Pero Longueira también hizo noticia luego por su desastroza entrevista en Radio Cooperativa, como bien lo recordó en Tolerancia Cero la periodista Mónica Rincón, donde en una clara perdida de estribos, acusó persecución política por su actual situación judicial –ad portas de iniciarse su juicio oral por la arista SQM- lanzando un ataque injustificado a la destacada penalista del CDE, María Inés Horvitz, a quien tildó de militante “comunista” (no lo es), para darle sustento a su teoría conspirativa de víctima de persecusión y “asesinato de imagen” en su contra, sumado a ello al error no forzado, grave por cierto, del Ministro del interior, el UDI Víctor Pérez, quien públicamente lo respaldó señalándolo como inocente, sin que la justicia aún acabe de determinar aquella inocencia, para luego ser reprendido en público por el propio vocero de gobierno, Jaime Bellolio (también de la UDI), aumentando el desorden en el gobierno. Todo esto hizo de Longueira el personaje de la semana. 

Pero, más allá de eso... ¿qué hay tras los dichos de Longueira?

Si hay algo que ha caracterizado siempre a Longueira, es su auto imagen proyectada de “Apóstol”. Algo que demostró en todo esplendor por allá en el 2003, cuando el en ese entonces timonel de la UDI, sellaba con un apretón de manos en La Moneda, un “pacto de no agresión” con quien en ese entonces era el presidente de Chile, Ricardo Lagos, quien estaba en su peor momento, en medio del escándalo de corrupción MOP-GATE. Pero Longueira no lo hizo solo por el bien de Chile, en ese momento, la UDI vivía también su peor momento, el caso Spiniak salpicaba de lleno a su partido y ponía en tela de juicio a Jovino Novoa como parte de quienes asistían a fiestas donde se abusaba de adolescentes. Y es que Novoa además de fundador de la UDI y prominente hombre de la Dictadura, fue uno de los amigos más cercanos de Jaime Guzmán, su maestro. 

La eventual caída de Lagos, implicaba el quiebre del relato de la “transición exitosa”, y el desencanto podía devenir en escenarios insospechados, alterando el escenario del país y la bonanza económica que los grandes y acotados grupos económicos capitalizaban a raudales por ese entonces.

Aquel acuerdo se cristalizó en una “modernización del Estado” subiendo los sueldo de las altas autoridades públicas para “no caer en la tentación de la corrupción”, la creación del sistema de alta dirección pública, y la negociación que dio fruto a la reforma a la Constitución, que ya no llevaría la firma del Dictador, sino de un presidente elegido democráticamente, lo que se concretó en 2005. Mientras, la Concertación mantendría la estructura del modelo de la dictadura intacto, incluso dándole más poder al Tribunal Constitucional, y continuaría su política de desmovilización social a la espera de mejoras graduales en derechos sociales, siempre dentro del marco institucional, y en la medida que esto no afectara el modelo de crecimiento económico. 

Tras esto, Longueira, ungido como apóstol de la clase privilegiada y que oficiaba además como médium del ideólogo de aquel pacto social que tanta riqueza dio a tan pocos (Jaime Guzmán), obtuvo su consagración como “el hombre” de la política chilena, recompensado por la clase empresarial dándole las llaves de la caja de recursos para la poderosa máquina electoral de la UDI que campeó gran parte de esa década, convirtiéndose en el partido más grande del país y, en base a un diseño clientelista, electoralmente consolidándose de lleno en los sectores populares.  

Eso, hasta agosto de 2013, donde en una de los puntos de prensa más bizarros que se recuerden, su hijo y Joaquín Lavín, anunciaban ante los medios que el apóstol Pablo, abandonaba la carrera presidencial –ante la clara derrota que significaba competir contra el retorno de Bachelet- y, por razones de salud (una supuesta depresión que no quedó del todo aclarada ni transparentada), simplemente desapareció. Bueno, una desaparición entre comillas, pues Longueira siguió activo un buen tiempo como “lobista” y “asesor” de ministerios e intereses empresariales, pero siempre en las sombras. Eso, hasta hoy. 

Si sacamos la pirotecnia política y dejamos a un lado las caricaturas, Longueira trae consigo un mensaje, no al país, no al chileno y chilena de pie, sino a los miembros de su Iglesia y a esos feligreses que pagaban el diezmo para que aquella Iglesia se mantuviese en pie, diciéndoles, en medio de la confusión de estos tiempos: No todo está perdido.

En su revelación, Longueira plantea una estrategia, un plan, ante lo que considera un hecho consumado: El plebiscito está perdido, la derrota es inminente, pero hay formas y formas de perder en política, pues incluso perdiendo se puede ganar. Públicamente, Longueira plantea al gobierno distanciarse del “Rechazo”, a lo menos comunicacionalmente, evitando que el relato del inminente triunfo del “Apruebo” lo sepulte. “Él busca mantener su ‘esencial’, él quiere mantener el modelo económico y modelo de toma de decisiones, la filosofía constitucional que quiere mantener, me parece una estrategia muy inteligente, queriendo evitar al gobierno la derrota del rechazo” señaló en Pauta Libre, con prístina claridad la periodista Alejandra Matus.  

Pero no por qué Longueira crea en el “Apruebo”, como quedó en clara en la charla por Zoom organizada por el medio de derecha El Líbero, donde Longueira transparentó: “Yo quiero que gane el Rechazo”, mantener el modelo, pero hay que pelear la batalla donde el terreno sea más favorable. Además, en esa charla, el “Apóstol” sinceró que no da lo mismo perder el plebiscito por 60 a 40, o 70 a 30, o un catastrófico 80 a 20. Este último resultado -dijo él- haría caer al gobierno. Longueira plantea, como buen Coronel, llevar la Infantería y toda la artillería a la batalla donde el terreno es favorable: La elección de constituyentes en Abril. 

Mario Desbordes, en Mesa Central, coincidió: “Yo hablé con Pablo, y también creo que la madre de todas las batallas será abril”. Y es que el acuerdo firmado el 15 de noviembre, y el marco que se determinó, plantea que los y las constituyentes –en un eventual triunfo de la opción Convención Constitucional-, tendrán que ser elegidos bajo el sistema proporcional que se usa para la elección de Diputados/as, sistema de elección que beneficia hoy directamente a los partidos tradicionales, dándole mejores opciones a las aceitadas estructuras y máquinas electorales, perjudicando de lleno a los ciudadanos de pie, sin recursos ni estructuras. Y aquí, según plantea Longueira, sí están en mejor pie para dar batalla que en la elección de octubre, ahora, dependiendo siempre de la distancia en el triunfo y los escenarios políticos que esto traiga. 

Pero, de haber un plebiscito con resultado parejo, o bien, no tan distante una opción de la otra, el objetivo de abril, es donde se dirime el carácter que tendrá la nueva Constitución, y logrando obtener un porcentaje importante de constituyente, y calculando que sectores moderados también lo hagan, mantener a buen resguardo los enclaves esenciales del modelo, es algo alcanzable. Así, la discusión quedó abierta en Chile Vamos, coalición no exenta de fraccionamiento y personalismos, pero que, en sus cimientos, mantiene los mismos clivajes de antaño y los mismos financistas. A eso pareciera hablarle el "Apóstol Pablo", no a la ciudadanía de hoy, y eso lo demuestra la encuesta de la ya oficialista CADEM, que este lunes trae a Longueira como el político con mayor desaprobación, un 75%. Pues su mensaje va dirigido a las alturas, no al mundo terrenal y mundano. 

Izkia Siches, la promesa pone pausa:

Mención merece también, dentro del análisis de esta semana, la entrevista en Tolerancia Cero a la actual Presidenta del Colegio Médico de Chile, Izkia Siches. No eran pocos quienes esperaban saber si la actual figura pública con mejor aprobación -como lo señalan la mayoría de las encuestas- abriría la puerta a una eventual candidatura presidencial, lo que casi en la mitad de su entrevista, despejó con claridad: "Personalmente creo que me falta experiencia, lo descarto", le respondió a Mónica Rincón ante la pregunta esperada de la noche. Y ante la contra pregunta de si eso también corría para ser constituyente, Siches también lo descartó, dejando en claro que hoy su prioridad es seguir liderando el gremio médico, que con la pandemia ha tenido un rol crítico y relevante en estos últimos meses, y señalando que su aporte es hoy de lleno ante la emergencia sanitaria, y mejorar las condiciones para los y las funcionarias de la salud. 

Tampoco quiso definir eventuales apoyos, ni siquiera a Jadue -hoy la mejor carta presidencial de la oposición según las encuestas- ante la pregunta de Paula Escobar, de si tuviera que elegir entre Lavín y Jadue, supeditando todo a un programa colectivo y, señalando, que hoy las prioridades son otras, mostrando incluso cierta molestia con la ansiedad de ciertas colectividades y personajes, por adelantar la carrera presidencial. Sin embargo, en su verbalizado interés por lo público, Izkia Siches se mantiene como promesa política, y con un capital político que quizás, en algún futuro no lejano, de sorpresas.

Ricardo Lagos y el Ministro París: Irrelevante y confuso

El programa "Pauta Libre" de La Red, pasó la entrevista (grabada) que quedó pendiente de emitirse la semana pasada (donde se extendió más de la cuenta la entrevista-interrogatorio a la Senadora Van Rysserlbeghe). Sin embargo, las pocas preguntas punzantes que tuvo la entrevista, como bien lo confesó al aire José Antonio Neme, al decir, que evitó preguntas incómodas para que Lagos se relajara y contestara, no fueron contestadas y, con el habitual narcisismo extemporáneo hoy del exmandatario, matizó y respondió a su manera y hasta mandó a leer su libro (autobiográfico), como respuesta, sin dar más explicaciones.  Y quizás por qué se emitió a la hora del Superclásico, o bien tuvo el desfase de una semana, o tal vez porque ya no es un personaje tan gravitante, su entrevista fue incluso irrelevante. Aunque no tanto como la posterior -en el mismo programa- al Senador y potencial carta presidencial del PS, Carlos Montes.

Un desganado, y visiblemente cansado Ministro Paris (a lo menos en lo que se vio en pantalla), fue entrevistado por Matías del Río en "Estado Nacional" de TVN, sin mucho apuro, en lo que fue -como precisó Del Río- "una conversación" más que entrevista. Allí París volvió a insistir en que Chile hace más test que cualquier país en latinoamérica y que se va mejorando paso a paso, lamentando si, lo que está ocurriendo en Punta Arenas y el gran Concepción, donde se tuvo que recular en la medida anunciada pocos días antes, en medio de la tensión con el Intendente del BioBío, el UDI Sergio Giancaman, y el alcalde de Punta Arenas, el RN Claudio Radonich, quienes criticaron las medidas anunciadas ante la actual situación que viven sus localidades. ¿Lo llamativo? Un nuevo error comunicacional y contradicción con la información oficial en el plan "Fondeate en tu Casa" lanzado por el Minsal. París ahora señaló que no son 5 personas adicionales a las que se permitirá ir a celebrar a las casas de familiares, sino que 5 en total, contradiciendo lo señalado por el vocero de Gobierno Jaime Bellolio, y los propios instructivos del Minsal. 

Y puede ser debido a lo poco incisivas de las entrevistas, o al agotamiento de los personajes en cuestión ante la ciudadanía, sus apariciones pasaron a la irrelevancia y dejaron confusión.