Primero fue la ciudad de Cochabamba. Efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) subieron al techo del cuartel policial y, cargando un gran lienzo con los colores de la bandera boliviana, declararon un amotinamiento motivado por las denuncias de elecciones fraudulentas para las pasadas presidenciales del 20 de octubre. Luego se sumaría Sucre, la capital constitucional de Bolivia, y Santa Cruz, una de las ciudades más ricas y cargadas a la oposición del país. Esto luego de 20 días de protestas en todo Bolivia.
“El gobierno […] de Bolivia denuncia ante la Comunidad Internacional que algunos dirigentes de los movimientos cívicos bajo el líder Luis Fernando Camacho, a la cabeza de Carlos Mesa, impulsan un plan de Golpe de Estado con la toma del Palacio de Gobierno”, reza el comunicado oficial emitido por el Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia. }
El presidente Evo Morales utilizó su cuenta personal de Twitter para replicar la acusación: “nuestra democracia está en riesgo por el Golpe de Estado que han puesto en marcha grupos violentos”.
Probablemente Morales apunta con sus palabras a quienes venían mencionados en el comunicado oficial de su gobierno, Luis Fernando Camacho y Carlos Mesa. El primero, uno de los principales líderes regionales representantes de la oposición, hizo un llamado el sábado pasado a militares y policías para que adhirieran a la oposición, y su petición de renuncia para el presidente. El segundo, ex presidente de la República y candidato opositor, denunció por fraude al recién reelecto mandatario, gatillando multitudinarias protestas en el país que ya suman tres muertos y casi 300 heridos.
Como vía para desmentir las acusaciones de fraude, el gobierno aceptó auditar los comicios a través de la Organización de Estados Americanos (OEA), extendiendo la invitación a investigar a Paraguay, México, España y las Naciones Unidas. La medida no satisfizo a la oposición, la cual continúan exigiendo la dimisión de Evo Morales y la realización de una nueva elección que no cuente con él como candidato.
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