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Martes, 16 de Abril de 2024
Adiós a Macri

Piñera alista viaje para cambio de mando en Argentina en medio de un ambiente ‘hostil’

Víctor Herrero A.

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Créditos: Aton Chile
Créditos: Aton Chile

El Presidente viajaría mañana a la asunción de Alberto Fernández, siendo -sin explicitarse- una persona non grata en ese país.
 

Admision UDEC

Más que asistir a la asunción de Alberto Fernández, la planificada presencia del Presidente Sebastián Piñera mañana en Buenos Aires se debería a un gesto hacia su amigo Mauricio Macri, el empresario y mandatario de centro derecha que ha sido el primero en la historia de Argentina en terminar su mandato constitucional desde la irrupción del peronismo a mediados de los años 40. 

Hace sólo un año, en diciembre de 2018, Piñera se deshacía en elogios para el gobierno de su amigo transandino durante la APEC realizada en Buenos Aires. “Felicito al presidente Mauricio Macri por muchas cosas: logró liderar una cumbre con mucho éxito y, además, porque ayer nos mostró una Argentina maravillosa”. Lo que se le olvidó mencionar en esa ocasión era que las cifras macro y micro-económicas de ese país maravilloso mostraban un país al borde del abismo.

Un año después, la situación ha dado un giro de 180 grados. 

El gobierno de Chile anunció hace algunos días que Piñera va a asistir al cambio de mando, pero dejando la ventana trasera abierta a un cambio de última hora. Según consignó el diario La Tercera, “de concretarse el viaje –porque, según advierten en el Ejecutivo, al final Piñera podría decidir permanecer en Chile si la situación del país así lo requiere– sería la primera salida del Mandatario al extranjero desde que comenzara el estallido social el pasado 18 de octubre”.


¿Funas a Piñera?

La prensa transandina ha seguido de cerca el estallido social chileno. Ello ha llevado a los cientos de miles de chilenos que residen en ese país a realizar actos de protesta.

Pero no sólo eso. Hace dos días, el legislador porteño Gabriel Solano, del Frente de Izquierda, hizo un llamado por Twitter: “Piñera viene a la jura de Alberto Fernández. No queremos al asesino del pueblo chileno en la Argentina. #PineraDictador”. 

Así, se está formando un ambiente para funar a Piñera en Argentina, lo que podría significar un nuevo bochorno internacional para el mandatario chileno.

Sin embargo, varios periodistas argentinos -entre ellos varios de izquierda- aseguran que el ambiente en ese país no es anti-Piñera, más que nada porque la población está concentrada en esta nueva etapa peronista. “Puede haber funas, pero serán cosas menores, de chilenos radicados acá, de los argentinos más de izquierda”, afirma uno de ellos.

Tres llamadas

Sebastián Piñera y el recién electo Presidente de Argentina han hablado al menos tres veces por teléfono en las últimas siete semanas.

La primera vez fue el lunes 28 de octubre, al día siguiente de que la dupla peronista de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner ganaran en primera vuelta los comicios presidenciales, derrotando al mandatario Mauricio Macri.

Fue un llamado protocolar, aunque la fórmula peronista había usado en la recta final de la campaña el estallido chileno, sucedido 10 días antes, a su favor.

El jueves 24 de octubre, tres días antes de las presidenciales, Cristina Fernández usó las masivas protestas chilenas para enviar un mensaje a los argentinos. “¿Cuántos escucharon sobre Chile como el modelo económico, político y social a seguir?”, dijo durante un acto de campaña. “El modelo ideal de sociedad que nos quieren vender, donde se quiebran los lazos de solidaridad, termina como Chile -afirmó durante el acto-. Los que han destrozado todo no cayeron de un plato volador, aunque algunos hablen de alienígenas”, afirmó, en referencia a los dichos de Cecilia Morel, esposa de Piñera.

El segundo llamado se produjo a inicios de noviembre. En este Piñera le habría dicho a Alberto Fernández que la reunión del Grupo de Puebla en Chile (grupo que reúne a líderes progresistas de la región que ya han celebrado dos reuniones continentales, una en Puebla, México, y otra en Buenos Aires), prevista para mediados de diciembre, contaba con todo su respaldo. 

Sin embargo, hace una semana este grupo decidió cancelar el evento en nuestro país por una serie de razones. Entre estas que el Hotel Continental de Vitacura canceló las reservas de los invitados ante el temor de protestas de derecha y que Lula da Silva, José Luis Rodríguez Zapatero y el juez Baltasar Garzón, todos miembros del Grupo de Puebla, no estaban seguros de poder asistir. El propio presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, tampoco estaba confirmado aún.

La tercera vez que Piñera y Fernández hablaron fue a mediados de la semana pasada y fue principalmente para coordinar la visita del mandatario chileno al cambio de mando en Argentina. Piñera habría realizado un último intento por convencer a su par argentino de realizar el encuentro del Grupo de Puebla en Chile. Probablemente, ello se debía a que el Presidente está ávido por mostrar cierta normalidad en las relaciones internacionales, después de la cancelación de la APEC, la COP 25 y la final de la Copa Libertadores.

Según supo nuestro medio, Fernández y los miembros del Grupo de Puebla decidieron desistir de momento de su encuentro en Chile. “Las condiciones no están dadas, hemos recibido por redes sociales miles de amenazas”, dice uno de ellos.

Lo que sí, el nuevo gobierno argentino extendió la invitación para que Piñera asista al cambio de mando mañana martes 10 de diciembre, un acto al que no asistirán varios mandatarios de América Latina, en especial los de derecha como Iván Duque de Colombia y Jair Bolsonaro de Brasil.

Según personeros trasandinos, la agenda de Alberto Fernández de este martes está repleta y no contemplaría una reunión bilateral -aunque sea breve- con su par chileno. Eso sí, si Piñera decidiera quedarse un día más, hasta el miércoles, Fernández probablemente lo recibiría para una reunión entre ambas partes.

El nuevo Presidente de Argentina ya ha dado muestras claras acerca de su “corazón” internacional. Así invitó a Lula da Silva y Dilma Rousseff a su asunción, mientras denunció los hechos sucedidos en Bolivia como un Golpe de Estado en contra de Evo Morales.

Así las cosas, de no encontrar una excusa local, Piñera asistirá a un cambio de mando donde -claramente- pertenecerá a un grupo de parias.



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