No fue un buen año para el gobierno.
Horquillado entre el asesinato de Camilo Catrillanca -que derivó en la peor crisis de Carabineros en décadas- y un desempeño económico débil, Sebastián Piñera terminó su primer año calendario en La Moneda muy por debajo de las expectativas que había generado durante la campaña presidencial al prometer “Tiempos Mejores” para el país.
“Creo que vivimos un ciclo político y económico de mediocridad estable”, asegura, en privado, un dirigente histórico de la Concertación.
No fue un buen año para el gobierno, pero para la oposición fue mucho peor.
Desde la Democracia Cristiana (DC) hasta el Movimiento Autonomista (MA), nadie en la oposición partidista logró influir en la agenda política y aprovechar la debilidad del gobierno. Menos aún liderar los movimientos sociales que este año estuvieron bastante activos, en especial en el mundo laboral y sindical. Esto último es especialmente cierto para el Frente Amplio que, con 20 diputados y un senador, irrumpió con fuerza en el Congreso, teniendo hoy en la Cámara de Diputados una presencia incluso mayor a la DC.
Desde que asumió en marzo, el segundo gobierno de Sebastián Piñera mantuvo un coordinado manejo mediático, a excepción del caso Catrillanca, imponiendo sus temas en la opinión pública y en el Congreso. Si bien el sistema presidencial chileno otorga casi toda la iniciativa de ley a la Presidencia, el poder legislativo -que está en manos de la oposición- tuvo un año marcado por la falta de conducción y coordinación, sufriendo derrotas simbólicas en algunos de los temas más queridos por este sector: educación, migración y empleo.
Si bien el sistema presidencial chileno otorga casi toda la iniciativa de ley a la Presidencia, el poder legislativo -que está en manos de la oposición- tuvo un año marcado por la falta de conducción y coordinación, sufriendo derrotas simbólicas en algunos de los temas más queridos por este sector: educación, migración y empleo.
Incluso en causas que históricamente han sido cercanas a la centro izquierda, como el feminismo, la oposición no supo marcar, liderar o participar de la agenda. Las masivas movilizaciones de las universitarias a mediados de año fueron mejor aprovechadas por el gobierno de derecha. A fines de mayo Piñera anunció la llamada “Agenda Pro Mujer” y una de sus medidas prometidas fue un cambio en la Constitución para, en palabras del mandatario, “establecer como deber del Estado el promover y garantizar la plena igualdad de derechos y deberes y dignidad entre el hombre y la mujer”.
A continuación, INTERFERENCIA revisa cuatro hitos legislativos y políticos de 2018 que evidenciaron que la oposición estuvo, durante gran parte del año, con la brújula perdida.
1.- La ley Aula segura
Pese a la mediática resistencia de la oposición, esta ley que busca agilizar la facultad de los directivos de colegios para expulsar a alumnos y alumnas involucrados en hechos de violencia tardó tan sólo 48 días en aprobarse. Más allá de su rotundo rechazo, el Frente Amplio y el Partido Comunista, que en sus filas parlamentarias cuentan con varios ex dirigentes estudiantiles, no desempeñaron un papel relevante en esta discusión.
El proyecto marcó el bautizo de Marcela Cubillos a la cabeza del Ministerio de Educación tras la salida del deslenguado ministro Gerardo Varela. La ministra logró apoderarse rápidamente de la agenda, llamando al orden, en medio de la polémica desatada por los “overoles blancos”, como se les apodó a los estudiantes de algunos liceos tradicionales que comenzaron a cortar calles, enfrentándose a la policía con bombas molotov.
La falta de una oposición alineada favoreció el avance del proyecto. Si bien en el Senado la DC, a través de Yasna Provoste, complicó en un principio la apuesta de Cubillos, se llegó a un acuerdo y una vez en la Cámara, la falange con facilidad se cuadró con el Ejecutivo. En un momento, la respuesta opositora fue modificar el proyecto para llamarlo “Aula Democrática”. Claudio Fuentes, cientista político de la Universidad Diego Portales, aseguró a INTERFERENCIA que “la oposición, al estar fragmentada, no logró tempranamente entender y dar una respuesta coherente. Aula Democrática llegó muy tarde y con una agenda confusa”.
2.- Acusación constitucional contra ministros de la Suprema
La otra gran polémica que tuvo lugar en el hemiciclo fue la acusación constitucional que presentó la oposición el 22 de agosto en contra de los ministros de la Corte Suprema Manuel Antonio Valderrama, Carlos Kunsemüller y Hugo Dolmestch.
La diputada comunista Carmen Hertz levantó esta iniciativa, que finalmente fue rechazada. Todo comenzó a fines de julio, cuando la Sala Penal del tribunal supremo acogió un recurso de amparo que otorgó la libertad condicional a cinco reos de Punta Peuco, después de que la comisión encargada de dar dicho beneficio se los negara por no demostrar arrepentimiento.
La interpelación en contra del ministro del Interior, Andrés Chadwick, que buscaba determinar su responsabilidad en el manejo de la crisis política desatada por el asesinato del dirigente mapuche Camilo Catrillanca, fue otro notorio fracaso de la oposición.
El libelo fue celebrado por la oposición como un “hito”, pero rápidamente surgieron voces contrarias desde el mismo sector. En una carta al diario El Mercurio, siete de los últimos ministros del Interior de la ex Concertación y la ex Nueva Mayoría -todos ellos militantes DC- manifestaron su "preocupación" por la acusación constitucional.
En la misiva, firmada por Enrique Krauss, Carlos Figueroa, Andrés Zaldívar, Belisario Velasco, Edmundo Pérez Yoma, Jorge Burgos y Mario Fernández, todos militantes DC, los ex secretarios de Estado manifestaron: “Estimamos que tensionar al extremo las relaciones entre los poderes del Estado, existiendo otros mecanismos normativos para abordar sus desacuerdos, solo puede allegar dificultades a la ya difícil situación en que se encuentra la reputación pública de nuestras instituciones”.
Finalmente, como habían advertido algunos diputados de la DC y el Partido Radical, los parlamentarios pertenecientes a sus filas votaron en contra de la acusación, la que fue desestimada con 64 votos a favor y 73 en contra.
3.- Interpelación al ministro Chadwick
La interpelación en contra del ministro del Interior, Andrés Chadwick, que buscaba determinar su responsabilidad en el manejo de la crisis política desatada por el asesinato del dirigente mapuche Camilo Catrillanca, a manos del Comando Jungla, fue otro notorio fracaso de la oposición.
El emplazamiento que se realizó el martes 11 de diciembre, y que estuvo a cargo de la diputada socialista de origen mapuche Emilia Nuyado, tuvo la ‘choreza’ de iniciarse en mapudungun. Sin embargo, estuvo lejos de poner en aprietos al ministro. "¿Cree usted que en el asesinato de Camilo Catrillanca existen responsabilidades políticas que deben ser investigadas?", preguntó de manera general la diputada. A la luz de lo que venía revelando la prensa, que alcanzó su punto álgido con la filtración de videos del operativo mismo por parte del periodista Pablo Basarde en Ciper. https://ciperchile.cl/2018/12/19/muerte-de-catrillanca-ciper-revela-en-exclusiva-tres-de-los-videos-que-grabo-carabineros/ la fallida interpelación fue un paso atrás para el anhelo opositor de evaluaron la opción de acusar constitucionalmente al ministro
La parlamentaria no logró dilucidar las incongruencias del relato oficialista y más allá de remarcar los atropellos históricos que ha sufrido el pueblo mapuche y la responsabilidad del Estado en ello, no apretó al ministro en torno a la cronología de los hechos, ni las inconsistencias reveladas por la prensa.
Diputados socialistas, reconocieron a INTERFERENCIA que “la falta de unidad y la ausencia de antecedentes” hicieron difícil levantar la acusación en su momento, cuestión que confirmaron parlamentarios de Revolución Democrática y Movimiento Autonomista.
Esta falta de acuerdos quedó al descubierto cuando la oposición comenzó a coordinarse para enfrentar la crisis, momento en el que la Democracia Cristiana, de forma inesperada, anunció una acusación constitucional en contra del intendente de la Región de La Araucanía, Luis Mayol.
La iniciativa de la falange fue vista con suspicacia por el resto de los partidos opositores, sospechas que aumentaron cuando el gobierno removió a Mayol, lo que fue visto como una jugada para quemar al intendente y proteger a Chadwick, quien, además, recibió el respaldo de figuras como el ex ministro del Interior, Jorge Burgos y el senador socialista José Miguel Insulza.
Más allá de la polémica con Frei Ruiz-Tagle, quien en esencia está dedicado a los negocios con Asia, la oposición tampoco logró frenar la postura del gobierno de salirse del pacto migratorio de la ONU.
"Esto de andar pidiendo cabezas todos los días lo que está haciendo es desestabilizar la seguridad pública del país. Eso es grave. Conmigo no van a contar para que diga que tiene que renunciar alguien hasta que no tenga las evidencias claras de que esas personas cometieron delito u omitieron en el cumplimiento de sus funciones", afirmó el ex ministro de Ricardo Lagos a la prensa.
4.- Frei Ruiz-Tagle, el embajador favorito de Piñera
En agosto de este año, la Democracia Cristiana en pleno se movilizó para pedir la salida del recién nombrado subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo. El partido acusaba a este médico y ex director de la red de hospitales de la Universidad Católica, de ocultar los resultados de la autopsia del ex Presidente Eduardo Frei Montalva.
En medio de la polémica, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, hijo del ex mandatario y figura relevante de la oposición en su calidad de ex presidente de la Concertación y ex candidato presidencial en 2009, guardó un incómodo silencio, lo que llevó a la directiva de la DC a pedirle que congelara su militancia.
Pero este no fue el último episodio que enfrentó a la oposición con Ruiz-Tagle, actual embajador extraordinario y plenipotenciario de Chile para el Asia-Pacífico, cargo en el que fue nombrado durante el gobierno de Michelle Bachelet y en el que fue ratificado por Piñera. Cabe recordar que las familias Frei y Piñera se conocen hace tiempo. En los años 60, el Presidente Frei Montalva nombró a José Piñera Carvallo, padre del clan y militante DC, como embajador chileno ante la ONU.
Recientemente, Frei Ruiz-Tagle, respaldó la decisión del ejecutivo de abandonar el pacto migratorio impulsado por las Naciones Unidas.
"Hay un listado de temas imposibles de aceptar. ¿Qué país puede aceptar que un inmigrante tenga más condiciones que el nacional de Chile, con declaraciones muy globales? (El pacto) dice que el que entra tiene que tener todos los servicios básicos. ¿Qué son? Vivienda, salud, educación. ¿Cuántos chilenos pueden decir que tienen los servicios básicos? El pacto es muy ambiguo y se tiene que aclarar", afirmó Frei.
Las declaraciones del ex presidente cayeron pésimo al interior de su partido. El diputado democratacristiano Raúl Soto dijo a La Tercera que “la DC hoy es oposición y él (Frei Ruiz-Tagle) es gobierno (...) Creo que debe elegir, no podemos seguir tolerando este tipo de ambigüedades. Le hace un daño tremendo al partido”.
Más allá de la polémica con Frei Ruiz-Tagle, quien en esencia está dedicado a los negocios con Asia, la oposición tampoco logró frenar la postura del gobierno de salirse del pacto migratorio de la ONU, aunque finalmente la cancillería se abstuvo en la votación en Nueva York. Pero, claramente, el gobierno de Piñera los dejó, nuevamente, en ‘fuera de juego’.
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Me gusta vuestrao trabajo
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