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Viernes, 19 de Abril de 2024
Cuidar a los que cuidan

Las señales de auxilio que está dando el personal chileno de salud en la víspera de la ola pandémica del coronavirus

Nicolás Massai D.
Diego Ortiz
Joaquín Riffo Burdiles

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Foto referencial. Crédito: Cuenta Oficial del CDT área Ambulatoria del Complejo Asistencial Dr. Sótero del Río.
Foto referencial. Crédito: Cuenta Oficial del CDT área Ambulatoria del Complejo Asistencial Dr. Sótero del Río.

Mascarillas que no se ajustan a los protocolos o que se acaban, falta de alcohol gel para desinfectar pacientes y medidas de protección insuficientes en comparación con países extranjeros. Estas son algunas de las situaciones que mantienen intranquilo al personal de la salud durante las primeras semanas de expansión del Covid-19.

Admision UDEC

Durante la jornada de este miércoles 20 de marzo, cuando el gobierno confirmó 238 casos de Covid-19 en Chile, apareció en la web un video de una médico del Hospital de Urgencia de Asistencia Pública (HUAP), conocido también como ex Posta Central. En el registro, la doctora Fabiola Alzamora le envía un mensaje al ministro de Salud, Jaime Mañalich, en medio de una de las unidades de tratamiento de pacientes:

“Hoy día 18 de marzo, partiendo el turno, a las 8 de la mañana, en una jornada de 24 horas, en el mejor sistema de salud del planeta [frase dicha y reiterada por Mañalich ante la prensa], no tenemos alcohol gel, que debería haber uno por paciente, nos están dando una mascarilla por funcionario para atender a la gente, no tenemos con qué lavarnos las manos, no tenemos cómo secarnos las manos, nos tuvimos que conseguir un alcohol gel para 13 camillas que es la unidad de paciente crítico, unidad en la que me desempeño [... Hacemos] un llamado a todas las autoridades: están poniendo en riesgo la salud del personal”.

El llamado de Alzamora ya ha sido expresado en voz de distintos expertos de la salud y medios internacionales desde el comienzo de la pandemia. “No podemos parar el Covid-19 sin primero proteger a los funcionarios de la salud”, advirtió el 3 de marzo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom.

El urgenciólogo Liam Yore, miembro directivo del Colegio Americano de Médicos de Emergencia de Estados Unidos, catalogó el riesgo de contagio en trabajadores del sector sanitario como “una de las grandes vulnerabilidades” para el manejo del coronavirus.

La revista estadounidense Fortune fue más allá en su artículo Combatir el coronavirus parte por mantener sanos a los trabajadores de la salud. En éste, el medio ejemplificó la importancia de la salud dentro de los mismos médicos y enfermeras con la siguiente analogía: “Existe una razón por la que todas las presentaciones de seguridad en viajes en avión nos indican que hay que asegurar nuestras propias máscaras de oxígeno antes de asistir a alguien. No podemos ayudar a otros de forma efectiva a menos que nosotros mismos estemos protegidos. En ningún lado es más importante esa noción que dentro del personal de salud pública que está combatiendo la pandemia del Covid-19”.

La situación del personal de salud fue la que llevó a que el presidente Emmanuel Macron, a inicios de marzo de este año, cuando los casos de contagios llegaban a 200 en ese país, a reservar las mascarillas para este tipo de funcionarios.

Según antecedentes recabados por INTERFERENCIA, la protección al personal médico no es una de las prioridades del Ministerio de Salud. Distintas personas ligadas a este mundo que hablaron con nuestro medio indicaron, precísamente, que el camino va en sentido contrario.

Si bien el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, informó que se encontraban “comprando equipamiento y distribuyendo insumos para protegerlos a ustedes y a nuestros funcionarios”, existe preocupación por mascarillas que no se ajustan a los protocolos o que se acabaron; también falta de alcohol gel para desinfectar a pacientes en espera y elementos de protección personal insuficientes en comparación con países extranjeros.

Este mismo miércoles, sin ir más lejos, el diputado socialista Juan Luis Castro –quien también es médico cirujano y ex presidente del Colegio Médico, además de integrar la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados– expresó su preocupación sobre una eventual falta de protección de funcionarios de la salud.

“Tiene que haber un recambio constante de mascarillas y de todos los mecanismos de asepsia en los hospitales, precisamente para que no sea portador el mismo personal de salud, médicos, paramédicos y enfermeras, de la enfermedad. Eso tiene que redoblarse, porque con el avance de la semana y cuando tengamos un peak de la enfermedad, el personal de salud va a tener bajas y, para no replicar más el problema, el cambio de ropa, mascarillas y todas las medidas de higiene es fundamental”, alertó.

Una urgencia real

En la Región de Ñuble la situación es crítica, pues hasta este miércoles era la segunda región con mayor cantidad de casos de Covid-19 (27) después de la Metropolitana, y también cuenta con una gran cantidad de personas en cuarentena, incluyendo seis autoridades regionales, . 

Un funcionario del Hospital Clínico Herminda Martín de Chillán, quien solicitó guardar su nombre bajo reserva por temor a represalias, describió a INTERFERENCIA algunas de las carencias que presenta el principal recinto de la ciudad para el personal de salud que ahí se desempeña:

“Hay mascarillas, pero quirúrgicas, las que tienen muy poca efectividad, ya que cuando se humedecen pierden su efecto, y eso puede pasar en 30 minutos con la propia respiración. No son los implementos correctos, deberíamos tener todos mascarillas N95 que son las que realmente protegen. Además, andamos con uniforme clínico, y vemos que en otros países a todo el personal lo resguardan con overoles, cubrecalzados y mascarillas con filtros, entre otros implementos”, apuntó. 

Para el funcionario del hospital chillanejo “en general no hay un resguardo como corresponde. Y no es por un tema de voluntades, es porque simplemente no están esos elementos de protección personal”.

Nuestro medio ya había recogido hace unos días el testimonio de una técnico en enfermería de un Centro de Salud Familiar (Cesfam) ubicado en Concepción, en la Región del Biobío, quien afirmó que en el lugar “no hay nada, ni guantes, ni mascarillas. Está repleto de gente (...) mis compañeras están como resignadas. Saben que vamos a terminar contagiadas”.

El poco resguardo para los funcionarios de la salud no se limita sólo a regiones. “Estamos trabajando dentro de un contexto precario, como siempre, la verdad”, explicó un trabajador del Hospital Padre Hurtado de Santiago, quien también solicitó mantener la reserva de su nombre por las mismas razones. “Estamos relativamente bien porque la jefatura del Hospital ha actuado rápido, pero los recursos son poquísimos”, afirmó, para luego agregar que su capacidad de respuesta podría verse en jaque los próximos días. 

La precariedad de siempre

Si los contagios siguen creciendo de forma exponencial, el profesional del Hospital Padre Hurtado explicó que no estarán las condiciones para poder atender de forma segura. “No tenemos mascarillas para atender a otros pacientes que conllevan riesgo de contagio distinto a coronavirus y la infraestructura es horrible: no tenemos la ventilación adecuada y eso pone en peligro a todos los otros pacientes y personal del hospital”, detalló. También señaló que los pocos recursos con que cuentan se han visto disminuidos producto de robos a las cajas de mascarillas y reservas de alcohol gel.  

La precariedad del sistema de salud ya había sido denunciada por los gremios de la salud a fines del año pasado. Natalia Henríquez, presidenta del Colegio Médico de Santiago e internista del Hospital San José, dijo en entrevista con INTERFERENCIA que “esta crisis justamente lo que termina de hacer es exponer la precariedad con que hemos estado trabajando crónicamente. Como personal de salud hemos aprendido a tolerar a trabajar en la escasez, pero en una situación de pandemia no podemos seguir funcionando de la misma manera. Yo te diría que lo que está sucediendo tiene un mal augurio porque aún no llegamos al peak de casos, en que los pacientes empiezan a caer en las unidades críticas”.

Todas las personas ligadas a este mundo consultadas por INTERFERENCIA aseguraron que otra de las preocupaciones, también, se va a dar cuando los pacientes lleguen a los servicios de urgencia con cuadros severos. 

Por su parte, Patricio Barría, presidente de la Asociación de Médicos de la Asistencia Pública (AMAP) y médico internista en la ex Posta Central, indicó que a pesar de que el subsecretario de Redes Asistenciales dijo que se van a distribuir distintos productos de emergencia, “la cadena de distribución hacia los hospitales no están siendo tan claras, y hay dudas respecto de cuánto va a durar el stock”.

“Los funcionarios estamos preocupados, porque sentimos que en gran medida la protección está surgiendo porque nosotros estamos presionando, más que porque hayan planes del Ministerio de Salud. En la Posta Central no hay planes por escrito que den cuenta de cómo proteger a los funcionarios día a día, sino que se improvisa en cada turno, y de acuerdo a las condiciones de lo que va sucediendo”, agregó.

Eso mismo lo ha estado diciendo el Colegio Médico desde la dirección nacional. Esta mañana, su secretario nacional, José Miguel Bernucci, entregó una declaración al matinal Muy Buenos Días de TVN donde hacía un pronóstico alarmante: 

“Nuestro sistema sanitario tiene el 50% menos de camas disponibles que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Tenemos solamente 1.000 camas críticas con ventiladores, en las cuales el 95% ya está ocupada por el resto de las enfermedades”.



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Comentarios

Comentarios

no es posible que el gobierno siga mintiendo y solo preocupándose de sus cuentas políticas y económicas, el pais y sus habitantes no son su negocio personal!!

Donde trabajo el hospital nos a dado a usar 2 mascarillas desechables para un turno de 9 horas despues de a ver estado reclamando y negandonos a atender, la empresa medical nurse no nos a dado ningun apoyo con respecto a medidas de seguridad para el personal, hoy nos dimos cuenta que el alcohol gel que estabamos usando estaban vencidos uno era del año 2018 otro abril 2019 y asi, escusandose que habia sido un herror los cambiaron, con respecto a las mascarillas la respuesta es que son riesgos de nuestro trabajo y que siempre estamos espuestos a infecciones que las mascarillas que realmente devemos usar estan guardadas solo para el personal que atienden en forma directa a los pacientes ej: cuando aspiran secresiones a pacientes con traqueostomia y nosotros que acaso piensan que tomaremos muestras de sangre a mas de 1 metro de distancia de los pacientes, asi con el emjor sistema de salud del planeta

trabajo en el hospital de temuco en la upc, y ayer viernes recibimos un sospechoso de covid, todo el proceso de ingreso de este hasta la sala donde estaba destinado fue un total y completo caos, y plagado de acciones en donde el resguardo por no seguir contribuyendo a la propagación del virus, eran prácticamente inexistentes. no existe ningún tipo de protocolo fijado y claro, en donde uno pueda tener, al menos cierta certeza, de la seguridad de los funcionarios así como del resto de pacientes de las unidades y demás servicios, el personal del samu, que estaba a cargo de su traslado estaba todavía mas perdido y completamente ignorante de las medidas "básicas" para mantener al posible contagiado lo "suficientemente" aislado para no seguir contribuyendo a la propagación. por supuesto el personal de upc tiene cierto protocolo, pero esta lleno de inseguridades y equivocaciones, que no hacen mas que poner en riesgo a todo el personal y a los demás pacientes, y se esta elaborando sobre la marcha, cuantos casos de contagios en el personal y en los pacientes esperara tener el señor mañalich y el nefasto gobierno que tenemos para realmente actuar de la forma que se necesita...???

¡Bruta labor del personal de la salud! Quienes no saben de toque de queda ni cuarentena. Trabajando 24 horas seguidas, ilegalmente ya que el código del trabajo establece que la jornada diaria no debe superar las 10 horas, horas extra incluidas. Y trabajando por lo menos 48 horas semanales, también ilegal ya que el máximo de horas semanales no debe superar las 45 horas.

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