Las palabras de Marcela Cubillos, acusando a la presidenta de la Convención Constitucional, Elisa Loncón, de “sembrar división” y “pavimentar el camino a la tiranía”, no es más que la añoranza de esa derecha que no está acostumbrada al diálogo ni al debate político, sino a las instituciones contramayoritarias de la agonizante Constitución del 80.