En un nuevo giro abrupto de la política chilena, esta vez la rueda de la fortuna favoreció a la derecha, la cual -de ir de derrota en derrota, desde el plebiscito de 2020 entre el Apruebo y Rechazo- logró reponerse y alcanzar una importante -y hasta cierto punto, inesperada- victoria electoral.

José Antonio Kast, el líder del Partido Republicano, de extrema derecha, pasó a la segunda vuelta, al obtener el 27,9% de los votos, por encima de Gabriel Boric, quien obtuvo 25,8%, con lo que ambos se medirán el próximo 19 de diciembre. Esto, con el 96,4% de las mesas escrutadas a nivel nacional al cierre de esta edición, lo que marca una participación de 44,9%, la cual es levemente menor a la de la primera vuelta de 2017 (46,7%) y por encima de la elección de la Convención Constituyente (41,5%). 

 La diferencia entre ambos es solo de un poco más de dos puntos porcentuales, lo que expresado en votos equivale a poco más de 149 mil votos. Sin embargo, el triunfo de Kast es claro al considerar que tiene un camino mucho más despejado para recoger la votación movilizada por los candidatos más afines, si es que opta por una estrategia de moderación e inclusión de sus rivales en la derecha, como se deduce que hará a propósito de su discurso de anoche.

Para Kast es mucho más fácil convocar al electorado de Parisi Aunque en ese trasasije el republicano puede perder más votación que en el de Sichel, lo cierto es que los votos obtenidos por este economista -que resultó tercero y fue la sorpresa de la elección- parecen tener una fuerte preocupación por la prosperidad económica, lo cual probablemente es el argumento electoral más fuerte de Kast.

Sebastián Sichel, por ejemplo, declaró que no apoyará a Boric, y todo indica que una gran parte de su 12,7% obtenido irá a Kast en segunda vuelta, en especial si se produce un probable pacto político y programático entre la derecha tradicional -representada por Sichel- y la ultraderecha de Kast.

Asimismo, para Kast es mucho más fácil convocar al electorado de Franco Parisi (12,9%). Aunque en ese trasvasije el republicano puede perder más votación que en el de Sichel -e incluso es posible que Boric obtenga algo también-, lo cierto es que los votos obtenidos por este economista -que resultó tercero y fue la sorpresa de la elección- parecen tener una fuerte preocupación por la prosperidad económica, lo cual probablemente es el argumento electoral más fuerte de Kast.

"Y también [quiero] invitar a aquellos que quizás tienen una mirada distinta, pero creen en ese Chile para todos, aquellos que respaldaron a otras candidaturas, como la que pudo haber sido la de Yasna Provoste. Ella representa a un sector de Chile y tenemos que acoger a aquellas personas que quieren el bien, a aquellas personas que están jugadas por Chile, a quienes apoyaron a Franco Parisi, que sacó una gran mayoría, que sacó electos diputados. Queremos recoger todo lo positivo de esos proyectos”, dijo en su discurso el candidato republicano, quien algo de votación puede rasguñar de Provoste.

En una suma simple, los tres candidatos que orbitan la derecha suman el 53,5% de los votos de esta primera vuelta. 

Boric, por su lado, no solo tiene que optimizar el traspaso de los votos de Yasna Provoste (11,6%), Marco Enríquez-Ominami (7,6%) y Eduardo Artés (1,5%) -tarea no tan complicada a juzgar por las declaraciones de los candidatos derrotados, que se mostraron abiertos a respaldar al líder frenteamplista frente a la amenaza de la ultraderecha- sino que también tiene que levantar piedras y buscar nueva votación de personas que en esta ocasión prefirieron no ir a las urnas.

De nuevo, en una simplificación, la suma de los candidatos de la izquierda y la centroizquierda suman sólo 46,5%.

Es decir, Boric no tiene mucho más de dónde sacar, pues ya en primera vuelta concentró la mayor votación de su sector, considerando los exiguos resultados de sus competidores en el sector, los que quedaron últimos en la tabla general; Provoste en quinto lugar, Enríquez-Ominami, sexto, y cerrando Artés en séptimo.

Pese a ese logro, Boric prácticamente no creció entre la primaria y la primera vuelta. Medido en votos totales, el candidato obtuvo ayer -al cierre de esta edición- poco menos de 1,8 millones de votos. En las primarias obtuvo poco más de un millón. Si es que se suman todos los votos de esa instancia para el pacto Apruebo Dignidad, en la que también compitió Daniel Jadue, son poco más de 1,7 millones de votos. La diferencia es de poco más de 27,500 votos, aunque quedan mesas por escrutar que ampliarán un poco la cifra.

Alberto Mayol, analista y ex pre candidato presidencial del Frente Amplio en 2017, lo sintetizó de este modo en Twitter: "Boric llegará aproximadamente a la suma de Apruebo Dignidad en la primaria. Debe haber autocrítica del comando de primera vuelta. Boric no creció en 4 meses".

¿Por dónde lo hará?

Más bien el discurso pareció destinado preferentemente a mantener la moral alta de los más cercanos, quienes sufrieron una fuerte crisis de expectativas, pues el comando liderado por Giorgio Jackson apostó a crear la fantasía de que era posible que Boric ganase en primera vuelta. 

A juzgar por su discurso de anoche, la respuesta no es del todo clara, pues no permite ver giros estratégicos. Si bien hizo los obvios guiños que debía hacer a Provoste, Enríquez-Ominami, Artés y Parisi, no se vio que apuntara con fuerza a un electorado nuevo que no fue a votar en esta primera vuelta; ¿una izquierda desilusionada? ¿decepcionados de la política en general? ¿nichos específicos?

Más bien el discurso pareció destinado preferentemente a mantener la moral alta de los más cercanos frenteamplistas, quienes sufrieron una fuerte crisis de expectativas, pues el comando liderado por Giorgio Jackson apostó a crear la fantasía de que era posible que Boric ganase en primera vuelta. 

"Los resultados se siguen ajustando, pero no va ser la primera vez que partimos desde atrás. Lo hicimos al luchar por la educación, también al romper el sistema binominal, para la junta de firmas, para las primarias, y no me cabe duda que lo haremos para la segunda vuelta”, dijo el candidato sin darse cuenta probablemente que con eso toreaba a los votantes de Provoste (por lo del sistema binominal) y al PC (derrotado en la Primaria).

Panorama parlamentario 

La jornada de ayer no solo dejó de favorito a José Antonio Kast de cara a la segunda vuelta. Además, la composición del nuevo Congreso representa una victoria para el sector, que en la Convención Constituyente no había logrado ni siquiera un tercio de los escaños.

Es la elección de diputados es donde Apruebo Dignidad puede sacar las cuentas más alegres, pues obtuvo 37 escaños, los mismos que la ex Nueva Mayoría.

A pesar de ir divididos, la suma de los diputados logrados por Chile Podemos Más (derecha tradicional), Frente Social Cristiano (la plataforma de Kast) y el Partido de la Gente (de Franco Parisi), da -al cierre de esta edición con el 96,4% de los votos escrutados- da 74 escaños. Es decir, cinco diputados más que los obtenidos en 2017 por Chile Vamos, y a solo tres votos de la mayoría simple (77).

En cuanto a los equilibrios internos, Renovación Nacional es el partido mayoritario con 25 escaños, seguido por la UDI con 23, el Frente Social Cristiano con 15, el Partido de la Gente con seis y Evópoli con cuatro.

Es en esta elección, sin embargo, donde Apruebo Dignidad puede sacar las cuentas más alegres, pues obtuvo 37 escaños, los mismos que la ex Nueva Mayoría, llamada ahora Nuevo Pacto Social. En 2017, el Frente Amplio y el Partido Comunista fueron separados, y obtuvieron en conjunto 28 diputados y los partidos de la ex Concertación 49. 

Eso sí, al interior del pacto, las cartas se rebarajaron, pues el PC pasó a ser la primera fuerza con 12 diputados (+4 respecto 2017), superando al partido de Gabriel Boric, Convergencia Social que obtuvo 9 (+5) y el de Giorgio Jackson, Revolución Democrática, con 8 (+2).

En la ex Concertación, el partido más relevante seguirá siendo el PS, que logró 13 diputados (-6 respecto 2017), seguido por la DC, que logró ocho (también -6).         

El Senado renovó 27 escaños en esta elección, de los cuales 13 correspondieron a a la derecha tradicional o la ultraderecha: 12 de Chile Podemos Más y uno de Kast. Con esto, y considerando que cada cuatro años se renueva la mitad de la corporación, la derecha logra el 50% de los senadores.

En el Senado, el panorama es similar para la derecha. Esta corporación renovó 27 escaños en esta elección, de los cuales 13 correspondieron a a la derecha tradicional o la ultraderecha: 12 de Chile Podemos Más y uno de Kast, conforme información del 98,1% de los votos escrutados. Con esto, y considerando que cada cuatro años se renueva la mitad de la corporación, la derecha suma 24 senadores, y logra el 50%.

Es acá donde la ex Concertación puede sacar cuentas menos tristes en relación a sus contendores en la centroizquierda, pues obtuvieron ocho senadores (de los cuales la mitad son del PS) , mientras que Apruebo Dignidad "solo" cuatro.

Ello, aunque, es importante consignar que para este pacto los cuatro senadores representan un incremento significativo de senadores, pues solo tenían uno, el senador Juan Ignacio Latorre (RD), quien este año no debió reelegirse, con lo que hoy en la nueva legislatura, serán cinco los senadores de Apruebo Dignidad, dos de ellos comunistas y dos de ellos de la Federación Regionalista Verde Social, fundado por Jaime Mulet (ex DC).