La noticia circuló primero por Reddit. Un usuario informaba de la recepción de un correo electrónico con fuente en las oficinas centrales de MySpace que indicaba la pérdida de datos de aquel servicio. Luego se profundizó en las causas y en la dimensión del extravío, problemas con una migración de data y la desaparición de cerca de 50 millones de canciones de 14 millones de artistas.
MySpace fue quizá la primera red social con un número masivo de usuarios, cuando abrió sus puertas en agosto del año 2003. Hasta ese entonces resultaba muy poco frecuente que los usuarios y usuarias de la Internet se aventuraran a cargar sus propios contenidos, la mayoría de la actividad en la red era la de consumo de información de muy diverso tipo que era generada por empresas o comunidades organizadas.
Estaban los portales y estaban los periódicos electrónicos, de un lado, y de otro, más artesanal, páginas web que costaba una enormidad levantar, por las dificultades técnicas computacionales involucradas. Las personas más aventuradas construían páginas en GeoCities y las dejaban disponibles a una cada vez mayor audiencia. De hecho, cuatro años después de que Tim Berners-Lee creara, hace exactamente tres décadas, la World Wide Web en noviembre de 1989, José Flores, un estudiante de ingeniería de la Universidad de Chile construyó la primera página web latinoamericana. En aquellos días hacer productos en Internet requería de conocimiento especializado y experto, y siguió siendo así por casi una década.
MySpace fue tal vez la primera plataforma que permitió el uso de servicios a través de internet, sin un conocimiento experto.
MySpace, entonces, llegó como un servicio que permitía que cualquier persona, sin ningún conocimiento avanzado en las lides de la computación pudiera crear un perfil y en él subir sus datos personales, textos, imágenes y, lo que sería más importante posteriormente: música.
De este modo, mediante un servicio accesorio de carga y audición de archivos musicales, MySpace propulsó que creadores y creadoras de todo el mundo subieran sus temas musicales a la red para ser escuchados por todo el planeta. Y el efecto fue mayúsculo.
La Generación MySpace
El impacto para la producción musical de MySpace -leído desde el modelo de Burnett en su libro The Global Jukebox: The International Music Industry de 1996- estribó en que la producción material masiva de música publicada se desplazó definitivamente desde las majors, esto es, los grandes sellos discográficos, hacia la escena independiente que, por primera vez de modo amplio podía acceder a la audiencia global. Solo como dato para confirmar este cambio, según el informe Música Chilena Independiente: oportunidades y nuevas evidencias de la SCD de 2018, en 2016 el “82,5% de los agentes del sector [musical] en Chile son microempresas”.
Quizá el caso emblemático de una “banda MySpace” en esos primeros años del siglo XXI fuera el conjunto inglés asociado al post-punk revival, Arctic Monkeys, que en sus primeros días grababan demos de sus canciones y las regalaban a los asistentes a sus conciertos.
Entonces algunos usuarios empezaron a cargar estos temas, ripeados a la plataforma (pasados de un formato multimedia, como es un CD, al propio de otro soporte digital). Curiosamente los propios miembros de la banda poco o nada sabían de aquellos procedimientos, aduciendo que “cuando éramos número uno en los charts en Inglaterra estábamos en las noticias y en la radio. Hablaban sobre cómo MySpace nos había ayudado. Ese es el ejemplo perfecto de alguien que no sabe de qué diablos le están hablando. No teníamos idea de qué se trataba”, conforme declararon a Prefix Magazine de julio de 2006.
Para hacerse una idea de la pérdida, MySpace borró 50 millones de temas, en circunstancias en que Spotify solo ha cargado 35 millones.
La Generación MySpace, esto es, las y los solistas o bandas musicales que se apoyaban en la plataforma para compartir sus creaciones, alcanzó guarismos de millones de protagonistas -según los datos entregados hace unos días, 14 millones-, con 50 millones de temas cargados en el periodo que va desde 2003 hasta 2015, que es el periodo perdido esta semana durante la migración de la data. Solo por poner una comparación que ilustra la magnitud de la pérdida, en agosto de 2018 la plataforma Spotify solo tenía 35 millones de temas almacenados.
Y el fenómeno fue mundial. Y alcanzó a Chile. En su memoria de título por la Universidad de Chile Micrófono Abierto: historias y canciones del pop chileno independiente de la última década, la periodista Claudia Cayo, quien desde 2005 es una persona aficionada a la música independiente en el pais, podía hacerse de las obras de músicas y músicos nacionales como Gepe, Javiera Mena, Fother Muckers o Teleradio Donoso.
Cayo anota en su trabajo que “en Chile, a mediados de los 2000 MySpace fue una herramienta clave de quienes hoy son considerados impulsores de toda una generación de pop independiente que se fraguó en la última década”. Y tanto fue lo que esto contribuyó al surgimiento de una escena y una industria creativa indie, que en febrero de 2011 el diario El País de España dedicó un extenso articulo al fenómeno: Chile, nuevo paraíso del pop.
Hoy, todos esos archivos están perdidos.
Los archivos perdidos
En febrero de 2015, en una entrevista para The Guardian, Vint Cerf, vicepresidente de Google, advertía que “el material digital, incluidos documentos históricos clave, podría perderse para siempre”. Ello debido a la obsolescencia de los programas que leen dichos archivos y también al desgaste del hardware que mantiene estos datos.
Cerf profundizaba: “Digitalizamos las cosas porque creemos que las preservaremos, pero lo que no entendemos es que, a menos que tomemos otras medidas, esas versiones digitales pueden no ser mejores, e incluso pueden ser peores, que los artefactos que digitalizamos. Si hay fotos que realmente te interesan, imprímelas”.
Desde hace muchos años y en la misma línea atemorizada de aquel apocalipsis de los datos que puede ocurrir en cualquier momento, el filósofo de la mente, Daniel Dennett, afirma que “internet se vendrá abajo y viviremos oleadas de pánico”, según declaró a El País en 2014.
Lo de MySpace es el aviso de un posible apocalipsis de los datos.
Lo de MySpace parece ser el primer aviso realmente en serio de esta amenaza, lo que no solo ha arrasado con la información de millones de usuarios, sino que con un registro clave de la música de inicios del siglo XXI..
Por supuesto que existen iniciativas para evitar que el apocalipsis de los datos ocurra. Una de ellas corresponde a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos que en 2010 firmó un acuerdo con Twitter para archivar todos los tuiteos públicos de aquella red desde 2006 considerando preservarlos y mantenerlos disponibles por siempre.
La otra es el proyecto Archive.org que se encuentra dedicado, desde 1996, a la preservación de sitios públicos de la web, recursos multimediales y software. El Internet Archive dispone de un volumen almacenado de 48 petabytes de información.
La sede física de Archive de encuentra distribuida, con copias de todo el material, en tres locaciones californianas, y -simbólicamente- en Alejandría, Egipto. Donde una vez se erigió la base de datos más importante de la Antigüedad: la Biblioteca de Alejandría.
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