Este lunes, la revista de tecnología estadounidense Wired publicó un artículo respecto a los grupos de Facebook en el contexto de la crisis sanitaria por Covid-19. En el texto, la publicación advierte sobre la “Infodemia” que subyace a la pandemia por el coronavirus, ha puesto al descubierto cuán vulnerable es Estados Unidos a la desinformación.
El país está a menos de cinco meses de las elecciones presidenciales de 2020, y según Wired, miles de estadounidenses están comprando teorías de conspiración sobre vacunas que contienen microchips y se preguntan sobre los poderes curativos de los secadores de cabello. ¿De dónde viene todo esto?
“No nos distraigamos demasiado por el miedo a los bots de los rumores en el alboroto o anuncios divisivos comprados con rublos rusos. Como dos de las principales investigadoras en este campo, estamos mucho más preocupadas por los grupos de Facebook que brindan grandes cantidades de información falsa a miembros de ideas afines”, indican Nina Jankowicz y Cindy Otis, autoras del texto.
Así, estas investigadores explican que durante los últimos años, los usuarios de Facebook han visto más contenido de "amigos y familiares" y menos de marcas y medios de comunicación. Como parte del "pivote hacia la privacidad" de la plataforma después de las elecciones de 2016, los grupos han sido promovidos como espacios de confianza que crean comunidades en torno a intereses compartidos.
"Muchas personas prefieren la intimidad de comunicarse uno a uno o con solo unos pocos amigos", explicó Mark Zuckerberg en una publicación de blog de 2019. "Las personas son más cautelosas de tener un registro permanente de lo que han compartido".
Pero según la investigación de Jankowicz y Otis, esas mismas características -la privacidad y la comunidad- a menudo son explotadas por malos actores, extranjeros y nacionales, para difundir información falsa y conspiraciones.
“La dinámica en grupos a menudo refleja la de las aplicaciones de mensajería entre pares: las personas comparten, difunden y reciben información directamente desde y hacia sus contactos más cercanos, a quienes generalmente ven como fuentes confiables. Para facilitar las cosas para aquellos que buscan avivar la división política, los grupos ofrecen un menú de objetivos potenciales organizados por tema e incluso por ubicación; los malos actores pueden crear perfiles falsos o personas adaptadas a los intereses de las audiencias en las que pretenden infiltrarse. Esto les permite sembrar su propio contenido en un grupo y también reutilizar su contenido para usarlo en otras plataformas”, apuntan las autoras.
Según los antecedentes que recabaron, esto ya era evidente en 2018, cuando los asociados de Shiva Ayyadurai, un candidato independiente para el Senado de Estados Unidos utilizaron grupos como parte de su campaña de astroturfing para aumentar su apoyo en línea. “Hoy, Ayyadurai es uno de los vectores más peligrosos de desinformación de la salud, acumulando millones de compromisos en publicaciones que critican las vacunas, afirman que Anthony Fauci es miembro del ‘estado profundo’ e instruye a los seguidores a que apunten los secadores por la garganta para mata el coronavirus”, denuncian.
De esa forma, explican en el artículo, los grupos continúan siendo utilizados para la desinformación política. “La teoría de la conspiración ‘Obamagate’ aún no se ha definido en términos claros, incluso por sus propios adherentes, y sin embargo, nuestro análisis de los grupos de Facebook muestra que la falsa narrativa de que la administración Obama espió ilegalmente contra las personas asociadas con la campaña de Trump se está alimentando y alimentado allí. Los memes relacionados y los enlaces a sitios web marginales de derecha se han compartido millones de veces en Facebook en los últimos meses. Los usuarios que coordinan sus actividades a través de redes de grupos y páginas administradas por un pequeño puñado de personas impulsan estas narrativas. Al menos nueve páginas coordinadas y dos grupos, con más de 3 millones de Me gusta y 71,000 miembros, respectivamente, están configurados para dirigir el tráfico a cinco sitios web de ‘noticias’ que promueven teorías de conspiración y clickbait de derecha”, aseguran.
Las investigadores afirman que en mayo, esos cinco sitios web publicaron más de 50 publicaciones que promocionaban Obamagate, los que luego se compartieron en los grupos y páginas vinculados a favor de Trump. “La puerta giratoria de la desinformación continúa girando”, escribieron.
Además, señalan a una investigación reciente del Wall Street Journal donde se reveló que Facebook estaba al tanto de las tendencias de polarización de los grupos a partir de 2016. Y a pesar de los recientes esfuerzos de la compañía para tomar medidas enérgicas contra la información errónea relacionada con Covid-19, la función Grupos continúa siendo un vector de mentiras.
“Mientras escribíamos esta historia, si se uniera al grupo de ‘Noticias de Ciencias de la Salud Alternativa’, por ejemplo, Facebook recomendaría, según sus intereses, que se uniera a un grupo llamado ‘Sheep No More’, que usa Pepe the Frog, un supremacista blanco símbolo, en su encabezado, así como ‘Q-Anon Patriots’, un foro para creyentes en la teoría de la conspiración QAnon. A medida que las protestas en respuesta a la muerte de George Floyd se extendieron por todo el país, los miembros de estos grupos afirmaron que Floyd y la policía involucrada eran ‘actores de crisis’ siguiendo un guión. En los últimos días, Facebook dejó de proporcionar sugerencias en las páginas de destino de ciertos grupos, pero aún ocupan la pestaña Descubrir, donde Facebook recomienda contenido a los usuarios en función de su compromiso y actividad recientes”, afirman las investigadoras.
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