Viernes y sábado: tres noticias marcarían la agenda para el domingo televisivo.
Primero, la agresión hacia Gabriel Boric (CS) en su visita al penal Santiago Uno, cuando fue a visitar a presos de la revuelta, y estos se negaron a recibirlo.
El segundo, una furiosa Fabiola Campillai que casi en paralelo llamaba a tomarse las calles y quemar todo tras enterarse del levantamiento de la prisión preventiva de su agresor, el ex capitán de Carabineros, Patricio Maturana. Llamado al cual muchos vincularían con los destrozos y manifestaciones sucedidas en el Barrio Lastarría esa misma tarde.
El tercero, la agresión sufrida por Yasna Provoste en una feria de Puente Alto el sábado, según ella, a cargo de un grupo organizado.
La violencia fue el tópico de este fin de semana, lo curioso es que las críticas corrieron hacia Fabiola Campillai, la víctima más clara.
Bajo ese clima, el domingo abrió la parrilla política con Mesa Central de Canal 13, que partió con un panel político que parecía sacado de programa de los 90 en el que se invocó a la Concertación, los pactos políticos de antaño, las lógicas de bandos de izquierda y derecha, como insistiendo en buscar un estilo de gobernabilidad del pasado. De tal modo, no faltaron las palabras de culpabilización a Daniel Jadue (PC) y la Lista del Pueblo por la agresión a Boric.
En medio de esa batahola, al menos estaba Lucía Dammert, para frenar tanto discurso rápido y simplista. En su análisis, Dammert concluyó que Boric equivocó su visita al penal, lo critico -de buena manera- explicando que fue un paso en falso del candidato del Frente Amplio, pero que supo resolver al salir a aclarar de inmediato lo ocurrido. Esto fue cuestionado por la periodista María José Naudon, quien retrucó con -a esta altura- una frase hecha: “siento que hay una normalización de la violencia que se está instalando, violencia de calle, verbal y hasta física. No lo podemos permitir”.
Así se instalaba la discusión y las redes sociales se encendían. Más aún durante el debate que llevaba acabo CNN con los senadores Juan Ignacio Latorre (RD) e Iván Moreira (UDI), quienes entraron en un intercambio bastante áspero, respecto de lo ocurrido el viernes.
Todo llegó a un punto hasta lisérgico, cuando Moreira pidió una especie de indulto para los violadores de derechos humanos que gozan de Punta Peuco, entre medio de las críticas y culpabilizaciones a Fabiola Campillai por los incidentes en el Barrio Lastarria. En eso, Latorre lo frenó y le dijo: “A Fabiola Campillai no se le puede responsabilizar por lo ocurrido en el Barrio Lastarria. Es una mujer trabajadora que sufrió graves violaciones a sus derechos humanos por parte de un agente del Estado. El caso de Fabiola no puede quedar impune”.
Llegó la noche y Tolerancia Cero de CNN abrió su programa entrevistando al diputado Giorgio Jackson (RD), quien aclaró y dijo que la coalición Apruebo Dignidad sigue intacta, después de la lluvia de preguntas por parte de los panelistas del programa, quienes dedicaron varios minutos en analizar las palabras de Jadue cuando responsabilizó a Boric por aprobar leyes represivas que terminaron con presos de la revuelta. "Daniel Jadue es uno de los liderazgos más importante de la izquierda en Chile y no debemos olvidar que saco casi 700 mil votos [...] El PC es uno de los partidos más disciplinados [...] No creo que tengan problemas para formar coalición de mayorías", respondió Jackson, en lo que fue -tal vez- el punto más interesante de una conversación más bien plana.
Sobre este punto, vale la pena decir algo general sobre este programa. A esta altura -en mi parecer- Tolerancia Cero ya muestra serios problemas de ritmo, y no entusiasma como en temporadas anteriores. Quizás es por los invitados o por la rotación de un panel que divide sus fuerzas, siendo una modalidad que quizás deba ser estudiada para cambiar el ritmo.
Pauta Libre de La Red, en su estilo, abrió el programa con un potente editorial de la periodista Yasna Lewin, quien hizo un análisis de la violencia que la derecha ejerce sobre la Convención, y como esta contrasta con la situación vivida por Fabiola Campillai, a quien defendió sagazmente.
“Fabiola Campillai y tantas personas dañadas por la represión y la violencia tienen derecho a expresar su ira y la sociedad les debe comprensión y empatía. Entender su dolor no significa linchar a sus agresores ni vandalizar locales comerciales en el Barrio Lastarría, significa interpelar al Estado para que se haga cargo de hacer Justicia […] La Convención lleva 25 días funcionando y ha tenido que soportar burlas y hostigamientos de un sector de la derecha, eso también es violencia [...] Tildar de "circo constitucional" es símbolo de un deseo de una minoría que no admite la diversidad o son incapaces de compréndela, construyendo discursos para dinamitar el espacio democrático de la Convención, porque quizás ya no es una opción bombardearlo desde aviones”.
Luego del editorial se dio paso a la entrevista a Fabiola Campillai, quien debió ir a un set de televisión para dar explicaciones de sus dichos llamando a salir a marchar y "quemar todo".
“Quién no sentiría pena, rabia al escuchar que dejan libre al hombre que te causó tanto daño, que te dejó sin gusto y sin olfato, los invito a ponerse en mis pies un día”, dijo Campillai, ante lo cual no hay nada más que agregar.
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