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Viernes, 19 de Abril de 2024
Politólogo estadounidense

Lowenthal: “Derrocar a Maduro es más peligroso para los venezolanos que una transición negociada”

Andrés Almeida

Abraham Lowenthal -un conocedor de América Latina y sus entrecejos- no es optimista respecto de la posibilidad de acordar una salida de la crisis entre el chavismo y la oposición que derive en elecciones libres y sin plazos preconcebidos. Según el experto, ni unos ni otros han demostrado capacidad política para lo que considera es la mejor salida para Venezuela. “Ninguno ha buscado una negociación seria”, dice.

Admision UDEC

El Caribe no es un mar que pueda calificarse como tranquilo, pese a ser la postal del lugar paradisíaco donde descansar. Y no lo es solamente por los huracanes tropicales que ahí se desatan. También la política despierta fuertes turbulencias que cada ciertos años se convierten en tifones devastadores y hoy uno de ellos tiene su raíz en Venezuela.

Abraham Lowenthal es uno de los politólogos que más sabe de esas difíciles aguas, dada su dilatada trayectoria en asuntos relativos a la política en América Latina y los procesos de transición de diversos regímenes, lo que lo ha llevado a convertirse en profesor emérito de la Universidad de Southern California y autor o compilador de 18 libros y centenas de publicaciones, que han influido fuertemente en el diálogo político de la región. Además, fundó y dirigió el Programa Latinoamericano del Woodrow Wilson Center y el Inter-American Dialogue, los que son de los más influyentes think tanks de Washington sobre América Latina.

Su primer gran éxito editorial fue en 1972, con su ya clásico libro La Intervención Dominicana, en la que revisa críticamente la política exterior de Estados Unidos durante la década del 60', en especial la invasión de 1965. Lowenthal enfatiza que las decisiones de Washington fueron determinadas por premisas y analogías falsas, basadas en el caso cubano. En un ensayo publicado en 2015 en El País, Lowenthal hace una evaluación retrospectiva de la intervención de 1965, enfatizando sus costos, tanto para la República Dominicana, como para la izquierda latinoamericana y la relación de la región con Estados Unidos.

Para entender su perspectiva, también es importante conocer su última aventura intelectual, la que -junto a Sergio Bitar- lo llevó a publicar Transiciones democráticas: Enseñanzas de líderes políticos en 2016, en la que recoge las experiencias de diversos líderes, como Frederik de Klerk y Thabo Mbeki de Sudáfrica, Felipe González de España o Patricio Aylwin y Ricardo Lagos, en Chile. Muchas de sus ideas parecen provenir de esta experiencia.

Con esa batería, Lowenthal va a contracorriente de las opiniones canónicas de los intelectuales que observan el proceso venezolano como si fueran hinchas en un partido de fútbol, De tal modo, este profesor -fuerte detractor del régimen que hoy detenta el poder y sostiene a Nicolás Maduro- aboga por una transición negociada, en que ambos bandos se reconozcan y pacten una forma particular de llegar a una elección libre, sin plazos predeterminados, pero en un horizonte cercano. Es decir, renunciando ambas partes a la retórica de la suma cero.

En lo concreto, Lowenthal piensa que si bien es correcto seguir el camino del reconocimiento internacional de Juan Guaidó y la mantención de la presión internacional hacia Maduro para establecer un gobierno interino y realizar elecciones libres, se debe evitar un quiebre evidente entre las fuerzas armadas y el gobierno de Maduro. Esto, porque lo que vive Venezuela es inestable y riesgoso, con muchas posibilidades de error y de deterioro de la ya trágica situación. 

Sin embargo, no se muestra muy optimista respecto de la posibilidad de un diálogo que abra una transición pactada, y en esta entrevista ahonda en por qué.

¿Cuáles son el mejor y el peor escenario esperable para lo que está pasando hoy en Venezuela?

Se puede estar pensando todo el día en cuál es el peor escenario. Hay varios que son malos o pésimos, y unos pueden ser peores que otros. Por eso prefiero partir por el mejor escenario. Y a mi modo de ver, este sería un proceso de transición negociada entre líderes de la oposición política venezolana y de la sociedad civil, por un lado, y representantes del gobierno de Nicolás Maduro por el otro. Esto, bajo la condición de que uno de los objetivos indiscutibles de la negociación sea lograr un acuerdo para establecer nuevas elecciones presidenciales, con apego a las reglas del juego democrático, limpio y transparente, y con la participación de observadores internacionales como nacionales en el proceso. 

¿En qué plazo es razonable un llamado a elecciones que cumpla con esas condiciones y garantías?

Hay quienes creen, especialmente en la Unión Europea, que hay que tener elecciones rápidas para cambiar el sistema. Yo no pondría el énfasis ahí, sino en llegar a un acuerdo que pueda ser conducido y que cuente con participación internacional, proceso que no necesariamente puede ser inmediato. 

Puede ser con un proceso de gobierno interino, pero negociado y con importante participación de la oposición y del gobierno de Maduro. Según entiendo, en caso de no haber presidente, la constitución venezolana obliga a realizar elecciones rápidas. Pero, como es una situación poco usual, imagino que es posible acordar elecciones en un tiempo más extendido para tener un gobierno de transición que comience a resolver varios problemas que deben ser corregidos antes de un cambio de régimen, de modo que sea todo más o menos pacífico, evitando una guerra civil.

"Lo importante en una transición negociada es que no sea alguna entidad extranjera o una instancia unilateral la que decida quién va a ser el presidente del país. Por el contrario, esto debe ser el resultado de negociaciones entre venezolanos".

¿Es posible pensar en un tercer presidente que no necesariamente sea Juan Guaidó ni Nicolás Maduro para liderar este proceso? ¿Puede ser alguna persona del régimen de Chávez que dé garantías a la oposición? 

Sí. Lo importante en una transición negociada es que no sea alguna entidad extranjera o una instancia unilateral la que decida quién va a ser el presidente del país. Por el contrario, esto debe ser el resultado de negociaciones entre venezolanos. ¿Qué me dice mi olfato sobre quién podría ser? La verdad es que no tengo idea. Pero, es casi seguro no debe ser alguien que tenga un puesto en el actual gobierno de Maduro, como tampoco quien actualmente se autoproclamó presidente hace algunos días. Pero, eso depende de las negociaciones precisamente. En esas instancias se puede llegar a acuerdos interinos, más o menos extensos en el tiempo, que protejan los intereses legítimos de algunos de los actores más importantes en el actual gobierno. 

Dado el libro que escribimos Sergio Bitar y yo, en el que estudiamos varias transiciones desde gobiernos autoritarios en nueve países, entrevistando a 13 líderes de América Latina, África, Europa y Asia, pienso en la importancia de llegar a acuerdos basados en concesiones difíciles. Por ejemplo, la oposición en Chile aceptó que Augusto Pinochet quedara como jefe del Ejército y senador vitalicio. 

En Polonia, Solidaridad ganó mucho apoyo popular y hubo negociaciones en la Mesa Redonda, en la que llegaron a un acuerdo para tener unas elecciones con procedimientos complicados, que llevaron a un gobierno de Solidaridad que entonces ofreció al Partido Comunista polaco quedarse con el Ministerio de las Fuerzas Amadas, permitiendo que estas jugaran un relevante papel estabilizador de la transición.

Entonces, cosas así pueden salir en sesiones de negociación. Y no creo que sea recomendable proponer formulas específicas enfocadas en resultados de negociación, sino, subrayar que es el tipo de proceso el que hace más viable resolver el problema para el futuro. Así, es contraproducente que en un momento dado algún grupo de actores nacionales o un grupo de actores internacionales definan "así va a ser Venezuela". Esto, porque no tiene legitimidad ni fuerza política, me parece. 

"La lógica indica que dentro del gobierno, las fuerzas armadas y el chavismo debe haber ya bastantes quienes entienden que su proyecto no está funcionando".

¿Ve algún ánimo en el régimen de Maduro de sentarse a negociar o solamente están comprando tiempo?

Es muy difícil saberlo desde aquí, en California. Y quizás tampoco sea fácil saberlo allá. Pero la lógica indica que dentro del gobierno, en las fuerzas armadas y en el chavismo debe haber ya bastantes quienes entienden que su proyecto no está funcionando y que no tiene un futuro auspicioso. Todas las condiciones están empeorando y su posición para protegerse ellos y sus valores e ideales, por lo que deben estar entendiendo que una negociación va a ser mejor ahora que después. 

Seguramente hay en las fuerzas armadas una fuerte resistencia a ponerse en la situación de matar mucha gente, tratando de proteger al gobierno del pueblo movilizado en la calle. Esto se ha podido manejar durante estos años, con costos de varias vidas, pero, si la movilización del pueblo crece sustantivamente entonces las condiciones para manejarlo sin mucha violencia son mucho más difíciles. Y para cualquier fuerza armada eso es algo que se quiere evitar, porque daña a la larga a la propia institución al poner al ejército contra el pueblo. 

Y la verdad es que según la información disponible ya no hay mucho apoyo popular para el gobierno de Maduro. Aunque, tampoco hay mucho apoyo para cualquiera de los partidos de oposición. Pero sí que hay apoyo para salir de esta situación. 

Están en un callejón sin salida, entonces es mejor buscar la manera de salir de manera pactada, siempre que se abra un proceso más sutil en el que se resguarden sus propias vidas, y que no hay un proceso de revancha.

En suma, lo mejor sería armar un proceso con el objetivo establecido por ambos lados de buscar un cambio de salida de la situación actual. Creo que la presión internacional, dirigida a este fin, podría ser lo adecuado. Pero no es la más probable de las salidas, sino, la mejor de las salidas.

¿Vladimir Padrino, el ministro militar más influyente del régimen, es alguien quien podría eventualmente liderar el proceso por el lado del chavismo? 

Posiblemente es así. Padrino es alguien que ha tenido una carrera militar muy destacada, antes y durante el chavismo, y ha tenido mucha influencia en las fuerzas armadas. Se ha portado muy leal al chavismo durante muchos años. Entonces, debe tener prestigio dentro del sector chavista, y también mucho apoyo profesional al interior de las fuerzas armadas. Pero, no podría decirlo a ciencia cierta, pues es muy difícil contemplar eso desde esta distancia. 

¿Y Juan Guaidó por el lado de la oposición?

La verdad es que sé muy poco de él. Llegó a mi conocimiento hace pocos días, y creo que es la situación general entre quienes en el exterior seguimos la política en Venezuela. Es alguien que no tenía tanto perfil internacional. Entonces ¿cómo es que él llegó a esta situación? No sé qué papel jugaron los actores internacionales. Obviamente hubo un proceso de consulta con los gobiernos del Grupo de Lima, el gobierno de Estados Unidos, el de Canadá. Eso se estima en base a la rapidez con que varios países reaccionaron a la proclamación del presidente encargado. 

Y aunque no se lo suficiente de él, sí he visto sus pronunciamientos públicos, y tiene su nivel de fuerza, su temperamento y una forma de presentarse que es interesante. Viene una nueva cara, y en su primera semana le ha ido bastante bien, dado su reconocimiento tanto nacional como internacional, y eso obviamente lo hace un actor importante. 

Sin embargo, uno de los problemas de Venezuela ha sido que la gente de los distintos grupos de oposición han estado luchando entre sí y no han tenido mucho éxito en unificarse. 

Y bueno ¿cuáles son los peores escenarios? ¿hay posibilidades de guerra civil, una dictadura más dura o una intervención militar de EE.UU? 

"Hay tensiones internas que pueden llevar a un contexto para una intervención internacional, pero yo creo que eso aumenta los riesgos de que una situación malísima empeore aún más".

Existen varios escenarios pésimos. No sé cuál es el peor. Pero, yo creo que, en general, eso son procesos más violentos, con muchas muertes y caos, y es peor si involucra una participación militar internacional que no termina con la cosa en 24 horas, sino, que contribuye a un proceso largo de lucha y con más represión. 

Hay tensiones internas que pueden llevar a un contexto para una intervención internacional, pero yo creo que eso aumenta los riesgos de que una situación malísima empeore aún más, tanto en términos económicos como en términos de seguridad y de legitimidad.

¿Qué le dice su olfato? ¿qué es más probable, un buen escenario o uno malo? 

Los riesgos de que la situación empeore son bastante altos. En parte por eso es que pienso que un proceso de transición negociada, en que los intereses de las fuerzas armadas como institución sean protegidas, hace menos riesgoso todo para los venezolanos, que un proceso de intentar derrocar al gobierno de Maduro por la movilización popular o por la sublevación de algunos militares que no tienen el control de las fuerzas armadas o la invasión internacional. 

"Ha habido en la oposición un decir que el gobierno no quiere negociar sino ganar tiempo. Y no puedo contradecir esto, pero, sí puedo decir que tampoco la oposición ha buscado realmente una negociación seria"

Una de las dificultades es que ni el gobierno de Maduro ni la oposición política han mostrado mucha capacidad de abrir un proceso de negociación. Hasta ahora los llamados al diálogo, no han sido negociaciones. Han sido solamente una oportunidad para cada lado de mostrar y declarar su posición.

Yo no soy de ninguna manera simpatizante de Maduro, pero ha habido en la oposición un decir que el gobierno no quiere negociar sino ganar tiempo. Y no puedo contradecir esto, pero, sí puedo decir que tampoco la oposición ha buscado realmente una negociación seria. La primera vez que comenzó a hablarse del diálogo, la oposición insistió en que se televisara, lo que hace completamente obvio que no buscaban negociar. Eso indica que no entendían lo que es una negociación, pues esta debe ser privada y secreta, buscando espacios para establecer confianzas e intercambiar ideas.

Esto requiere de una madurez y habilidades políticas por parte de la alta jerarquía militar, la oposición democrática y la comunidad internacional. Pero, ninguna de esas condiciones deseables están aseguradas, pero deben perseguirse todo lo posible. 

Las transiciones que tienen éxito cuentan con líderes con mucho talento político. Aylwin en Chile, De Klerk y Nelson Mandela en Sudáfrica, Felipe González en España. Todas gentes que entendían cómo hacer política. 

"No tengo mucha confianza respecto de la capacidad de un manejo diplomático sutil y profesional por parte de Donald Trump"

¿Cómo juega Estados Unidos en este escenario?

En los casos mencionados siempre el sector internacional jugó un papel importante y generalmente positivo. Y ahora, hay un papel activo de los gobiernos estadounidense, brasileño y los del Grupo de Lima, con la excepción de México. Pero, no tengo mucha confianza respecto de la capacidad de un manejo diplomático sutil y profesional por parte de Donald Trump, tal vez el menos capacitado para manejar la situación sutil y pacientemente, en comparación con cualquier otro gobierno de Estados Unidos que haya visto en mi vida. 

Entonces, eso me tiene preocupado. Puede que en el gobierno de Trump sepan como aumentar la presión y lo están mostrando, saben hacerlo. Pero, al final tienen que buscar que esta presión pueda expresarse en una salida positiva. Hay diplomáticos estadounidenses que han mostrado esta capacidad, pero muchos ya salieron del gobierno, pues el Departamento de Estado ha sido debilitado increíblemente por Trump. 



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