
Masivas protestas entre octubre de 2019 y marzo de 2020 fueron respondidas con el uso de granadas químicas, cartuchos lacrimógenos y perdigones disparados por la policía y Fuerzas Armadas. El mercado de armamento no letal vivió un boom, mientras los manifestantes vivieron las consecuencias: 3 mil casos de violaciones a los DD. HH., 460 heridos oculares y 34 personas fallecidas fueron parte del saldo.