María del Carmen Redondo no es un nombre conocido para la mayor parte de la ciudadanía. Sí lo es en su colectividad, el Partido por la Democracia (PPD), lugar donde trabajó durante 30 años ininterrumpidos, pero con el cual hoy quebró todos los lazo luego de interponer una demanda laboral en contra de ellos por no pagarle sus cotizaciones durante las tres décadas que prestó sus servicios.
Desde 1990 fue recaudadora de las cotizaciones de los afiliados al PPD, esto era cobrar a distintos militantes que tuvieran un cargo público –principalmente ministros y subsecretarios–, una cuota mensual que luego depositaba en una cuenta del partido, una especie de diezmo político que servía para ampliar las arcas de la colectividad. Lo que se hiciera con el dinero, posteriormente, no dependía de ella.
El pasado 2 de abril presentó una demanda ante el 2º Juzgado del Trabajo de Santiago, denunciando al PPD de no haberle pagado cotizaciones de salud, de previsión ni el seguro de cesantía durante las tres décadas que dedicó a cobrar los tributos de los militantes, y que en el último tiempo le significaba un sueldo de $420 mil pesos mensuales.
La demanda señala que Redondo trabajaba de lunes a viernes desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde, con un almuerzo de dos horas, además siempre siendo subordinada de alguna otra persona, como el contador Sergio Ortega. Pese a estas obligaciones, nunca se le realizó un contrato formal de planta que le asegurara el cumplimiento de sus derechos como trabajadora. Esto la motivó a presentar su auto despido en febrero de este año.
La demandante exige que el partido le pague un mes de remuneración por cada año de servicios (a partir de la entrada en vigor de la nueva ley de partidos políticos), algo que asciende a $4.629.328, además de un 50% adicional de este monto por incumplimiento de contrato de parte del PPD, y un mes de sueldo por no haber sido notificada del despido. Junto a esto, Redondo pidió al tribunal que le sean pagadas además todas las cotizaciones adeudadas por tres décadas, puesto que hoy a sus 80 años ve complicada su situación económica.
El PPD contestó el pasado 15 de mayo a través del abogado José Toro Kemp, señalando que el partido tenía una relación a honorarios con Redondo, la cual supuestamente terminó el 31 de diciembre de 2018 cuando venció un contrato a honorarios con la mujer y que habría sido notificada por la nueva tesorera del partido, Andrea Muñoz.
Sobre los 30 años de trabajo, la colectividad presidida por Heraldo Muñoz señala que a principios de los años 90 Redondo comenzó a realizar esta función de manera voluntaria sin remuneración a cambio, pero que con el tiempo se le comenzó a pagar una remuneración y sin exigirle que cumpliera horarios.
Así, el PPD niega que la mujer haya estado sujeta a obligaciones de un contrato, pero esto es refutado por la demandante en su presentación al tribunal. En el contrato a honorarios firmado en 2016 que menciona la colectividad, se le imponía a María del Carmen Redondo que estaba obligada a mantener el secreto respecto de los datos personales de los dirigentes y militantes del PPD, y en caso de no cumplirlo sería sancionada con el término del contrato según “lo estipulado en el artículo 160 nº7 del Código del Trabajo”.
La demandante afirma a INTERFERENCIA que “si mi vínculo contractual con el PPD era a honorarios, ¿porqué se me imponía una sanción típica de una relación laboral de dependencia y subordinación jurídica?”.
En conversación con nuestro medio, la ex trabajadora además niega haber realizado la labor de manera voluntaria en algún momento, asegurando que fue reclutada para este trabajo en 1990 por Sergio Bitar. El pasado 23 de mayo se realizó la audiencia preparatoria del juicio. En la instancia el tribunal propuso como base de una posible conciliación 2,8 millones a favor de Redondo, pero el PPD terminó ofreciendo 2 millones, lo cual fue rechazado por la mujer.
El próximo 9 de octubre se llevará a cabo el juicio, en el cual está citado a declarar Heraldo Muñoz, en su calidad de representante legal del Partido por la Democracia.
Comentarios
Impresentable, pero se trata
A mí me produce una tremenda
Que más se puede esperar del
Los PPD`S nunca van a
No se si reir o llorar. El
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