A falta de resultados oficiales sobre el “supermartes” y con todavía 32 estados por votar, no se puede hablar de un claro ganador en la carrera por convertirse en el candidato Demócrata para las presidenciales de Estados Unidos el 2020. Sí se puede hablar de quienes no ganaron: Tanto el multimillonario y ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg -quien invirtió cerca de US$ mil millones en su campaña- como la senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren, quedaron fuera de competencia luego de amargos resultados durante el martes pasado, donde 14 estados votaron en las primarias por su candidato a la presidencia.
Si bien tanto Bloomberg como Warren han evitado dar señales de que podrían abandonar la carrera presidencial, los negativos resultados en las votaciones confirman que la carrera para ser el candidato Demócrata será entre el ex vicepresidente durante el gobierno de Obama, Joe Biden, y el senador por Vermont, Bernie Sanders.
Biden, candidato moderado y la carta por la que apuesta el establishment Demócrata, se quedó con al menos ocho estados durante el “supermartes”. Por otro lado, Sanders, autoproclamado socialista y la carta más ligada a la izquierda dentro del partido, se quedó con la mayoría en tan sólo cuatro estados, aunque se hizo fuerte en el más grande e influyente de todos: California.
El sistema democrático estadounidense funciona a partir de la representatividad, por lo tanto los candidatos no son electos a través del voto popular directo. En vez de eso, un cierto número de delegados -o electores- es distribuido proporcionalmente para cada estado de acuerdo a la cantidad de sufragistas en ellos. Elegidos por la ciudadanía, son los electores quienes pasan a votar por uno u otro candidato. En total, cada estado aporta electores hasta llegar a un total de 3.979 a nivel nacional, siendo un mínimo de 1.991 la cifra que debe alcanzar un candidato para ser proclamado como carta presidencial por el partido.
Este “supermartes” se distribuyeron 1.357 electores entre 14 estados, una cifra no menor que podría resultar decisiva para el futuro de las elecciones. Los votos, que podrían tardar días o semanas en estar totalmente contabilizados dado el complejo sistema de votación norteamericano, han sido sujeto de proyecciones a partir de las mesas ya escrutadas. De acuerdo con Associated Press, Joe Biden resultaría con 362 electores a su favor, Sanders con 286, Bloomberg con 30 y Warren con 20, faltando aún votos por contabilizar y que podrían inclinar la balanza para un lado u otro.
A falta de las votaciones en 32 estados más, la carrera por enfrentar al presidente y candidato a la reelección por el partido Republicano, Donald Trump, aún sigue abierta. Lo que sí está claro es que la carta Demócrata se definirá entre Biden, el moderado, y Sanders, el socialista, dos opciones que podrían significar estrategias de campaña muy distintas de cara a la elección presidencial.
Con una economía potente y saludable, Trump ha logrado cimentar un fuerte apoyo que buscará capitalizar en las elecciones. En ese terreno, el de los índices económicos, la posibilidad de que un candidato Demócrata pueda competir con el mega empresario es bastante baja.
Claro lo tiene Sanders, quien propone una estrategia más ideologizada y enfocada en cambiar el modelo norteamericano a uno capaz de garantizar derechos sociales a la población, con acceso completo y gratuito a la salud y fuertes políticas relacionadas al manejo de la crísis climática como algunas de sus propuestas.
Dicha estrategia de cambios radicales es vista con temor por gran parte de la población de un país históricamente contrario a políticas de gobierno de corte izquierdista. Biden busca aprovechar dicho miedo ante la posibilidad de un presidente autoproclamado socialista, ofreciendo una hoja de ruta más moderada durante su candidatura.
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