
La psicóloga que trabajó junto al juez Daniel Calvo en la primera etapa de este bullado caso de pedofilia y prostitución infantil alza la voz para acusar a quienes, según ella, arruinaron su vida sólo porque algunas personas pensaban que sabía más de lo que en realidad sabía, todo por haber tenido contacto con los menores denunciantes de la red pederasta.