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Viernes, 19 de Abril de 2024
Sesgos pandémicos

Por razones morales los progresistas de EE.UU. son más reacios a salir de los confinamientos

Ricardo Martínez

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"Cerraremos por un tiempo"
"Cerraremos por un tiempo"

Así como en la derecha algunos consideran la pandemia del Covid como una conspiración para reducir las libertades económicas e individuales, también existe la versión inversa, en la cual progresistas sostienen que el relajamiento de las restricciones sanitarias son siempre apresuradas. Sus razonamientos tampoco están basados en la evidencia ni en la razón.

Admision UDEC

A fines de septiembre de 2020, unas semanas antes de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, el político demócrata de izquierda Bernie Sanders dio unas declaraciones incendiarias acerca del decurso que tendría el conteo de votos la noche del 3 de noviembre.

Sanders indicó, “consideremos el siguiente escenario, en la noche de las elecciones, [Donald] Trump está a la cabeza en muchos estados extremadamente competitivos sobre la base de los votos de quienes votaron en persona el día de las elecciones. En todas las pantallas de televisión, la gente ve a Trump adelante antes de acostarse a dormir. Pero a medida que se cuentan más y más los votos enviados por correo, la ventaja de Trump cae. Trump luego anuncia, sin pruebas, que ha habido un fraude masivo de boletas electorales por correo y que estos votos no deben contarse“.

La premonición del senador por Vermont fue profética en cuanto al actuar posterior de Trump y se apoyaba en gran medida en una característica del comportamiento del electorado de filiación demócrata; estas ciudadanas y ciudadanos suelen optar, en mayor medida que quienes adhieren al republicanismo, por el voto por correo. Sobre todo en 2020 en medio de la pandemia del Covid.

Diversos informes académicos y reportajes periodísticos en Estados Unidos mostraban en los meses finales antes de las elecciones estadounidenses que la votación demócrata, por un prurito de salubridad, prefería evitar las potenciales aglomeraciones en los locales de votación y, en cambio, cuidarse de la exposición al contagio enviando el voto por “correo caracol”.

Así como los demócratas estadounidenses votaron en masa por correo para evitar contagiar y contagiarse, hoy son más reacios a salir de los confinamientos, pese que cambiaron las condiciones de la pandemia.

Esta asepsia demócrata en realidad revela algo que ha sido poco tratado en la cobertura acerca de la manera como las personas enfrentan el estado de cosas en el mundo en el contexto del virus. Se ha hablado mucho del negacionismo de ciertos sectores de derecha, en especial la estadounidense, que se resiste al uso de mascarillas, se lanza a los espacios públicos sin precauciones, e incluso se cree toda una serie de fake news sobre las fuerzas ideológicas que estarían operando en la mediatización de la situación sanitaria de emergencia.
Pero también existe el reverso de la moneda, esto es, grupos progresistas que en la medida que el desconfinamiento ha empezado -cautelosamente- a avanzar en muchos países del mundo, siente que la baja de las defensas y el aperturismo resulta apresurado, y que no están en realidad las condiciones para regresar a la antigua normalidad o arribar a una nueva normalidad.

Así lo documenta un reportaje de The Atlantic Los liberales que no quieren salir del confinamiento (“The Liberals Who Can’t Quit Lockdown”), publicado a inicios de mayo y firmado por Emma Green.

La conspiración de la apertura

Green argumenta que, “para este subconjunto [de progresistas], la diligencia contra el Covid-19 sigue siendo una expresión de identidad política, incluso cuando eso significa sobrestimar los riesgos de la enfermedad o establecer límites mucho más estrictos de lo que permiten las pautas de salud pública. En las encuestas, los demócratas expresan más preocupación por la pandemia que los republicanos. Las personas que se describen a sí mismas como “muy liberales” están claramente ansiosas. Esta primavera, después de que comenzara el lanzamiento de la vacuna, un tercio de las personas muy liberales estaban “muy preocupadas” por enfermarse gravemente de Covid-19, en comparación con una cuarta parte de los liberales y moderados, según un estudio realizado por la Universidad del Norte, y el 43 por ciento de los encuestados muy liberales cree que contraer el coronavirus tendría un efecto “muy malo” en su vida, en comparación con un tercio de los liberales y moderados”.

Las perspectivas respecto del comportamiento relacionado con la tímida fase de desconfinamiento también está segmentada ideológicamente, por consideraciones morales.

Green indica que, “Anthony Fauci [asesor médico jefe del Presidente de Estados Unidos] dijo recientemente que no viajaría ni comería en restaurantes a pesar de estar completamente vacunado", a pesar de que las guías sanitarias de indican que estas actividades pueden ser seguras para las personas vacunadas que toman precauciones. Esto, aunque en los últimos días Fauci, renombrado experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, señaló que las personas que están vacunadas, “no tienen que usar cubrebocas en exteriores”.

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2019 - 2020: Persona normal - Locas teorías conspirativas
2019 - 2020: Persona normal - Locas teorías conspirativas

También, añade Green, “el gobernador de California, Gavin Newsom, se negó en abril a garantizar que las escuelas del estado reabrieran por completo en el otoño, a pesar de que los estudios han demostrado durante meses que la instrucción en persona modificada es segura”.

En este contexto se puede observar que las perspectivas respecto del comportamiento relacionado con la tímida fase que empieza de desconfinamiento también está segmentada ideológicamente, en lo que puede volverse sobre algo en lo que ha reparado el connotado psicólogo social Jonathan Haidt en su Moral foundations theory.

Haidt sostiene que existen cinco fundamentos de la moral, el cuidado, la proporcionalidad, la lealtad, el respeto y finalmente, la pureza. La manera como cada persona o grupo dimensiona cada uno de estos fundamentos da pie a su orientación ideológica. Y en el caso que se trata acá, parece ser el último de ellos, la pureza.

Diversos estudios sostienen que este fundamento de la pureza es más seguido por las personas conservadoras, como un rechazo o repugnancia de ciertos modos de comportamiento.

Sin embargo, en el progresismo también hay una versión de este fundamento, asociado fundamentalmente a aspectos como la alimentación, el ecologismo u otros. 

En esa línea cae la tendencia de los grupos progresistas de resistirse -aún- al paulatino desconfinamiento: lo ven como una transgresión al cuidado de la salud.

Aunque no sea cierto.

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