Al sur de Paine, en el extremo austral de la Región Metropolitana, los cerros de la cordillera de Los Andes comienzan a juntarse con los de la costa, el valle se estrecha y en la punta oriente, en las faldas de las murallas marrones, yacen las localidades de Chada, Culitrín, Las Turbinas y Cardonal Bajo.

Si se ve desde un dron, esta faja de tierra es el ejemplo clásico del campo en el valle central: cuadritos de tierra agrícola con distintos tonos de verde entre otros cuantos manchones cafés.

En tierra, el panorama también es pintoresco, a un costado del camino se extienden viñedos que escalan incluso hasta el primer tercio del cerro, pero el agua para todos no alcanza y en sus bordes, se ven parcelas con la tierra ya seca y la cosecha ya finalizada.

Al final de la ruta se encuentra Chada, que recibe a sus visitantes con banderas negras: “No al Pozo de la Hacienda Chada”, se alza en el frontis de casi todas de las casas del sector.

Los vecinos alegan que esta empresa agroindustrial, en conjunto con la Viña Pérez Cruz - perteneciente a la familia del polémico presidente de Gasco, Matías Pérez - estarían sobre explotando el agua de la zona, afectando a los pequeños agricultores, familias históricas de la zona que viven de sus cultivos desde la Reforma Agraria.

Ambas empresas operan desde los 90, Hacienda Chada S.A. se dedica ala producción de frutas frescas y vides viníferas. Actualmente su oferta de productos incorpora frutos secos, Almendra y Nueces, además de las frutas frescas tradicionales de exportación : Uva de Mesa, Ciruelas, Kiwis y Mandarinas, que se comercializan a través de Exportadora Rio King al exterior.

La Viña Pérez Cruz, pertenece a los 11 hermanos de la familia, hijos del matrimonio entre Pablo Pérez y Mariana Cruz. El padre de los Pérez, compró el terreno (Fundo Liguai) el año 68 y falleció el año 81, más tarde, en el año 1992, la familia decidó explotar el campo y enfocarse en la producción de vinos tintos. 

La comunidad enfrentada a los Pérez Cruz y la Hacienda Chada

En medio de Chada se encuentra la cancha; está rodeada por el norte de dos silos de concreto enormes, por el oriente tiene una tribuna de fierro de unos cinco peldaños que está parcialmente llena; al sur se encuentran los camarines y una iglesia blanca, de estilo colonial; por el oriente, en una banca gastada, mirando el partido de los juveniles, Gerardo Cabezas conversa con INTERFERENCIA y entrega un balance del problema.

Él es secretario del Club de Fútbol de Chada, entrena a la infantil y también es director de la Junta de Vecinos y parte de la coordinación que hoy está organizando a la comunidad para enfrentar la escasez hídrica.

“Existen dos situaciones que están amenazando a nuestra comunidad, desde Chada hasta Hospital”, explica, mientras la galería interrumpe la respuesta con el gol de un chico que viste completo de amarillo y antes de convertir se pasó a prácticamente todo el equipo rival.

“El primer problema se encuentra en el afluente superficial, en el río Peuco. Allí, la Viña Pérez Cruz compró el Fundo Caren. En este momento ellos tienen más de 200 hectáreas sembradas, lo sabemos porque gente de las zonas afectadas trabaja ahí mismo. Además, ya limpiaron otras 300 para expandir sus cultivos”, continúa Cabezas.

“Han construido dos embalses y van por un tercero. Nosotros lo vimos en terreno. Hoy existe escasez de agua y para sostener la producción construyeron dos embalses. Desviaron las aguas del río y el afluente bajó, lo que afectó el acopio de agua en el tranque Chada que abastece a todos los pequeños agricultores de la zona”, relata, luego de reproducir un video que captó un vecino de la sexta región que vive a orillas del Río Peuco donde se aprecia el desvío de las aguas.

Al otro lado de la banca se encuentra Darío León, es un pequeño agricultor de la zona, toda su vida se lo ha dedicado a la tierra, pero este año fue de los peores, su señora tiene 4 hectáreas que cultivó con sandías, obteniendo un 40% menos de producción que el año pasado. Tuvo que cosechar antes porque después de enero no llegó agua. Culpa a la Hacienda Chada y a la Viña Pérez Cruz, dice que sembraron en el cerro, donde no llega agua, la que estarían sacando en su desmedro.

Cabezas, retoma el punto y detalla que “la Hacienda Chada, de propiedad de Carlos Barros,  hizo un pozo cerca del puente Culitrín para abastecerse. Allí, firmaron contrato con un privado que tiene un terreno de 5000 metros cuadrados desde donde sacan el agua y la transportan hacia su fundo a través de tubos que instalaron en fajas fiscales sin autorización, cuestión por la que fueron sancionados”.

En efecto, el 22 de enero de 2019, la Dirección de Vialidad de la Región Metropolitana multó a la hacienda por “ocupar ilegalmente la faja vial del camino público, adosando una tubería a la estructura del Puente Culitrín”.

De acuerdo al testimonio de Cabezas y el resto de los dirigentes vecinales, el alcalde y el Ministerio de Obras Públicas les aseguraron que “no cuentan con presupuesto para retirar los tubos “ y que el pozo continúa enviando agua hacia la hacienda gracias a su uso.

“Hasta el momento no sabemos cuánta agua están sacando y el pozo está funcionando desde enero. Desde esa fecha, los pozos locales comenzaron a bajar. Las norias de 15 a 20 metros ya están secas y el pozo de Agua Potable Rural de Chada entre enero y marzo bajó 20 metros, una cuestión absolutamente inusual”, pronuncia Cabezas mientras muestra un video en su celular donde se aprecia la disminución en el agua del pozo.

“¡¡¡Goool!!”, interrumpe de nuevo la galería, el mismo chico se sacó al arquero y definió de rabona.

La conversación se retoma y Cabezas esta vez habla angustiado. Por medio de la directiva de la junta de vecinos está en constante coordinación con las dos asociaciones de parceleros de la zona donde los ánimos están por el suelo.

Al igual que León, prácticamente todos tuvieron que reducir su producción. Hace tres semanas, las cuatro juntas de vecinos del sector afectado se reunieron para evaluar la situación y están llegando al límite, hay familias que se están viendo obligadas a vender sus tierras para pagar las deudas y las pérdidas del año.

“La Hacienda Chada o el Fundo Pérez Cruz se dedican a la exportación. En cambio, estos pequeños agricultores son los que venden en Lo Valledor. Entonces no estamos pensando en auto abastecernos, estamos reventando nuestra tierra para exportar y vamos a terminar importando los productos que necesitamos porque ellos nos están secando”, alega Cabezas.

Con la mente en aculeo: preocupación por el agua de consumo doméstico

Si se mira en el mapa, Chada, Culitrín, Cardonal Bajo y La Turbina se encuentran prácticamente a la misma altura de Aculeo, pero al oriente de la ruta 5 sur. A mediados de febrero los dirigentes de ambos sectores se reunieron para compartir un diagnóstico y están comenzando a articular una movilización a través del Movimiento por el Agua de Paine (MAP).

“Nosotros aún no tenemos que restringir el agua para consumo doméstico, como pasa en Aculeo, Rangue y Los Hornos, pero el pozo ya bajó y estamos alerta, no podemos esperar a quedar secos para tomar medidas”, puntualiza Cabezas.

El escenario no es menor, la laguna de Aculeo se secó por completo y solo quedan cadáveres de animales. Las comunidades aledañas se abastecen con camiones aljibe.

“Acá no hay voluntad política. La DGA nos dijo que tenía tres fiscalizadores para toda la región y que no daba abasto. El municipio no ha hecho nada y en el Congreso tampoco”.

El dirigente comenta que el viernes 22 de marzo se vivirá una jornada intensa en Paine, diversas delegaciones del país viajaran para marcar un hito en la comuna, marchando juntos en el día Mundial del Agua, para desarrollar, durante el sábado, una jornada nacional con el fin de coordinar movilizaciones a lo largo de todo el país. Cuentan con el apoyo del Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (MODATIMA), que se hizo conocido por organizar la defensa del agua en Petorca.

Cabezas anuncia que el objetivo es articular una oposición fuerte para transformar el Código de Aguas: “Hoy se está discutiendo un proyecto de ley en el Congreso, pero va en la dirección equivocada porque mantiene el agua privatizada sin modificar los derechos actuales y la idea de mantener esos derechos a perpetuidad, profundiza aún más este problema”.

Para Cabezas, el agua debiese ser “pública”, priorizando el consumo humano y la protección de los pequeños y medianos agrícolas, promocionando un sistema agroindustrial sustentable. “Lo que vemos, en cambio, con esta ley, es que se sigue protegiendo a los grandes empresarios, privilegiando la exportación, sin garantizar siquiera el derecho a la población local donde esas mismas industrias están operando”, remata.

El árbitro pita el final del partido, Cabezas se levanta y parte a reunirse con el resto de los dirigentes de la zona: juntas de vecinos, club de huasos, clubes de fútbol, para continuar preparando la jornada de movilización.