El juez Mario Carroza, quien investiga el asesinato del senador Jaime Guzmán y otros posibles delitos conexos, informó el viernes 28 que Interpol estaba tratando de confirmar en Estados Unidos la presencia de un hombre con las mismas características de Pablo Muñoz Hoffman (“César” o “El Yakuka”), un ex miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez-Autónomo, que a comienzos de los años 90, luego del retorno a la democracia, habría participado en algunos de los ataques directos cometidos por la denominada Fuerza Especial del FPMR-A.
Muñoz Hoffman escapó en un helicóptero el 30 de diciembre de 1996 desde la Cárcel de Alta Seguridad, CAS, junto a Mauricio Hernández Norambuena (“Ramiro”, “Braulio” o “El Abuelo”), Ricardo Palma Salamanca (“El Negro”) y Patricio Ortiz Montenegro, compañeros suyos en el FPMR-A y condenados –los dos primeros- como autores del asesinato del senador Guzmán.
Mario Carroza recordó que Muñoz Hofmann estaba siendo procesado por el atentado en contra del general (R) de la FACh Gustavo Leigh Guzmán, ex miembro de la Junta Militar hasta 1978; y el ex director de Inteligencia de esa rama de las Fuerzas Armadas, Enrique Ruiz Bunger, efectuado el 21 de marzo de 1990, diez días después de que Patricio Aylwin asumiera la Presidencia de la Republica. Cinco meses más tarde, el 10 de agosto de 1990, Palma Salamanca y Raúl Escobar Poblete (“Emilio”) asesinaron al coronel de Carabineros Luis Fontaine, jefe de la Dirección de Comunicaciones de Carabineros, Dicomcar, unidad de inteligencia de la policía uniformada implicada en el degollamiento de los comunistas Manuel Guerrero, José Manuel Parada y Santiago Nattino, en marzo de 1985.
El 22 de enero de 1992 un grupo del FPMR-A asaltó una sucursal bancaria en el Campus Oriente de la Universidad Católica y al intentar escapar fueron interceptados por la policía. Dos frentistas, Alex Muñoz Hofmann, hermano de Pablo, y Fabián López, tomaron como rehenes en el corazón de la comuna de Ñuñoa. El hecho provocó impacto al ser televisado en directo durante casi seis horas.
El 22 de enero de 1992 un grupo de miembros de la Unidad Especial del FPMR-A asaltó una sucursal bancaria en el Campus Oriente de la Universidad Católica y al intentar escapar fueron interceptados por la policía. Pablo Muñoz Hoffman fue baleado. Otros dos frentistas, Alex Muñoz Hofmann, hermano de Pablo, y Fabián López, tomaron como rehenes a la familia del abogado Erick Riveros Barros en el corazón de la comuna de Ñuñoa. El hecho provocó impacto al ser televisado en directo durante casi seis horas. Luego de rendirse, los dos jóvenes fueron acribillados por Carabineros. Un cuarto asaltante, que se presume era Juan Gutiérrez Fischmann (“El Chele”), miembro de la dirección del FPMR-A, logró escapar.
Aquella operación de la Unidad Especial fue efectuada para reunir fondos que le permitieran sostener el secuestro de Cristián Edwards del Río, hijo de Agustín Edwards, el difunto propietario de El Mercurio. Los frentistas mantenían en su poder a Edwards del Río desde el 9 de septiembre de 1991.
Hoffman, Palma Salamanca y Ortiz Montenegro eran algunos de los jóvenes que se integraron al FPMR-A desde las Unidades de Combate de las Juventudes Comunistas y captados por Mauricio Hernández para incorporarlos a la Unidad Especial que dirigía.
El jefe
“Ramiro” fue elegido para comandar la Unidad Especial luego de ser abatido su anterior jefe, Roberto Nordenflich (“Comandante Aurelio” o “Huevo”) en un ataque al Comando de Aviación del Ejército, en el aeródromo de Tobalaba, el 20 de junio de 1989.
Hernández Norambuena fue escogido porque era un apreciado comandante del FPMR-A, que había participado en las acciones más audaces –desde el atentado a Pinochet, en 1986, hasta el secuestro del coronel de ejército Carlos Carreño, en 1987. Se había formado política y militarmente en Chile y su trayectoria política comenzó en las filas del trotskismo y del MIR en 1977, mientras estudiaba Pedagogía en Física en la sede Valparaíso de la Universidad de Chile.
Una fuga frustrada
Tras el asalto a la sucursal bancaria del Campus Oriente de la UC, baleado, Pablo Muñoz Hoffman se recuperó de sus heridas, fue procesado e ingresó a la Penitenciaría de Santiago. En la mañana del sábado 10 de octubre de 1992, junto a siete miembros del FPMR intentó una fuga disparando en contra de algunos carceleros que intentaron dar la alarma.
Es probable que Pablo Muñoz Hoffman no haya tenido participación directa en los crímenes de la Unidad Especial del FPMR-A, pero sí es seguro que tanto al ministro Carroza, como a otros jueces y a las policías, les gustaría saber lo que sabe sobre los hombres y mujeres que comandaba Mauricio Hernández Norambuena, hoy preso en Brasil.
Afuera los esperaban tres automóviles acondicionados para el escape, pero al salir de la prisión se encontraron de frente con un vehículo policial y se inició un feroz enfrentamiento a balazos. Pedro Ortiz Montenegro murió acribillado en la entrada de la Penitenciaría. Su hermano Patricio se devolvió a socorrerlo y fue baleado por los gendarme, pero logró sobrevivir.
José Miguel Martínez y Mauricio Gómez Lira huyeron hasta el antejardín de una casa particular ubicada en la calle Beaucheff. Ante su inminente captura gritaron a los vecinos que llamaran a la prensa. Los gendarmes irrumpieron en la casa y los balearon, recibiendo cada uno más de diez impactos, incluyendo disparos en sus cabezas.
Otro fugado, Francisco Díaz Trujillo, se hizo pasar por un detective, logró abordar un taxi y se escapó. Luis Moreno consiguió confundirse con las visitas que esperaban afuera de la cárcel, abordó un microbús y consiguió romper el cerco policial.
Manuel Venegas Messina contactó a un compañero que lo esperaba en las afueras y huyó del lugar.
Pablo Muñoz Hoffman escapó hacia el parque O’Higgins, pero no alcanzó a llegar y se refugió en una vivienda de calle Juan Yarur. Fue capturado por gendarmes, subido a un vehículo y baleado. Otro gendarme evitó que lo ejecutaran ahí mismo.
Algunos conocedores de aquel hecho han sostenido que el intento de fuga fue parte de una operación de inteligencia coordinada por la entonces “Oficina” y Gendarmería. Otros afirman que uno de los fugados delató a sus compañeros a cambio de lograr evadirse.
Hoy, a casi 30 años de estos hechos, se ha olvidado que el FPMR se dividió a mediados de 1987. Una parte de ellos regresó a las filas del Partido Comunista, que lo había creado; la otra, formó el FPMR-A y prosiguió la lucha contra la dictadura militar y luego en democracia hasta bien avanzados los años 90.
Es probable que Pablo Muñoz Hoffman no haya tenido participación directa en los crímenes de la Unidad Especial del FPMR-A, pero sí es seguro que tanto al ministro Carroza, como a otros jueces y a las policías, les gustaría saber lo que sabe sobre los hombres y mujeres que comandaba Mauricio Hernández Norambuena, hoy preso en Brasil.
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