Columna Yasna Lewin

Los Republicanos y el PDG utilizan el miedo y la vulnerabilidad para posicionarse en una escena ciudadana llena de frustraciones. El uso de esa desazón les permite incluso sortear los bajos estándares éticos de sus dirigentes y candidatos. Si la democracia no soluciona los problemas sociales y se suma el agobio de la delincuencia ¿por qué no probar fórmulas distintas?

Carabineros no tiene sus manos amarradas ni está desprovisto de apoyo político, sino que es víctima de la utilización ideológica del fenómeno de la delincuencia y la debilidad institucional para adaptarse a un nuevo tipo de ilícitos. No necesita licencia para matar, sino una buena reforma institucional, menos populismo penal y mejores políticas públicas contra el crimen organizado.
Cualquiera sea el resultado, las elites zafarán de la diosa Némesis, gracias a la astucia de haber convertido a los independientes y a los pueblos originarios en verdaderos escudos humanos, para defenderse de su incapacidad de recuperar el vínculo con la ciudadanía.