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Jueves, 18 de Abril de 2024
La historia íntima de Latam: 2° parte

La estrategia de salida de Piñera de Latam: Clavar las AFP al destino de los Cueto

Carlos Tromben

Sebastián Piñera entró por la puerta trasera a la propiedad de Lan, con ayuda de los Cueto. Su salida, con estratosféricas ganancias y sin pagar impuestos, implicó el ingreso pleno de las AFP a un negocio donde hoy son el pato de la boda.

Admision UDEC

El jueves 27 de mayo de 1994, a las 11.20 am, Banedwards Corredores de Bolsa dio inicio al remate de las acciones que el Estado aun poseía en Lan Chile. Las ofertas se hicieron a través de los terminales de la bolsa electrónica y no hubo muchos interesados. De hecho, uno solo: Costa Verde S.A., la sociedad de inversiones de Cueto. 

Juan Cueto Sierra y sus hijos ya poseían el 42% de la aerolínea tras comprar en febrero de 1994, junto al empresario Boris Hirmas, la participación de la escandinava SAS y del abogado Guillermo Carey Tagle. Al menos así lo informó la prensa de la época.

Con la compra del paquete de Corfo, que ascendía al 24%, era esperable que la participación de Cueto subiera en la misma proporción. Pero se mantuvo casi igual: 45%. El resto era propiedad ahora de dos sociedades que Diario Financiero señaló como “vinculadas” al senador Sebastián Piñera: Inversiones CMB y Santa Cecilia.

Consultado al respecto, Piñera señaló sin ruborizarse que él había comprado la participación de SAS, aun cuando la información entregada en febrero desmentía la transacción. 

El enigma lo aclara un hecho esencial ingresado por Lan en la SVS pocos días después, el 12 de mayo. En este se informó de “sendos traspasos accionarios” al accionista minoritario CMB S.A. (6% de la propiedad) y a Inversiones Santa Cecilia Limitada (17,18%). No se identificaba al dueño de ambas.

En cualquier caso, la SVS, presidida por el democratacristiano Hugo Lavados miró para el lado. Ni los pares de Piñera en el Senado, ni sus adversarios en la propia derecha fueron más allá de los comentarios de pasillo.

Muchos años más tarde se vendría a conocer también el complejísimo esquema elusivo que utilizaron tanto Piñera como los Cueto para consolidar su control sobre la aerolínea. 

Como señalan los periodistas Juan Andrés Guzmán y Jorge Rojas en su libro Los Empresarios Zombi (Catalonia, 2017), Piñera comenzó a ensayar el uso de estas empresas de cartón, sin activos ni pasivos reales, por lo menos desde 1992. Se compraban a un 2% del valor de sus pérdidas contables y solo con una de ellas, Compañía de Industrias y Desarrollo, rebautizada Bancard Limitada, fue utilizada por Piñera  y sus abogados para hacer desaparecer de la contabilidad 39 mil millones de pesos en utilidades.

La reforma tributaria negociada por el propio Piñera en 1990 permitía utilizar indefinidamente dichas pérdidas para absorber artificialmente las ganancias de un negocio lucrativo como el que comenzó a ser Lan a partir de 1995.

Junto con estas estrategias para eludir al Fisco, los nuevos dueños de Lan se aplicaron con celo a reactivar la aerolínea. La fusionaron con Fast Air, la compañía carga aérea de los Cueto, y luego con Ladeco, generando así economías de escala. Tenían un plan ambicioso y de largo plazo.

La aviación siempre había sido un negocio de volumen. Los costos son altos (y volátiles, dado el caso del insumo del petróleo) y los márgenes bajos. Tuvo esas características aun más a partir de los años 90, en un contexto de mayor competencia y cielos abiertos. Cueto y Piñera sabían que muchas aerolíneas de bandera latinoamericanas, como las de Perú y Ecuador, no sobrevivirían en este escenario. Los peces grandes se comerían a los chicos y ellos querían ser uno grande.

Pero para crecer de verdad y aprovechar estas oportunidades, lo fundamental era levantar más capital. Para ello tenían el círculo perfecto: un senador financista experto en vender culebras, un amigo experto en colocar acciones de empresas chilenas en Nueva York (Jorge Errázuriz, de la corredora Celfín) y un incauto mercado doméstico de inversionistas institucionales, las AFP.

Amigo afiliado

Lo primero era mostrar números azules y luego hacer lobby, con el propósito de incluir a la aerolínea entre las acciones elegibles para los fondos previsionales. Ya en 1995 Lan rindió sus primeras utilidades y comenzó a distribuir dividendos. En 1997 ingresó a la bolsa de Nueva York a través del mecanismo de ADR.

Según el boletín estadístico N°134 de la Superintendencia de AFP, las administradoras invirtieron por primera vez en acciones de Lan Chile en junio de 1996. La primera en animarse fue Provida, con tímidos 9 millones de pesos de la época. Nada.

Año tras año fue subiendo esa participación. A comienzos de 2000 la cartera previsional en acciones Lan ascendía a 5 millones de dólares, apenas el 1% de la propiedad. No superaba el 4,5% en 2008, cuando Piñera ya tenía su estrategia de salida negociada con los Cueto en paralelo con su programa político. Una jugada magistral lograda por apretar el limón al máximo.

Las elecciones presidenciales de 2005, que Piñera emprendió contra la férrea oposición de la UDI, dejaron una lección: la derecha tenía un nuevo líder, pues el empresario logró desbancar a Joaquín Lavín del segundo puesto, tras Michelle Bachelet, y que este estaba decidido a llegar a La Moneda. Ello implicaría necesariamente tomar decisiones respecto de su fortuna en miras a las elecciones de 2009. 

En lo que tocaba a Lan, la expansión había rendido frutos. Año a año obtenía utilidades y repartía dividendos, la acción subía de valor y se realizaban nuevas emisiones bursátiles que, por supuesto, las AFP suscribían con recursos de sus afiliados. La marca ya no maridaba con Chile (Lan Chile)  sino con Airlines, pues operaba filiales en Argentina, Perú y Ecuador. 

Fue así que en mayo de 2007 Lan anunció un acuerdo comercial con la brasileña TAM. El flirteo con la familia Amaro ya había comenzado y el mercado tomó nota. Entre 2008 y 2009, ya en plena campaña presidencial, las AFP aumentaron su inversión en la aerolínea de 128 millones de dólares, a 362 millones. Un incremento de casi tres veces, lo que implicó adquirir casi un 6% de la propiedad.

En marzo de 2010 Piñera finalmente se deshizo de Lan. Pero no lo hizo vendiendo directamente las acciones, sino la empresa en la que las había depositado: Axxion, otra empresa zombi. Esta vez, como consignan Camus y Rojas en su libro, la estrategia consistió en acogerse al artículo 18 ter de la ley de la renta, que eximía de impuesto a las transacciones de acciones con alta presencia bursátil.

Pero Axxion tenía una presencia bursátil mínima. Su único dueño era Inversiones Santa Cecilia, o sea Piñera. Curiosamente, los meses anteriores a la venta despertó como una bella durmiente y se transó más de 6.614 veces. La conjetura más razonable es que Piñera vendió y recompró las acciones a través de corredoras coludidas con él. Así logró vender su 26,4% de la aerolínea en 1.492 millones de dólares sin pagar el impuesto a las ganancias de capital. Nuevamente la SVS no investigó ni sancionó.

Piñera salía de la empresa que había levantado del suelo para ser Presidente de la República. Su lugar fue cubierto por nuevos accionistas, entre ellos y en forma destacada las AFP, cuyas acciones valían entonces 1.547 millones; un 15% del capital accionario. 

Tiempos mejores

En 2012 se anunció la fusión con TAM, que se venía cocinando hacía años. Las AFP pasaron a tener el 23,3% del nuevo coloso del aire rebautizado como Latam. La cosa no funcionó como se anunciaba, las sinergias esperadas no se produjeron y en 2013 la empresa tuvo pérdidas, al igual que en 2014 y 2015. 

En 2016 los Cueto necesitaban caja y reactivaron la vieja alianza con los Piñera. Una vuelta de manos por el favor que le hicieron en 1994 al camuflar la participación del entonces senador en la privatización definitiva de la empresa.

Según informó un artículo publicado por La Tercera en diciembre de 2016, los hijos del actual presidente firmaron en mayo de aquel año un contrato de financiamiento con Costa Verde Aeronáutica por 37,6 millones de dólares. Concedido a través de Inversiones Odisea, el préstamo se pagaría en amortizaciones anuales entre mayo de 2017 y mayo de 2021.

En las circunstancias actuales, si el Estado rescata a la aerolínea estará salvando a la familia del presidente de no recuperar el préstamo. El conflicto de interés es tan evidente que provoca escozor. Pero también están los fondos previsionales, los millones de dólares invertidos a nombre de los futuros jubilados, que se perderán si la empresa colapsa. 

La pregunta respecto a cuánto ha aportado Latam a las jubilaciones futuras de los chilenos debe ser abordada con cuidado. 

La compañía emitió un hecho esencial el 30 de abril de este año ante la CMF (Comisión del Mercado Financiero, la continuadora de la antigua SVS) anunciando la distribución de dividendos por 57 millones de dólares. Cómo hizo algo semejante a menos de un mes de declararse en bancarrota es un misterio.

Sin embargo, si el dividendo se hubiera pagado en función de sus respectivas participaciones, a Delta Airlines le habrían tocado 10,6 millones de dólares; a Qatar Airlines 5,7 millones; a los Cueto 10,6 millones; a las AFP en su conjunto, con cada uno de sus fondos, 13 millones de dólares. Pero hay un detalle: los Cueto son una familia, al igual que la familia real de Qatar, un puñado de individuos. Las AFP, en cambio, representan a 12 millones de personas. El dividendo hubiera rendido, en promedio, un dólar y fracción por afiliado.

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Comentarios

Comentarios

Hola, me parecen muy interesantes sus aportes hoy donde los medios de comunicación no están dando el ancho para informar como corresponde a la ciudadanía.

Hola estimados (as), Excelente artículo, ¿sería posible que expliquen con mayor detalle como se da el conflicto de interés si se decide salvar a Latam?. Gracias y saludos.

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