Era la tarde de este sábado 9 de noviembre cuando en la Clínica Santa María de Providencia se confirmaba el diagnóstico de pérdida total del ojo izquierdo y de al menos una lesión gravísima del ojo derecho de Gustavo Gatica, estudiante de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, quien recibió un balín en cada ojo por parte de Carabineros tras la masiva marcha en Plaza Italia del viernes 8 de noviembre, cuyo caso conmocionó a todos quienes se habían enterado de su situación.
La historia comenzó a circular a través de redes sociales tras la protesta: un joven había sido alcanzado por balines disparados por Carabineros de Chile en sus dos ojos, y su estado de salud era incierto. Poco a poco se fueron conociendo datos de su identidad y de la gravedad de las heridas propinadas por agentes del Estado.
Durante esa tarde, unas 300 personas fueron a la clínica ubicada en Providencia, a manifestar su apoyo al joven y el repudio por el actuar policial y político. Marcha que fue disuelta por Carabineros con carros lanzaaguas y bombas lacrimógenas que afectaron a los usuarios de este centro asistencial.
En el mismo lugar, personeros del Colegio Médico y Amnistía Internacional volvieron a hacer hincapié en las responsabilidades políticas tras el uso de armas no letales con municiones que han alcanzado los cuerpos, y especialmente el rostro, de muchísimos manifestantes durante los últimos días, más de 200.
Enrique Morales, presidente del Departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico dijo que “desde hace 17 días hemos señalado insistentemente, de manera pública y ante toda autoridad, lo que está ocurriendo en Chile. Empezamos a denunciar cuando había 29 ojos perdidos, hoy van más de 200. Hemos tratado de dialogar en todas las formas y nos enfrentamos a una pared que no responde. Es una irresponsabilidad, no sólo de quienes están utilizando estas armas, sino de todas las autoridades que han avalado de forma permanente este accionar y este daño”.
En la misma línea, el vicepresidente del gremio, Patricio Meza, reconoció que “estamos frente a una catástrofe sanitaria” y apuntó que al menos el 50% de los heridos tendrá que requerir de una prótesis ocular, ya que además de perder la visión, muchos de ellos han perdido su ojo. “Es un récord mundial, y un desastre para la medicina chilena y la oftalmología nacional”, lamentó.
Meza además interpeló directamente al presidente Sebastián Piñera. “Nosotros podemos pedirle a los violentistas que no comentan actos delictuales, que no arrojen piedras y bombas molotov, pero no depende de nosotros que lo cumplan. Pero en su caso sí depende de una indicación del Presidente de la República y del Ministerio del Interior que Carabineros de Chile deje de provocar tanto daño en los ojos como lo ha hecho hasta este momento”.
Por su parte Pilar San Martín, investigadora del equipo de crisis de Amnistía Internacional, dijo que “llevamos tres semanas de investigación y puedo adelantar que una de las conclusiones preliminares es que el Estado está utilizando la fuerza para dañar. Hay demasiados casos y lesiones graves que indican que las personas están siendo intencionalmente atacadas en las partes superiores del cuerpo, en la cabeza, y por ello tenemos este número excesivo de casos de daño ocular irreparable”.
Una alarmante cifra que aumenta tras cada protesta. El caso chileno de con las últimas tres semanas de conflicto equivale al 70% del total de víctimas oculares producidas por armas no letales entre 1990 y 2017, en distintos conflictos alrededor del mundo, conforme los datos del journal médico BMJ .
Quitar la vista
La imagen es desoladora. Gustavo Gatica yace sentado en la vereda y a tientas toma la mano de alguien. Uno de sus ojos sangra, mientras el otro se observa evidentemente afectado.
La fotografía fue capturada este viernes por el periodista y fotógrafo Osvaldo Pereira, quien relató a INTERFERENCIA el contexto en el que fue retratada la imagen.
“El viernes acompañé a la Brigada de Enfermeros, para registrar las atenciones que hacen en terreno cuando llega algún herido por la acción de Carabineros. Nos desplazamos del Teatro Universidad de Chile hasta la calle Reñaca, donde había un puesto de primeros auxilios porque llegó un chico con un perdigón en el ojo. Los chicos de la Brigada prestaron atención a este caso y a los minutos llegó Gustavo [alrededor de las 18:30 hrs], con un ojo ensangrentado y el otro muy hinchado, ambos cerrados. En el lugar le dieron la atención primaria y lo trasladaron en camilla hasta una ambulancia que había en el sector de la feria artesanal de Bellavista”, cuenta Pereira.
Este sábado, la Clínica Santa María informó en un comunicado que Gatica fue ingresado a su servicio de urgencia esta viernes 8 de noviembre con "un traumatismo ocular bilateral severo y visión cero desde la primera evaluación".
Un ojo de la cara
Al igual como ocurrió en agosto en Hong Kong tras el ataque a una enfermera que terminó perdiendo un ojo a manos de la policía, quienes la agredieron mientras atendía a manifestantes lesionados, las consignas en las protestas en Chile -con mucho mayor número de heridos oculares que China- están empezando a dar cuenta de la violencia policial que ha dejado una abultada serie de víctimas.
Antiparras, carteles y rayados hacen alusión al problema sanitario que vive el país, e incluso pululan por las redes algunas teorías sobre si el disparar al rostro de los manifestantes corresponde a una orden directa de Carabineros.
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El astrofísico Néstor Espinoza del Space Telescope Science Institute en Baltimore, se atrevió a observar la cantidad de heridos desde la matemática, posteando en su cuenta de Twitter sobre la probabilidad de que los disparos de los efectivos policiales estuviesen dirigidos a alguna zona en particular de quienes protestan, mediante el cálculo de las áreas de los ojos y el área de una persona.
Según las cifras que obtuvo, la probabilidad de que un disparo aleatorio dirigido al cuerpo de una persona le impacte justo en los ojos es del orden de 1 en 5.000, por lo que habría que herir a 750.000 personas para tener 150 heridas con daño ocular o de lo contrario, no disparar aleatoriamente, sino a la cara. La información fue ampliamente difundida en redes sociales tras ser viralizada.
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Si sabemos.que disparan a los
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