican que la ganadora debe renunciar?
Según fuentes consultadas por este medio, Belén Villagrán estudia apelar a esa decisión.
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