
A comienzos de los 2000 creó varias sociedades de inversión junto a grandes empresarios. Se asoció a la Universidad Católica y obtuvo un financiamiento de US$ 20 millones de la agencia estatal. Dijo que iba a innovar en temas educativos, pero la plata sirvió para comprar colegios. Hasta inicios de este año, Larraín seguía siendo socio de este negocio.