Firmado por Kai Kupferschmidt, el reportaje de Science sostiene que la estrategia del lockdown parece estar surtiendo efecto, particularmente porque la curva de contagio del Coronavirus se está aplanando en varios rincones del planeta, partiendo desde el Extremo Oriente asiático. “Hemos logrado llegar a la balsa salvavidas”, señala en la publicación el epidemiólogo Marc Lipsitch, “pero no tengo muy claro cómo llegaremos a la orilla”.
Controlando el valor R
El consenso científico en estos días es que de a poco hay que empezar a observar con detención no solo el número de personas contagiadas cada día, sino que, “el número efectivo de reproducción, o R, que denota a cuántas personas infecta a su vez la persona infectada promedio. Si R está por encima de 1, el brote crece; debajo de 1 se encoge. El objetivo de los confinamientos actuales es llevar a R muy por debajo de 1. Una vez que la pandemia sea domesticada, los países podrán tratar de aflojar las restricciones mientras R se mantenga alrededor de 1, cuando cada persona infectada en promedio infecte a otra persona, manteniendo el número de casos nuevos estable”.
Ese valor resulta crucial, toda vez que, como es el caso de Chile, en que los balances entre los aspectos sanitarios, los aspectos relacionados con las libertades individuales y las limitaciones económicas resultan un equilibrio en extremo delicado donde sopesar cada variable no tiene antecedentes en la historia, aun cuando han existido otras pandemias en los últimos siglos.
¿Es posible volver a la escuela para los mil quinientos millones de escolares que en 188 países se encuentran en sus casas? ¿De qué modo se vuelve al trabajo presencial, en particular en el aparato público? ¿Qué sucederá en el corto y mediano plazo con los locales comerciales, y en especial aquellos que atienden a grupos numerosos de personas simultáneamente como los cines, los restaurantes o los bares?
Las tres perillas
Kupferschmidt, menciona a Gabriel Leung, modelador de la Universidad de Hong Kong, que propone que las tres perillas cruciales que deberán operarse con extrema cautela consideran el aislamiento de los pacientes y el rastreo de sus contactos, las restricciones fronterizas y el distanciamiento social.
Países asiáticos como Singapur, Hong Kong y Corea del Sur, tal como ha venido observando Byung Chul-han, han hecho doble click en la primera de tales perillas, monitoreando con precisión a las personas contagiadas y sus desplazamientos, sin embargo, dicho perilleo no parece resultar de aplicación efectiva en otros lugares donde, por ejemplo, el número de test aplicados es menos voluminoso y el rastreo de las personas requiere de una aparcería digital de la que se carece.
La segunda perilla también resulta problemática. Aunque muchos países han establecido cierres de fronteras incluso para sus ciudadanas y ciudadanos que regresan desde el extranjero, no parece posible que esta estrategia pueda mantenerse en el largo plazo, incluso cuando se ha hecho evidente que son los países más turísticos los que reciben un flujo de contagios desde el extranjero que resulta muy difícil de monitorear globalmente como requiere la primera perilla.
La tercera perilla, el distanciamiento social, ha generado que en pocas semanas ello se haya transformado en un shock cultural en todas partes del mundo, y en especial en Chile, dando paso a prácticas sociales inéditas de modo planetario y, de pasada, ha transformado a servicios como Zoom en algunos de los recursos más utilizados en Internet -de acuerdo con Alexa, Zoom se posiciona entre los quince o veinte servicios de la Red más utilizados en estos días, en una lista corta en que siempre han estado en los primeros puestos sitios como Google, Instagram, YouTube o Facebook-.
La efectividad del distanciamiento social ha sido adecuada, sin embargo, parece ser que no es posible mantenerlo en las condiciones estrictas de la actualidad por mucho tiempo más. De este modo, el relajamiento de tal medida es posible que sea esencial para volver a movilizar a las sociedades y a las economías. El reportaje de Science se detiene en que Austria hizo un primer movimiento en este entendido, permitiendo abrir pequeñas tiendas el 14 de abril, esperándose que a partir del 1 de mayo se abran otras y en semanas también los restaurantes.
Suprimir y levantar
Dado lo anterior, la comunidad científica especula que no habrá más plan de salida, luego del lockdown, que una iteración y el ensayo y el error. En las semanas siguientes en diferentes países las pequeñas medidas de relajación de la distancia social se estarán observado muy atentamente, haciendo hincapié en los resultados mediatos e inmediatos. Dado que no se cuenta ni con experiencia, ni con data sobre estas estrategias, resulta muy probable que se observe una marea continua de “suprimir y levantar” que se prolongue por meses.
Por mientras las y los científicos estarán haciendo su tarea para dar con los métodos más efectivos a nivel planetario y también local.
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