El legado de la activista medioambiental Greta Thunberg, que movilizó al mundo contra el cambio climático, se extiende ahora al ámbito de la pandemia de coronavirus. Jóvenes europeos recurren a medios alternativos para hacer oír sus voces sobre el impacto del Covid-19 en la sociedad.

El paradigma de la adolescente sueca está calando fuerte en la juventud, que debido a la pandemia había sido rezagada de la actualidad contingente. Pero fue solo un paréntesis. Una grieta se abrió, incluso en los medios de comunicación del poder, siempre prestos en acallar voces críticas al sistema neoliberal. En particular a la gestión sanitaria.

"Como se pudo observar en las protestas de los 'chalecos amarillos' en Francia, y con el estallido social en Chile, se trata de la expresión de la sociedad civil, espontánea sin líderes, ni agentes de partidos políticos tradicionales. Voluntarismo ético de las nuevas generaciones", dijo el sociólogo helvético Jean Ziegler, al definir el actuar de los jóvenes, ahora implicados en denunciar las políticas represivas a la libertad de expresión, bajo el pretexto de la pandemia.

Un confinamiento positivo

Pero en pleno confinamiento, el movimiento encontró nuevas vías de expresión en las redes sociales, medios digitales, radios e incluso ocupando espacios en las televisiones oficiales. Internet ha sido el principal recurso utilizado, pero algo nuevo ha acontecido. Los adolescentes han vuelto a hablar por teléfono, medio casi olvidado por el uso intensivo de tabletas y computadoras. Las llamadas se han duplicado durante el confinamiento, según los datos de tráfico dados a conocer por distintos operadores y esto ha redundado en la participación de los jóvenes en estos debates abiertos.

Como el tema ecológico entró también en cuarentena, la prioridad ahora es la pandemia. A través de teleconferencias la gente tiene la oportunidad de manifestar en directo sus dudas y angustias sobre las consecuencias futuras del Covid-19.

Incluso para la ONU, que le parecía imposible que las personas puedan influir individualmente en el destino del mundo, decidió lanzar su propia iniciativa para motivar la participación de los jóvenes. “El cambio empieza por usted. Todos y cada uno de los seres humanos del mundo, hasta los más indiferentes y perezosos, forman parte de la solución”, señala la guía lanzada recientemente por el organismo. A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF también han abierto tribunas, para "que los jóvenes participen y escuchen a los que saben" (en referencia a los expertos que animan los debates).

Preguntas y respuestas

Por cierto este "efecto Greta" ha suscitado también suspicacias y comentarios negativos, como le sucedió a la joven ecologista. Grupos negacionistas alertan sobre la posible manipulación que habría detrás de los jóvenes cuando expresan sus opiniones en estas nuevas tribunas. Las más cuestionadas son las intervenciones radiales o televisivas en directo, ocasión en que se efectúan preguntas que ponen en aprietos a los expertos. "Los niños no mienten", responden los organizadores de esos foros cívicos, para atenuar las críticas.

Entre las preguntas que han circulado, las hay desde aparentes inocentadas, como ¿cuál es color de un coronavirus?, ¿si el virus no tiene ojos, cómo hace entonces para reconocer a los humanos para infectarlos?,  hasta preguntas escatológicas. Adolescentes quieren saber si el coronavirus nos va matar a todos, si su aparición presagia el destino final de la humanidad, si se trata de un castigo de Dios, o de una maldición diabólica.

A medida que aumenta la edad de los participantes, el grado de complejidad de las preguntas también sube. Algunos planteamientos son denuncias: La aparición del virus es la consecuencia directa del desequilibrio ecológico del planeta, ¿se debe a la explotación excesiva de los recursos naturales?

Hay quienes cuestionan directamente las políticas sanitarias gubernamentales para enfrentar la crisis del coronavirus. Por ejemplo en Francia esta pregunta se ha repetido varias veces: ¿cómo es posible que una de las principales potencias económicas europeas, con capacidad militar y nuclear, carezca de insumos básicos, como mascarillas, respiradores mecánicos y medicamentos?

Tiempos para actuar

En estos "foros on line" la consigna que predomina es que ha llegado el momento de actuar, que es necesario escuchar a los que saben y no a quienes buscan salvaguardar sus intereses o salvar de la crisis a la economía de mercado.

Bertrand Badie, profesor del Instituto de Ciencias Políticas de París y participante en uno de estos debates dijo: “Lo más inquietante de esta crisis es que no existe una palanca global para responder a ella y, sin embargo, es una crisis exclusivamente global”.

En esta interdependencia Covid-19 y medido ambiente, cobra fuerza la idea de que la naturaleza tiene su manera de devolver el equilibrio según sus propias leyes, cuando estas se ven alteradas. El cambio climático está llegando a niveles preocupantes por los desastres naturales que están sucediendo y la propagación del coronavirus, no sería más que una consecuencia.

Cierto es que estos foros  se refieren a conflictos preexistentes del mundo actual. Solo que el confinamiento que vivimos favorece la movilización de la gente común mediante estos nuevos canales. A falta de protestas callejeras y de mítines públicos, el "efecto Greta" ocupa el terreno en estas tribunas. El reto es denunciar el papel del Estado en la gestión deficiente e inhumano del sistema de salud pública y, las mordazas impuestas a la libertad de expresión. El medio ambiente sigue siendo parte del debate sobre el mundo que habrá después de terminada la pandemia.