Nada más asumir como presidente del directorio de la Empresa de Ferrocarriles del Estado en mayo de 2018, Pedro Pablo Errázuriz, ingeniero civil de la Universidad Católica y ex ministro de Transportes durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, declaró a la prensa que se trataba de un trabajo a medio tiempo y que, en la jornada restante, se dedicaría a sus actividades privadas en el mundo de los negocios.

Y es precisamente eso lo que ha hecho este militante de Evópoli, que hoy es un actor clave en la promesa presidencial de reconstruir un tren entre Santiago y Valparaíso.

Según documentación obtenida por INTERFERENCIA, Errázuriz se mueve como pez en las aguas públicas y privadas, incluso presentándose como actor privado ante autoridades del Ministerio de Obras Públicas, con quienes luego trata como presidente de la ferroviaria estatal.

Al antecedente publicado hace una semana por nuestro medio, que dio a conocer que Errázuriz es miembro del directorio de Nuevo Pudahuel, aeropuerto que se beneficiaría eventualmente con la construcción de uno de los dos proyectos de tren entre Santiago y la región de Valparaíso, se suma otro que podría complicar aún más las cosas.

Se trata de su puesto como presidente de Everis Chile, firma controlada por la multinacional NTT Data Company, que cotiza en la bolsa Nasdaq en Nueva York y que se dedica a proveer servicios tecnológicos en todo el mundo. En nuestro país participa en proyectos incentivados por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT), cartera en la que el subsecretario José Luis Domínguez es un tío suyo, por el lado materno, y donde la ministra Gloria Hutt es una ex socia de Errázuriz en una firma consultora.

El piloto de Villarrica

Pedro Pablo Errázuriz asumió como presidente de Everis Chile el 1 de abril de 2016, tal como lo señala su declaración de intereses. Unos meses después, el 14 de noviembre de ese año, en pleno gobierno de Michelle Bachelet, la subsecretaría de Transportes aprobó un contrato con esa empresa que se había adjudicado una licitación para levantar “Ecosistemas Smart City Regionales”.

Fueron $97 millones de pesos los que se pagaron por ese estudio que, según el sitio web de la Secretaría de Planificación de Transporte (Sectra), buscó “establecer en cada región un diagnóstico de la situación base para el desarrollo de los proyectos Smart City, incluyendo un catastro de los instrumentos, la institucionalidad y el mapa de actores. El estudio contempla además la activación del ecosistema en cada región”.

Todo este conocimiento derivó en un plan piloto que comenzó el 27 de abril de 2018, durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera. Ese día, según un video promocional del MTT, la aplicación Moverick, propiedad de Everis, y enmarcada en el Programa de Apoyo a la Incorporación de Tecnologías en el Transporte Regional, dio el inicio a un plan piloto de funcionamiento en las comunas de Temuco y Villarrica. El objetivo de la aplicación era “la digitalización del servicio de transporte”.

En pocas palabras, entregaba la posibilidad de pagar los microbuses de líneas determinadas a través del smartphone, además de ofrecer información de paraderos y otros datos de utilidad para los clientes.

Unos meses después, el 24 de agosto de 2018, el diario Publimetro informó sobre Moverick titulando que “Transantiago podría pagarse con el celular, como ya se hace en Villarrica”. En la nota, que fue republicada en el sitio web de Everis Chile, el seremi de Transportes de la IX Región, Luis Calderón, señalaba que la experiencia había sido “todo un éxito”.

A renglón seguido, se planteaba la duda de si es que el transporte capitalino podría contar con este mecanismo. Y la respuesta fue que sí. Quien contestó fue José Luis Domínguez, subsecretario de Transportes.

“La próxima licitación que se realizará sobre el Transantiago considera también la modernización de los llamados servicios complementarios, lo que nos permitirá aplicar, por ejemplo, el sistema de pago a través de teléfonos. Lo mismo con las pantallas informativas, que dependiendo de los flujos y la demanda de transporte, serán instaladas en donde sea útil y necesario”, señaló la autoridad.

Lo que no se informó ni en Publimetro ni en el sitio web de Everis Chile, es que quien aparecía dando una declaración en favor de estos sistemas para pagar el Transantiago a través de smartphones, tiene un vínculo de parentesco directo con el presidente de Everis en Chile.

José Luis Domínguez Covarrubias, subsecretario de Transportes, definido por el Diario Financiero como el hombre que "enfrentará el desafío del Transantiago", es tío de Pedro Pablo Errázuriz Domínguez, presidente de EFE y de Everis Chile. Y este no es el único vínculo que la autoridad de ferrocarriles mantiene con el Ministerio de Transportes, ya que su ex socia en Quiz Consultores, Gloria Hutt, es quien ejerce como jefa de esa cartera. Ambos se retiraron de la propiedad de esta sociedad el 6 de marzo de 2018, cinco días antes de que se diera el vamos al segundo gobierno de Sebastián Piñera.

Las respuestas de Errázuriz

La multinacional Everis empezó sus tratos con el Estado de Chile desde el primer gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010). La última gran compra que pudo revisar INTERFERENCIA, relacionada al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, se efectuó desde la Gobernación Regional de La Araucanía, la que, a partir de una transferencia de recursos desde la cartera que dirige Gloria Hutt, abrió una licitación relacionada a la movilidad en la región, la que finalizó con este contrato suscrito entre el Gore y Everis el 8 de noviembre de 2018.

Si bien dos de los tres miembros de la comisión evaluadora que adjudicó este concurso eran del Gore, uno de ellos, Rodrigo Valette, pertenecía a la División de Transporte Público Regional de la Araucanía, organismo dependiente del MTT. El monto a pagar es superior a los $116 millones, por un servicio que incluye hacer el “diagnóstico y catastro de terminales y paraderos existentes, incluyendo no regularizados, como también aparcaderos en la vía pública y fuera de esta”, además de propuestas para la “fijación de vías de ingreso y egreso de los terminales”, “señalización adicional para la correcta orientación de los usuarios a los sistemas de transporte, incluyendo si es necesario tecnología que pueda ser aplicable”, y un “Plan de Mejoras para los terminales actuales, con propuestas a corto, mediano y largo plazo”.

Contactado por INTERFERENCIA, Pedro Pablo Errázuriz, presidente de EFE y Everis Chile, indicó que no observa un problema en esta relación laboral. Sin embargo, indicó que ya tomó medidas al respecto. “A pesar de que no veo ningún conflicto de interés, decidí no participar en ningún proceso o decisión relacionado con el Ministerio de Transportes. Mi principal preocupación ha sido y es resguardar los intereses y los recursos del Estado, lo que ha quedado de manifiesto públicamente en las últimas semanas”, indicó.

Ante la consulta sobre una eventual postulación de Everis Chile a una licitación del Transantiago –renombrado ahora como “Red”–, Errázuriz no confirmó ni descartó la posibilidad. “Everis es una empresa de desarrollo tecnológico interesada en grandes procesos de transformación digital, principalmente en el sector de la banca, telecomunicaciones y los gobiernos. Entre sus casos de éxito destaca su participación en la transformación digital del gobierno de Buenos Aires en Argentina”, contestó.

Este es sólo uno de muchos casos de conflictos de intereses que nuestro medio ha detectado en la gestión pública y privada del presidente de EFE, quien desempeñará una función clave en el proceso de toma de decisiones del tren Santiago-Valparaíso que, según la cuenta pública del Presidente Piñera, va a ser uno de sus proyectos estrella en lo que resta de su gobierno.