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Martes, 16 de Abril de 2024
Análisis informativo

Más allá de Tik Tok: El papel de la industria tecnológica en este siglo

Andrés Almeida

Este artículo fue publicado el domingo pasado en el newsletter La Semana, de INTERFERENCIA, el cual llega a nuestra comunidad de suscriptores y lectores registrados.

Admision UDEC

De acuerdo a una encuesta de la agencia Jelly, Tik Tok tiene en Chile 3 millones de usuarios, de los cuales 31% la usa entre 40 y 50 minutos al día en promedio.

Luego de experimentar un boom de descargas durante la pandemia, el uso en el país de esta plataforma china para compartir videos personales no se circunscribe solamente a adolescentes buscando entretener y agradar a sus pares, sino que es ya algo más generalizado, empatando cifras de penetración de otras grandes plataformas como Instagram, Facebook, Youtube o Twitter.

Y se trata de un fenómeno global, pues -según el retailer de e-commerce Oberlo- Tik Tok cuenta ya con 800 millones de usuarios a nivel mundial, de los cuales 90% la ocupa diariamente, siendo vistos un millón de videos al día. Entre los usuarios de habla española, el promedio de uso diario es de 43 minutos, siendo visitada siete veces al día.   

¿Qué es lo que hace tan atractiva -o incluso adictiva- a Tik Tok?

Un algoritmo, que a esta altura es un secreto industrial, que permite predecir los gustos e inclinaciones de las personas a la hora de buscar contenido que les genere entretención y placer, interconectando personas conforme esas inclinaciones. 

Esto implica una capacidad enorme y creciente de producción y análisis de datos digitales, que hacen que hoy Tik Tok esté valuada en 60.000 millones de dólares. 

Así las cosas, no parece raro que Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, haya puesto en la mira a la plataforma en la guerra comercial que ha emprendido contra China desde el inicio de su mandato y que ha recrudecido ahora que está en campaña de reelección. 

Lo que dice Trump es que Tik Tok -así como antes Huawei y mañana WeChat- pone en riesgo la seguridad de Estados Unidos, pues los datos que aportan los estadounidenses a la plataforma se manejan y van a parar a los servidores chinos, desde donde nada impide que el gobierno chino los espíe. 

De tal modo, Trump -mediante una amenaza de prohibición de funcionamiento- ha forzado a ByteDance, la compañía china dueña de Tik Tok, a un acuerdo que implica crear Tik Tok Global. Esta nueva empresa operaría desde Texas, teniendo por socios a Oracle -que provería los servicios de cloud- y Walmart, empresas que formarían un consorcio para comprar el 20% de esta nueva compañía. En el gobierno corporativo estarían sentados cuatro estadounidenses y un chino, representante de ByteDance, que se quedaría con el 80% de la propiedad.

Si bien esto está a la espera de la ratificación del gobierno chino -lo cual es improbable que suceda, pues China está preparada para defender Tik Tok a cualquier costo, según reporta el períodico chino Global Times- pareciera que de todos modos sienta las bases del control que Estados Unidos busca de empresas intensivas en datos, invocando los principios de seguridad nacional y de privacidad de las personas. 

Sin embargo, esa lógica de regulación es pura apariencia. Al menos así lo plantea Graham Webster, de MIT Technology Review, quien afirma: Las prohibiciones de las apps no van a hacer desaparecer los riesgos de seguridad de Estados Unidos.

Conforme el artículo, el problema es que el sistema actual de producción y tráfico de datos -dentro y fuera de Estados Unidos, con o sin prohibición de Tik Tok- hace que sea muy fácil espiar a las personas... y no solo para el gobierno chino.

En otras palabras, es necesario regular ya ese inmenso mercado, a través de legislación que se comprometa con el resguardo de la privacidad de los datos e impida a las grandes plataformas hacer y deshacer en una especie de Far West digital.

Esto, por mucho que la industria muestre algunas señales de que es capaz de auto regularse, como está haciendo Twitter, Youtube o Pinterest, si seguimos estos artículos aparecidos esta semana: Twitter está examinando por qué en sus imágenes previas se favorecen rostros blancos por sobre los negros (The Verge); La trama de YouTube para silenciar las teorías de la conspiración (Wired); y Cómo Pinterest derrotó la desinformación sobre las vacunas y qué podría aprender Facebook de ese enfoque (Stat).

Volviendo a Tik Tok y al artículo de Webster, el autor sugiere que las políticas de Trump contra la plataforma china están más bien motivadas en un contexto electoral, en que tiene réditos mostrarse como un gobierno capaz de desafiar a los chinos, apuntando al corazón de la disputa; lo que algunos han llamado la Guerra Fría Tecnológica, en la cual China y Estados Unidos compiten por una supremacía futura.

Al respecto, Axios escribió este artículo: Escala la guerra tecnológica entre China y Estados Unidos, en el cual aporta un dato no tan conocido, pero relevante, que muestra que los chinos muestran los dientes. Se trata del bloqueo que pretenden hacer las autoridades chinas de la compra de ARM, un proveedor de sofisticados chips, por parte de Nvidia, una importante empresa estadounidense de hardware de alta gama, a Softbank, un banco japonés. 

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