El presidente Sebastián Piñera volvió a concederle una entrevista a un medio de comunicación nacional; este domingo, escogió al diario La Tercera para abordar distintos puntos que ya había tratado en otros lugares.

Además de anunciar reformas a la salud, pensiones y una "hoja de ruta" para trazar el futuro de los próximos años, no se arrepintió de haber usado el término “guerra” durante sus primeras declaraciones. De hecho, profundizó en esa idea del "enemigo poderoso". "Una democracia tiene el derecho y la obligación de defenderse de enemigos tan implacables y poderosos como los que han causado el tremendo daño que Chile ha sufrido en las últimas semanas y lo tiene que hacer dentro del marco de la Constitución y del estado de derecho", señaló. Nuevamente, no entregó detalles ni característica sobre este supuesto "enemigo implacable"; ni cuántos son, qué tipo de organización es o cuáles intereses representan.

Sumado a eso, Piñera aprovechó de comentar la situación del país antes del estallido social ocurrido a partir del 18 de octubre de este año. "Si usted analiza el año 2018 e incluso el 2019, hasta el 19 de octubre, Chile venía avanzando. Estábamos creciendo con fuerza, creando empleos, mejorando los salarios", dijo, sin recibir una contra-pregunta en este punto.

Estas afirmaciones distan de ser completamente veraces, al menos en las cifras oficiales que entregaron durante 2018 y 2019 organismos como el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Banco Central. INTERFERENCIA revisó estos datos para contrastarlos con las palabras del presidente.

"Creciendo con fuerza"

El Banco Central publica cuatro veces al año su Informe de Política Monetaria (IPoM), en donde se entregan perspectivas sobre el crecimiento económico que tendrá Chile en los próximos ocho trimestres. En simple, es una manera de tomarle la temperatura a la economía nacional y ver cuál será el aumento del Producto Interno Bruto (PIB).

En 2018, el gobierno de Piñera recibió un IPoM que proyectó un crecimiento económico entre 3 y 4%. Luego, en junio, el Banco Central habló de mayor dinamismo en las inversiones, por lo que la perspectiva de incremento para 2018 aumentó entre 3,25 y 4%. A continuación, en septiembre, la perspectiva estuvo entre 4 y 4,5%, lo que nuevamente era una buena noticia en términos de crecimiento para el año pasado, pero ya en diciembre, el pronóstico fue de 4%; la cifra que cerró la economía chilena de 2018.

En ese último informe de 2018, el Banco Central proyectó que en 2019 la economía crecería entre un 3,25 y 4,25%, por lo que el clima era bueno y, por lo mismo, el gobierno se mostraba confiado, manteniendo la tramitación de su reforma tributaria, que fue anunciada como una "modernización tributaria" por el presidente Sebastián Piñera en agosto de 2018, durante una cadena nacional, y que encabezó el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, hasta su salida el 28 de octubre de este año, luego del estallido social.

A pesar del buen pronóstico, las expectativas económicas comenzaron a disminuir en 2019. Si bien el IPoM de marzo pasado proyectó un crecimiento entre el 3 y 4% del PIB, el informe que vino a continuación –de junio– bajó las expectativas, proyectando un crecimiento entre el 2,75 y 3,5%, y luego, en septiembre, el Banco Central proyectó un crecimiento entre el 2,25 y 2,75%; todo esto en el contexto de guerra comercial entre Estados Unidos y China, que fue la principal razón usada por las autoridades gubernamentales cuando aparecieron estas cifras a la baja.

De esta manera, el principal pronóstico de expectativas del país, contradice las palabras del presidente Piñera sobre este supuesto "crecimiento con fuerza" antes del estallido social. Ya ahora, desatada la crisis social y política en Chile, el Banco Central indicó que el crecimiento de este 2019 estaría en torno al 1%.

"Creando empleos"

El Instituto Nacional de Estadísticas publica la Encuesta Nacional de Empleo, que mide la tasa de desocupación nacional, que es la cifra que todos los medios de comunicación utilizan para hablar de desempleo. 

Dos publicaciones de 2017, correspondientes a los trimestres móviles de agosto-octubre y noviembre 2017-enero 2018, marcaron una tasa de desocupación nacional de 6,7 y 6,5%, respectivamente. Así estaba la situación del empleo a nivel macro para el fin del segundo gobierno de Michelle Bachelet.

El trimestre que midió el segundo periodo de Piñera fue el de febrero-abril 2018, que presentó un aumento en la desocupación con respecto al trimestre anterior de 0,2 puntos porcentuales, marcando un 6,7%. En el siguiente periodo, el de mayo-julio 2018, la tasa subió a 7,3%.

Durante el periodo siguiente se produjo una baja. Así, entre agosto-octubre 2018 la tasa fue de 7,1%, y en la última medición de ese año, entre noviembre 2018-enero 2019, la cifra de desocupados alcanzó 6,8%. Después vinieron dos alzas seguidas si se compara la situación entre cada trimestre móvil. El periodo febrero-abril 2019 marcó 6,9% de desempleados, y el de mayo-julio de 2019 marcó 7,2%. 

Es cierto que para la última medición de la Encuesta Nacional del Empleo, de agosto-octubre 2019, esta cifra descendió a 7,0%; sin embargo, bajo ningún punto de vista el presidente podría hablar que una tendencia durante su gobierno ha sido la creación de empleos.