Desde los años de la dictadura que no se vivía en Chile un debate tan intenso en torno a la libertad de expresión y la libertad de prensa como el que se ha visto este año.
Antes de que las recientes propuestas del precandidato presidencial Daniel Jadue desataran las pasiones, el tema irrumpió en la agenda el 15 de marzo pasado con la entrevista a Mauricio Hernández Norambuena en el programa ‘Mentiras Verdaderas’ de La Red. La entrevista de Eduardo Fuentes al ex dirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, conocido como “comandante Ramiro”, causó indignación en La Moneda y en amplios sectores de la derecha. De hecho, a pedido del presidente Sebastián Piñera la asesora presidencial Magdalena Díaz llamó al dueño de ese canal a Miami para quejarse de la emisión de la entrevista de quien es sindicado como uno de los autores intelectuales del asesinato del senador Jaime Guzmán (abril de 1991) y del secuestro de Cristián Edwards (septiembre 1991 a febrero 1992).
“El daño que se le hace a la democracia con esta línea editorial es complicado pues genera divisiones en el país”, le dijo Díaz a Ángel González, mexicano-estadounidense que es dueño de casi medio centenar de estaciones de TV en América Latina, según informó INTERFERENCIA en exclusiva en un artículo a fines de marzo.
"Es importante que se haya instalado en el debate público el tema de la libertad de expresión y el derecho a informar. La derecha más recalcitrante considera que esos derechos no son para todos y menos aún para quienes piensan diferente a ellos".
A inicios de mayo el Consejo Nacional de Televisión decidió amonestar a La Red por supuestamente no enfocar de manera equilibrada aquella entrevista. La presidenta del organismo Carolina Cuevas comparó la entrevista a Hernández Norambuena con la realizada por CNN Chile en 2013 al ex director de la DINA, Manuel Contreras. Según Cuevas en el caso del agente de la dictadura los periodistas hicieron contra preguntas necesarias, algo que a su parecer el periodista Eduardo Fuentes no hizo con el “comandante Ramiro”.
¿Y qué piensa Hernández Norambuena de toda la polémica que se generó con su entrevista? Esa interrogante fue el punto de partida de una serie de preguntas que INTERFERENCIA le hizo llegar por escrito al ex frentista hace unas semanas. Las respuestas suyas llegaron en una carta manuscrita (ver foto). Debido a severas restricciones que le aplicó Gendarmería tras la entrevista en La Red, no fue posible tener un contacto más directo, sea vía digital o personal.
¿Qué opina de la polémica que se generó después de emitirse su entrevista en La Red?
- Es importante que se haya instalado en el debate público el tema de la libertad de expresión y el derecho a informar. La derecha más recalcitrante considera que esos derechos no son para todos y menos aún para quienes piensan diferente a ellos. Esa intolerancia quedó al desnudo luego de las opiniones y actitudes autoritarias de la élite, nostálgica del dictador, genocida y ladrón.
¿Y la reacción que tuvo el gobierno?
-Las diatribas estridentes de ciertos políticos del gobierno solo destilan odio hacia lo que yo represento como luchador social, como combatiente del pueblo con un claro ideario de transformación social, como prisionero político que no calla y reivindica un acto de lucha histórica decidida contra su élite, que en esos años dictatoriales -al igual que hoy- fueron cómplices de las violaciones a los derechos humanos. No es extraño que nada dijeran del contenido de la entrevista, porque las ideas neoliberales que ellos defienden están en bancarrota, ya que el pueblo chileno las rechazó contundentemente con la revuelta social.
El Consejo Nacional de Televisión sancionó a La Red por la entrevista.
- El CNTV está al servicio de las élites y de los mass media televisivos, con los cuales éstas ejercen en gran medida se hegemonía ideológica. Por lo tanto, cualquier disidencia o postura crítica de un canal de TV al ‘pensamiento único’ de las élites es sancionado con la finalidad de resguardar la hegemonía.
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Según la presidenta de esa entidad, Carolina Cuevas, en las entrevistas que se hacían al ex jefe de la DINA, Manuel Contreras, se resguardaba más la pluralidad, al hacer más contra preguntas, que en la entrevista que le hicieron a usted.
- Dicha amonestación es claramente una censura al derecho de informar. Me imagino que la presidenta de la entidad tiene que hacer méritos que justifiquen su nombramiento, y debe esmerarse para hacer cumplir el formato único del pensamiento dominante dada para la TV abierta.
"No es extraño que nada dijeran en el gobierno del contenido de la entrevista, porque las ideas neoliberales que ellos defienden están en bancarrota, ya que el pueblo chileno las rechazó contundentemente con la revuelta social".
Hay quienes creen que Eduardo Fuentes fue muy condescendiente en sus preguntas.
- Creo que el periodista que me entrevistó no fue condescendiente, sino respetuoso como debe serlo con cualquier entrevistado o entrevistada, sin preguntas capciosas o provocadoras. Seguramente quienes critican al periodista esperaban de él una conducta irrespetuosa y parcial, típico de periodistas y lacayos de las élites.
Después de la emisión, ¿sufrió algún castigo por parte de gendarmería?
- Después de la entrevista fui sancionado por Gendarmería de forma arbitraria, ya que el alcaide Avilés, un declarado pinochetista, no consultó al tribunal, como es el procedimiento regular. Estas sanciones no son más que la venganza udista que ha persistido en mantenerme en un régimen carcelario de aislamiento y castigo desde mi regreso a este país. Para dichos propósitos ha usado la institución de Gendarmería, cuyos principales mandos pertenecen al partido pinochetista. Por lo demás, ¡cualquier preso tiene derecho a la libre expresión! La dictadura se acabó en los 90, ¿o no se acabó?
Tengo entendido que también hubo represalias para otros presos tras su entrevista.
- Gendarmería recurrió a una medida extrema de castigo colectivo, eliminando las video llamadas de los internos de la sección de máxima seguridad. Esa medida intentó además colocar a la población penal en mi contra al señalarme como responsable de dicha restricción. Sin embargo, los presos no han caído en esta conocida trampa de colocar preso contra preso.
Hace poco la Corte de Apelaciones revocó una decisión del Juzgado de Garantía y decidió mantenerlo bajo un régimen de aislamiento.
- La decisión de mantenerme en un régimen carcelario excepcional, de aislamiento extremo, contraviene los informes del departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico, que calificó el régimen al cual estoy sometido como de tratos crueles y degradantes, calificados como tortura (...) En otras palabras, Gendarmería tortura. Y esta actitud contumaz se debe a la orden de partido emanada desde el ministerio de justicia de la UDI, del director nacional de Gendarmería, también un udista que monitorea directamente que se cumpla a rigor dicho régimen de tortura. La institución pública de Gendarmería es usada como instrumento de tortura para la venganza política de la derecha pinochetista.
"[Después de la entrevista] Gendarmería recurrió a una medida extrema de castigo colectivo para colocar a la población penal en mi contra al señalarme como responsable de dicha restricción. Pero los presos no han caído en esta conocida trampa de colocar preso contra preso".
Desde nuestra llegada a esta cárcel en Rancagua [inicios de junio] los presos que fueron trasladados desde Santiago, unos 45, realizamos una huelga de hambre debido a que Gendarmería pretendía imponernos un régimen interno aún más restrictivo que el que teníamos en Santiago. Además, debido a la cuarentena estuvimos encerrados las 24 horas en las celdas, muchas de ellas en pésimas condiciones, sin luz, sin agua, con inundaciones de aguas servidas. Por el hecho de ser una cárcel “concesionada”, Gendarmería se exime de toda responsabilidad por estas inhumanas y precarias condiciones.
Por mi parte continúo en aislamiento extremo con custodia permanente las 24 horas. Luego de 10 días finalizamos la huelga cuando quedó establecido un régimen interno similar al que teníamos en la Unidad Especial de Alta Seguridad.
La Lista del Pueblo
Un debate que se ha dado en estos meses ha sido un posible indulto a los llamados ‘presos de la revuelta’.
En el tema de la prisión política la derecha intenta encuadrar la condición de preso político en la legalidad vigente, con el objetivo de desacreditar ésta y así criminalizar la protesta social. Sin embargo, esa misma legalidad ha sido mayoritariamente cuestionada por el pueblo chileno con la aprobación del proceso constituyente. La motivación política define la condición de preso político, y en mi caso particular por ley antiterrorista y militancia política en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
¿Cómo analiza usted los resultados de las recientes mega elecciones, incluyendo el hecho de que menos del 50% participó?
- La derecha pierde poder y legitimidad ante la ciudadanía, y la izquierda gana ambas cosas con sus triunfos electorales. El centro político pierde protagonismo, pero gana intrascendencia. En un sentido mas estratégico la disputa del poder político establece su escenario desde lo institucional (convención y alcaldías principalmente) y en lo inmediato posterga el protagonismo de la calle.
El triunfo de los independientes, mayoritariamente de izquierda, y la izquierda política, refuerzan en gran medida las demandas de la revuelta social. Las posiciones por fuera de la institucionalidad quedan desplazadas, por ahora, de situarse como la única alternativa para cambiar el modelo. No obstante, la participación de menos del 50% del padrón electoral y la disminución de más de 1 millón de votantes respecto del plebiscito de octubre pasado tiene que ver fundamentalmente con el descrédito del sistema político, donde un sector importante de éstos apuesta por la movilización social y por construir organización popular autónoma en los territorios.
Es probable que la distancia ideológica y política con la derecha se agudice producto de una convención empoderada y con una causa.
"Las urgencias y debilidades políticas de estos tiempos reúnen una vez más a esos aliados históricos: la derecha y la DC".
¿Qué le parece que la derecha no haya alcanzado un tercio de los constituyentes?
- El bajo porcentaje de constituyentes electos por la derecha (27%) refuerza que la ciudadanía que fue a las urnas identifica sin duda alguna a la derecha con la moribunda constitución de Guzmán/Pinochet, a pesar del travestismo político pre electoral de esta élite política. Además, la derecha y los 30 años de gobiernos posteriores representan gran parte de aquello que el pueblo movilizado de diversas maneras rechazó con fuerza desde el 18 de octubre del 2019. Los privilegios, el abuso, el autoritarismo, la impunidad, el patriarcado, el racismo, la corrupción y donde el repudio al actual gobierno derechista es la mejor muestra del rechazo ciudadano a esa élite.
¿Lo sorprendió la alta votación que obtuvieron los representantes de la Lista del Pueblo?
- La Lista del Pueblo ha sido una gran sorpresa, ya que de alguna manera ha irrumpido en la propia institucionalidad como una fuerza política más popular y nueva que se hizo de la revuelta social. Fuerza que pareciera más comprometida con las genuinas demandas que el pueblo reclama. Porque hay más pueblo y surgió al calor de la lucha en las calles. Con esos antecedentes el riesgo que pueda ser cooptada para el negocio de la política parecería menos probable, tanto por su origen, pero, sobre todo, porque según señalan tienen una relación más diversa y horizontal de participación con los territorios autónomos, donde ella habría sido concebida.
Por otro lado, Claudio Orrego ganó la gobernación de la Región Metropolitana en parte gracias a votos de sectores que tradicionalmente votan por la derecha. ¿Se está gestando ahí un nuevo referente político?
- Para ganar la elección de gobernador, la DC tuvo que crecer para el único lado que lo puede hacer: la derecha. A ambos sectores los une el propósito de mantener el actual modelo, aunque con algún maquillaje del tipo “gatopardismo”. Así las urgencias y debilidades políticas de estos tiempos reúnen una vez más a esos aliados históricos.
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