
En 2019, los 'Paco-Leaks' demostraron que Carabineros espiaba a organizaciones sociales. La publicación de estos datos no hizo que la vigilancia se detuviera. Los archivos filtrados del EMCO muestran que la policía proyectó un ‘estallido social 2.0’ y vigiló a Asambleas Territoriales y medios comunitarios.