También fui profesora en la Universidad Central, con cargo administrativo por varios años, pero con distintas excusas nunca se me formalizó el contrato de trabajo. Dado lo anterior, se me desvinculó estando enferma, (porque la ley no me protegía en esa condición), tras una encerrona que hizo la universidad a varios docentes cercanos a los estudiantes. La cercanía de profesores y estudiantes para la Central es amenazante, prohíben los encuentros masivos entre ellos. A fines del 2019 y en el contexto de las demanas sociales de los chilenos en general tras el estallido social, se trató varias veces de impedir que se encontraran profesores y estudiantes, se llamaba a los profesores a reuniones a la misma hora de las asambleas y en ellas se les prohibía abiertamente asistir a cualquier reunión con estudiantes. Los profesores se reunían en la calle para poder conversar entre ellos y las "nuevas contrataciones" del director (antiguos amigos de trabajos anteriores) llegaban a participar de las reuniones. Después los profesores asistentes eran perseguidos y pocas semanas más tarde, desvinculados.
Concuerdo plenamente en que hay malas prácticas en la Universidad Central. Todo funciona por contactos políticos e influencias de poder, no por capacidades ni profesionalismo. Los directivos son mediocres y antiéticos, más bien parecen funcionar como marionetas de la Casa Central para oprimir, no como embajadores de cada facultad ante la autoridad para gestionar su mejor y mayor desarrollo. A la universidad hoy no le importa el bien de sus estudiantes, ni de sus funcionarios, ni siquiera le importa el conocimiento. No fomenta la reflexión de sus estudiantes, si éstos se muestran críticos ante una situación, una cátedra, una autoridad o ante el funcionamiento de la institución, son perseguidos. Si los profesores, de igual manera, quieren participar de asambleas con estudiantes, son perseguidos, amenazados y desvinculados. Los quiere a todos divididos y asustados. Sólo les importa mantener el ingreso económico que los estudiantes entregan. Ante las acusaciones de abuso y acoso sexual de algunos de sus funcionarios, optaron por proteger a los acusados para evitar escándalos. El "fiscal" (hombre de confianza de la Casa Central) consideró inocentes a los acusados de acoso y abuso sexual y devolvió a las jóvenes denunciantes a las aulas, para seguir siendo evaluadas académicamente por sus acusados. Curiosamente de igual modo pasados 1 ó 2 semestres los fue desvinculando uno a uno. Entonces eran o no culpables? ¿No quiso dar pie a posibles demandas de parte de los acusados por el resultado de los juicios?
Varios funcionarios antiguos que pidieron audiencias en la Casa Central para denunciar irregularidades tras su restructuración, fueron despidieron de inmediato, aún teniendo cargos de jerarquía. En la Central se castiga el pensamiento crítico y la reflexión... todo lo contrario a la búsqueda del conocimiento.
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También fui profesora en la