"Es el peor texto que he visto en todas las negociaciones climáticas. Será una traición para la gente de todo el mundo, de la misma manera que el gobierno chileno está traicionando a su gente en casa”. 

Con estas palabra habló el director de Power Shift Africa, Mohamed Adow, en su crítica al primer borrador del acuerdo COP 25 propuesto por Carolina Smidth, la ministra chilena de Medio Ambiente y presidenta de la actual cumbre climática.

Tanto Adow, como los voceros de Greenpeace y WWF, y muchos otros ambientalistas, así como países subrepresentados en la cumbre y con mucho que perder con el calentamiento global, fueron feroces críticos del liderazgo chileno en esta accidentada conferencia, que iba a ser en Brasil, pero ganó Jair Bolsonaro la presidencia de ese país, y luego iba a ser en Chile, pero estalló la rebelión social.

"Estamos en las últimas horas de estas negociaciones y lo que vemos aquí es que los últimos textos son totalmente inaceptables. Adoptar esto sería traicionar a todas las personas del mundo que sufren los efectos de la crisis Climática y que piden que se tomen medidas", dijo la directora ejecutiva de Greenpeace International, Jennifer Morgan en relación a varios puntos que impiden en avanzar en los compromisos del Acuerdo de París de 2015, de los cuales un grueso debían estar normados y operativos en 2020, razón por la cual era clave esta COP 25.

 "La presidencia chilena tiene una tarea: proteger la integridad del Acuerdo de París y no permitir que el cinismo y la avaricia lo entierren (...) pero hasta ahora fracasó", dice Morgan en relación a un resultado que sólo favorece intereses de los estados menos comprometidos con la lucha contra el cambio climático. 

“He participado de las negociaciones desde la primera COP, pero nunca había visto esta casi total desconexión en lo que hemos visto aquí en la COP 25, entre lo que la ciencia pide y lo que personas de todo el mundo demanda”, dijo Alden Meyer, de Union of Concerned Scientist. 

Entre los acuerdos estipulados que todavía no encuentran acuerdo, los más relevantes dicen relación con los mercados de bonos de emisión de partículas de carbono. Un mercado clave si es que se espera detener el calentamiento global, antes de mayores desastres esperados cuando la temperatura del planeta sobrepase límites que los científicos ven a la vuelta de la esquina, estimados en pocos grados celcius extra de temperatura promedio planetaria. También hay críticas de varios estados insulares, los más acfectados por el creciemiento de los niveles de los océanos, los cuales alegan falta de representación.

Al cierre de esta edición, en sábado 14 de diciembre, en la COP 25 no se había aprobado un segundo borrador ofrecido por Schmidt, por lo que el cierre de la coferencia tendrá al menos dos días de retraso, y muy probablemente fallará en llegar a acuerdos.

Esto, en medio también de ácidas críticas al equipo chileno por la baja calidad del primer borrador que hacía muy difícil avanzar en discusiones complejas, al que se acusa de falta ambición para llegar a acuerdos significativos frente a un problema acuciante.

La presidencia de Chile además se vio ensombrecida, porque el país no firmó finalmente el Acuerdo de Escazú, que protege a los activistas ambientales, muchos de quienes en América Latina son víctimas de persecución, incluido Chile con los casos de los premiados a nivel internacional, Alberto Curamil, recientemente excarcelado por ser encontrado inocente de graves acusaciones criminales infundadas, y Rodrigo Mundaca, líder ambiental fichado por Carabineros, tal como lo dio a conocer INTERFERENCIA en su cobertura del PacoLeaks.

Todo este clima, en medio del retiro de las delegaciones internacionales -incluida buena parte de la chilena- y de la prensa internacional, cuando ya todo el lugar físico de la COP 25 ya está prácticamente desmantelado, pero a la espera de un último plenario que tendrá lugar en la madrugada de este domingo.