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Sábado, 20 de Abril de 2024
Muerte de un abusador

Matte, Said y otros mecenas del 'Santito' Karadima

Camila Higuera
Marcos Sepúlveda

Fernando Karadima tenía entre sus seguidores más fieles a miembros de la elite empresarial del país. Si bien el ex sacerdote no provenía de ese círculo, logró penetrarlo de tal modo que ésta terminó financiándolo y encubriéndolo durante su apogeo y caída.

Admision UDEC

El sacerdote Fernando Karadima -quien acaba de morir a los 90 años- fue un cura poderoso, pese a que no ostentaba altos cargos en la curia chilena. La Parroquia de El Bosque, en Las Condes, donde llegó en 1985, en plena dictadura, le bastó para influir en los designios de los obispos chilenos, y para convertirse en el líder espiritual católico de una oligarquía conservadora que lo reverenció incluso hasta cuando era evidente de que se trataba de un abusador sexual.

Fue -entonces- desde la Parroquia de El Bosque en Providencia, donde cimentó estrechos lazos con distintas familias de la oligarquía.

 Entre las familias más poderosas que conformaron la red de Karadima, se encuentra la familia Matte y en particular sus cabecillas, Eliodoro Matte Larraín y su esposa Pilar Capdevila. Se trata de miembros de un conglomerado familiar que posee una fortuna superior a los 2.500 millones de dólares y -en el caso de Eliodoro Matte- de im hombre que llegó a ser presidente de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), del Centros de Estudios Públicos (CEP) y Forestal O'Higgins. 

En 2010, tras la aparición de Juan Carlos Cruz, Juan Andrés Murillo y James Hamilton en Informe Especial de Televisión Nacional, la esposa de Eliodoro Matte declaró a Canal 13 que “Jimmys Hamilton es un gran actor, debería irse a Hollywood”.

Eliodo Matte y Pilar Capdevila, fieles asistentes a las misas oficiadas por Karadima, se convirtieron en benefactores de la parroquia, y satisficieron todos los lujos del “santito”, como le decían sus más cercanos, llegando a comprarle un Volkswagen Gold cada dos años, según indica Ciper en su libro Los secretos del Imperio de Karadima. El sacerdote recibía cheques de 200 mil pesos como donación para gastos personales de parte de Pilar Capdevila y también era invitado constantemente a la casa de los Matte Capdevila en La Dehesa. 

En 2010, tras la aparición de Juan Carlos Cruz, Juan Andrés Murillo y James Hamilton en Informe Especial de Televisión Nacional, Capdevila declaró a Canal 13 que “Jimmys Hamilton es un gran actor, debería irse a Hollywood”, motrando así su férrea alianza con Fernando Karadima.

En marzo de 2011, el entonces Fiscal Nacional, Sabas Chahuan, que llevaba adelante la investigación en contra de Fernando Karadima, declaró a Cooperativa haber sido visitado por Eliodoro Matte, quien financiaba parte de la defensa del ex sacerdote. Con un café de por medio, el empresario le indicó estar preocupado por la situación y le solicitó a Chahuan celeridad en la investigación, puesto que él y su esposa, Pilar Capdevila, eran amigos del sacerdote. Semanas después de estas palabras, Matte reconoció el error de haber interferido en la investigación del Ministerio Público. 

Hoy por hoy, el más conocido del clan Matte está retirándose de a poco de la cabecera del conglomerado familiar. En 2015, tras el escándalo de corrupción por colusión del papel higiénico, Matte dejó la presidencia del CEP y en 2016 dejó su rol como presidente de la CMPC tras 40 años en el cargo. Por ahora, solo se mantiene como presidente de la Forestal O´Higgins, lugar que dejará prontamente por un protocolo familiar que establece los 75 años como límite para mantenerse en los directorios de sus empresas.

Otra figura que salío a defender al ex párroco de El Bosque fue el fallecido abogado de origen palestino, José Said, quien en ese minuto era controlador de Parque Arauco, Embotelladora Andina e Isapre Cruz Blanca. Al igual que Matte, señaló a los medios de comunicación que consideraba “inconcebible que se desprestigie a un sacerdote que ha hecho tanto por la Iglesia, sin haber terminado las investigaciones y sin un juicio justo”. 

Un rol clave tuvo también el empresario Guillermo Tagle, presidente de Credicorp, miembro de una familia de tradición católica y activo participante de la Parroquia del Bosque. Tagle tuvo a Karadima como guía espiritual durante décadas e incluso participó de algunos de sus viajes a Europa. El empresario además fue el encargado de manejar los dineros de la Pía Unión, organización eclesiástica que poseía propiedades como la propia Parroquia de El Bosque. Tagle entregaba donativos al obispo auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga, dinero que utilizó para intentar acallar a víctimas y testigos de los abusos perpetrados por Karadima. 

A rezar a El Mercurio

El destape del caso Karadima significó un remezón no solo para las familias de la oligarquía, sino que también implicó el derrumbe del imperio de la Iglesia Católica en el país. El desprestigio por complicidad de las autoridades religiosas -como los arzobispos Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati- con el silencio del general de institución eclesiástica, profundizó una crisis de la cual el clero no pudo recuperarse. 

Sin embargo, cuando los miembros red de protección de Karadima comenzaron a sentirse incómodos, acudieron al diario de la élite que les ha servido para tantas otras batallas; El Mercurio. De tal modo, el diario de Agustín Edwards publicó varias cartas al director, crónicas y reportajes intentando desacreditar los testimonios de Murillo, Cruz y Hamilton, cuando destaparon el caso en 2010. 

Después de revelar en televisión los abusos de Karadima, la elite se dio cita en El Mercurio para una defensa cerrada del sacerdote, en una intentona de desprestigiar a sus acusadores.

Personalidades como el senador Iván Moreira; el actual ministro de vivienda Felipe Ward; la diputada Ximena Ossandón; el ex diputado Alejandro Garcia Huidobro; el ex ministro de economía José Ramón Valente, entre otros, salieron a la defensa del sacerdote y pidieron que se respetara el principio de inocencia. 

En materia judicial, Karadima recibió la ayuda de Juan Pablo Bulnes y Luis Ortiz Quiroga, financiados mediante donaciones, incluyendo la de Eliodoro Matte.

Bulnes y Karadima se conocieron en 1970 cuando el párroco del Bosque ocultó al hermano de Bulnes, Juan Luis, quien estaba implicado en el atentado contra el general del ejército, René Schneider.

En tanto, Ortiz Quiroga es un conocido penalista, que fue representante de Paul Schäfer, de Colonia Dignidad y del ex sacerdote Juan Andres Aguirre, más conocido como Cura Tato, condenado en 2003 por abuso sexual de menores. Actualmente, Ortiz Quiroga tiene la firma de abogados Ortiz & Compañía.

El “Santito” también tenía amistades en el Ejército. Uno de ellos era Eduardo Aldunate, general de Ejército y comandante de las tropas chilenas en Haití, quien conoció a Karadima en la Escuela Militar y que fue casado por el párroco. En 2010, Aldunate declaró a los medios que nunca vio ninguna actitud rara de parte de este y señaló a La Segunda que era “un sacerdote tremendamente dedicado a su vocación”.

En febrero de 2011, la Congregación para la Doctrina de la Fé del Vaticano condenó al sacerdote a una vida de oración y penitencia por encontrarlo responsable de abuso sexual de una cantidad indeterminada de menores de edad, perdiendo así la poca credibilidad que le quedaba entre los más fieles.

La duda que persiste es si -once años después de las revelaciones de Cruz, Murillo y Hamilton- estos eslaones de la red de Karadima acudirán a su funeral.



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Comentarios

Comentarios

Que mal que haya muerto sin enfrentar la justicia de humana, quizás ahora enfrente a la justicia divina,

Es lo que ha ocurrido hasta ahora en nuestro país. En los últimos 15 años no solo zafó de rendir cuentas ante la justicia chilena Augusto Pinochet, sino muchos otros seres indignos como Contreras y otros que se fueron al otro mundo callando y protegiendo a sus "coleguitas" . Cuidado! aún quedan muchos de estos indignos en Punta Peuco y como burla al pueblo, recibiendo pensiones sobre los 2 millones de pesos, ellos dicen que "no recuerdan nada" y sin embargo quieren salir y, yo digo; ¿A qué, si ellos dicen "no recordar nada, de nada? Lo más grave es que estos asesinos vejetes aún recuerdan y saben donde están, los y las que ya no están y qué hicieron ellos, los que tuvieron y aún tienen el poder, para que ya no estén con nosotros.

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